miércoles, 27 de abril de 2016

Un Lugar en Mí


Un Lugar en Mí


Existe un lugar en mi corazón que alberga sentimientos, de esos que en las noches de frío te sumergen en un paraíso de sueños y de anhelos que quizás jamás se cumplan.

Y aquí estoy después de pensar cerca de 1000 noches en por qué a pesar de los años mi corazón cada noche de lluvia, cada noche de frío y cada día soleado sigue pensando en ti. Pienso en aquella curiosa Leyenda, que dice que las personas están unidas a su verdadero amor por un hilo rojo y me cuestiono si ese eras tú.

Me empeñe en alejarte de mi cientos de veces, pero con los años me di cuenta que era yo la que estaba enamorada., que era mi corazón el que tomaba las fuerzas de ti, de tu sonrisa, de tu amor y de tus caricias.

Me gusta pensar en ocasiones que alguna vez el destino nos juntara frente a frente y podremos disfrutar de nuestra vida, y que ese tiempo será tan valioso que olvidaremos todo lo sufrido y ya no quedaran recuerdos de todo el sufrimiento y de todos los años que nos alejamos una de la otra... Y en otros momentos quiero pensar que esto es solo un capricho de amor de niñez y que algún día llegara mi verdadero amor y me hará olvidarte para siempre, pero en eso que espero que llegue mi verdadero amor solo conozco personas con su corazón amargo que me causan dolor y pienso nuevamente en ti en lo hermoso que pudo ser todo y trato de anudar ese hilo rojo a mi corazón y estrangularlo para que deje de latir y nuevamente controlo mi mente y mis sentimientos y espero que llegue un nuevo amor y que traiga atado mi hilo rojo a su mano. ¡Quizás mi hilo rojo si estuvo atado a ti!,  lo mejor será cortar ese hilo que me une y mandarlo en una  carta al destino y pedirle que me dé un nuevo amor verdadero… 


   Nene ƸӜƷ



domingo, 24 de enero de 2016

Superfl- Ai wo hanatabago



Canción que cantaba Gabriela al ir a dejar a la Universidad a Lisa

  Ai wo komete Hanatabago

Vamos a tomarnos una fotografía juntos.
Con este nostálgico escenario.
Con esa misma POSE.
Quiero verte actuar totalmente nuevo,
Mirando hacia el cielo azul
Las nubes fluyen libremente
No son HERMOSAS las cosas,
HERMOSAS por que están muy lejos?
justo como tu prometiste.
Estoy muy contento de que vinieras aquí.
Si este sentimiento creciendo no es amor,
no se lo que es el amor.
Lo acepte incluso aunque
Tu ramo lleno de amor fue tan extravagante.
cosas como la razón,
no pueden ser escuchadas mas.
Justo ahora he olvidado toda precaución,
tomándolo con una cara seria,
Yo no soy tímido
tanto como ayer
hoy me perdí de nuevo
en el camino bifurcado
todo por mi cobardía.
Llorar es mi especialidad
y tu siempre me has confortado desde el principio,
como sigo eligiendo
el camino equivocado
podré alguna vez regresar aquí?
Yendo en círculos, yendo a través del tiempo
hacia el lugar donde estas
mi corazón esta siempre tratando de ir ahí
mas que ideales imposibles
el día en el cual sonreíste
es mucho mas feliz
Violeta, índigo, negro y azul
flama, amarillo, morado, azul cielo
Rosa, verde, amarillo, ceniza, café
Cual color debería darte?
violeta, añil, negro y azul
llama, amarillo, púrpura, azul cielo,
rosa, verde amarillo, fresno, castaño ……
qué color debo dar a usted?
Dando vueltas y vueltas pasando a través del tiempo,
hacia el lugar en el que está
mi corazón siempre trata de regresar a él
como un niño malcriado seré incapaz de decir “gracias”
hasta que llegues aquí otra vez
Lo acepté a pesar que su ramo lleno de amor era tan extravagante,
cosas como la razón
no pueden ser escuchadas más
Justo ahora he olvidado toda precaución,
tomándolo con una cara seria,
mi verdadero yo.



*Créditos traducción en español  http://fujimikyouya.tumblr.com

sábado, 23 de enero de 2016

Extraña VI


 La Historia de Lisa II

-Queda muy lejos de la universidad- Pregunto aun abrumada Lisa

-No tanto, no te preocupes, no te voy a violar- se rió y su acompañante se sonrojo.

Cómo podía ser que una persona que había conocido hace horas, la había realmente cautivado, pero trato de alejar ese pensamiento y se concentro en el paisaje que le entregaba el viaje en auto, se sintió maravillada, vio grandes álamos, cerezos, el cielo azul fantástico y el sol infiltrándose entre los arboles, hacia de todo el lugar un paraíso.

-Estamos a punto de llegar- y Gabriela apunto a un gran portón que esta a unos 10 metros y Lisa vio un sendero de flores, que demarcaban el camino a la casa de la arquitecto, Lisa se sentía nerviosa, sabia que algo grande iba a suceder hoy, su cuerpo le indicaba eso, estaba ansiosa y extrañamente feliz, le sonrió a Gabriela, por fin entraron a la parcela, que en su placa de decía "Four Leaf Clover" miro al suelo y todo la entrada estaba cubierta con tréboles y algunas flores. ambas bajaron y entraron a la gran casa, Gabriela tomo de la mano y la guió dentro de la casa, le mostró la cocina que por cierto era gigante con muchos implementos de cocina e impecable cada rincón, pasaron por el gigante comedor con muebles algunos antiguos y otros que se notaban recién construidos por Gabriela, la llevo a un taller, donde se encontraban planos, materiales, fierro y maderas, pero todo ordenado, en ningún momento se soltaron de la mano, incluