Destino

El que al parecer seria un día de esos comunes, con toda su
normalidad, resulto ser un día de aquellos que deseas que no lleguen, Samantha
no había tenido uno de sus mejores días en la academia de literatura, su
maestra le encomendó escribir una historia romántica, lo cual para Sam como la
llamaban sus conocidos resultaba nada menos que caótico, ella solía escribir
historias de ficción y de terror , de esas con personajes que te dan
escalofríos con solo leer dos líneas, pero su maestra la famosísima Julia
Moscato una hermosa mujer alta y esbelta, de cabellos negros , ondulados y ojos
color miel se esmeraba en pedir a Sam una historia romántica, cargada de amor y
fantasías, en la clase del día de hoy le dio como tarea a la muchacha que en su
estudio recordara sus historias de amor, lo cual para Sam resultaba un fastidio
ya que nunca hablaba sobre esas cosas , mucho menos con Julia.
Al llegar la noche
Samantha, una mujer de 26 años, de estatura mediana, cabello largo y cobrizo,
se encontraba ya instalada en su estudio, el cual habitualmente se encontraba
hecho un desastre, tomo una copa de espumante y con la botella al lado se puso
a pensar. Pensó en un amor que tuvo a eso de los 17 o 18 años, un amor que
hacía lo posible por no recordar, ya que había quedado con el corazón destrozado
al romper esa relación. Pero que mas
daba, tenía que terminar su tarea para la mañana siguiente, ya que de esto dependía
que aprobara su curso de literatura.
De un momento a otro lo único que se escuchaba en su
departamento era el sonido de las teclas de su PC.
“… Recuerdo un amor, de esos que te ponen los pelos de
punta, de esos que te hacen temblar, aun más que las escenas de terror de la
película de moda, un amor de esos que jamás te dejan, que jamás se van ni se
apartan de tu pecho. Fue una mañana o una tarde, ya no lo recuerdo, pero sé que
el día estaba hermoso, el sol radiante iluminaba los rostros de todas la
personas que circulaban por el centro de la ciudad, Celeste estaba un poco
perdida, no sabía bien cuál era el lugar que habían acordado con la muchacha
que conocería, pero sin más preguntaba a las personas que pasaban por la
estación de tren, era una nueva ciudad y una nueva experiencia.
Fue en ese momento cuando Celeste se encontró sola entre la
multitud esperando, cuando a lo lejos pudo ver la mujer más bella que jamás
imagino, solo la había visto por fotos y realmente en persona se veía aun mas
hermosa, se acercaba paso a paso a ella nada menos que Amy, la bella mujer que
conoció por las redes sociales, con la cual llevaban ya unos meses entablando
largas conversaciones todos los días, en momentos pasaban horas hablando de sus
vidas y compartiendo experiencias. Celeste sentía que sus manos temblaban que
su cuerpo estaba temblando, fue cundo se acerco Amy y con una sonrisa solo
dijo: Hola, Celeste, es un gusto poder al fin conocerte.
Celeste entre temblores, mariposas y escalofríos se acerco y
saludo a Amy con un beso en la mejilla, sintió como la mejilla suave de Amy se
iluminaba con un tono rosa.
Ambas muchachas se miraron y se tomaron de las manos, y de
ese modo se dispusieron a caminar por entre a gente…. “
Sonaba a lo lejos el despertador del celular. Fue entonces
cuando Sam de un salto salió de la cama, se metió a la ducha, lavo su largo
cabello, lavo su cuerpo, rápidamente se seco y se puso un lindo vestido de color
damasco con unos tacos color negro que hacían juego con su cartera. Rápidamente
tomo los papeles que se encontraban sobre la impresora, era un alto de unas 20
hojas, no podía creer que había terminado su historia de amor.
Cuando estaba en el auto, no podía dejar de pensar en que
finalmente logro terminar su historia de amor, claro, con algunos cambios y con
un final de sueños, no con el final que tuvo en su vida, ya que Sam era una
mujer más bien solitaria y sin pareja, ya que le costaba un poco abrir su
corazón, detalle que su maestra conocía muy bien, ya que siempre insistía en
que abriera su corazón y expresara su verdadero ser, “verdadero ser” que es eso
reclamaba Sam a medida que conducía su auto, ya quedaban solo algunas cuadras
para poder llegar al centro de literatura.
Rápidamente Sam abrió las puertas del alto edificio en el cual
se encontraba la escuela de literatura, corrió a la sala, y ahí se encontraba
nada menos que su Maestra, de piernas cruzadas en su escritorio, Julia giro,
miro a Sam y extendió su mano para que le entregara la historia, simplemente no
dijo nada.
Julia comenzó a leer, y una lágrima recorrió su mejilla. No
dijo ninguna palabra hasta cerrar el texto.
Julia: - Samantha, no puedo creer que tan bellas palabras,
que tanto sentimiento y emoción emanen de tu ser, es maravilloso, no sé qué
decirte. (Julia miraba a Sam detenidamente, guardo silencio unos segundos y
dijo) Aprobado, con esto das fin a esta etapa. Aprobado el curso.
Samantha se acerco a Julia y la abrazo con todas sus fuerzas
y le dijo suavemente al oído: -Muchas gracias, de no ser por ti mi corazón no latería
como lo hace hoy.
Ya eran un poco más de las 9 de la noche, Samantha se estaba
arreglando para asistir a un concierto al cual la habían invitado unos amigos. Nada
menos que a un concierto de música clásica, en el cual se presentaría una
famosa artista como le habían dicho sus amigos.
Cuando iba en el taxi, sentía un nerviosismo extraño, de
esos que se sienten cuando algo pasara, pero Sam no tomo atención a esa sensación,
se bajo del taxi, iba con un vestido negro y largo, con un tajo que llegaba
hasta su cadera derecha, su cabello lo llevaba suelto, con ondas, y sus labios de color rojo. Al entrar
al local vio a lo lejos a sus amigos que la esperaban en la mejor mesa, ya que tenía
la mejor vista al escenario, compartieron unos tragos, Samantha solía tomar
espumante solo o con frambuesas, en cambio sus amigos ya llevaban unos cuantos whisky.
Carlos, insistía en
preguntar a Sam si estaba saliendo con alguien, a lo que ella respondía que aun
no encontraba a la mujer indicada, entre
risas y palabras, un silencio se apodero de todo el recinto, fue en ese momento
que el escenario se ilumino y ahí estaba la famosa artista con su Violoncello ,
Samantha estaba un poco distraída, pero en ese momento comenzó la música y su
cuerpo temblaba, sentía un escalofrió tan grande que no podía controlar, se dio
vuelta y al mirar al escenario, no era nada menos que Julia, su maestra la que
estaba frente a sus ojos, vestía de negro,
con un pantalón ajustado y una blusa , sus manos se movían como bailarinas al
compas de la música que proyectaba , Samantha no dejaba de pensar (como es
posible, Julia, mi maestra, esa música, que me sucede), a medida que pensaba no
podía despegar sus ojos de Julia, es que se veía tan distinta, tan sensual, la
joven no se dio cuenta y de pronto los ojos de Julia estaban sobre ella , y en
los labios de ambas se dibujaba una sonrisa.
El concierto continúo
algo así como 1 hora, fue en ese momento que Julia, si nada menos que Julia
Moscato, bajo del escenario y no por la escalera trasera, si no por una pequeña
escalera que se dirigía hacia el lugar en el que estaba Samantha y sus amigos,
se acerco a la mesa y susurrando en el oído de Sam le dijo: - Me das un minuto, quisiera poder hablarte.
Sam se paro sin pensarlo dos veces, y juntas caminaron a la
barra.
Julia: - Samantha, estas muy linda, no esperaba verte por aquí
(decía Julia y a la vez sonreía)
Samantha : - Es que
no imagine verte a ti aquí, no , mucho menos tocando de esa manera, no sé qué
decirte, lo siento no sé porque pero estoy muy nerviosa ( Julia se acerco
suavemente a Sam y tomo su cintura con sus manos, suavemente acerco sus labios
a los de la joven, y la beso, la beso apasionadamente, tan apasionadamente y
con tanta dulzura que era imposible pensar, Sam solo continuo besándola y por un minuto si es que no mas su mente dejo
de funciona, no pensaba, solo sentía felicidad, sentía que su cuerpo temblaba, sentía
que sus manos sudaban, sentía que su corazón se saldría de su cuerpo, y sentía que
el de Julia también se saldría.
Julia se acerco al oído de Sam y le dijo: - Pequeña, yo
siempre te he amado, desde la primera vez que te vi , desde la primera vez que
viniste a esta ciudad, desde esa vez en que me esperabas entre la multitud para
conocernos, Samantha la abrazo fuerte y le dijo a julia en el oído: - Julia yo
siempre te he amado, solo tú sabes hacer latir mi corazón, quiero que sepas que
jamás quise separarme de ti, espero que nunca más te vayas de mi lado, ya que
el destino siempre junta nuestros caminos.
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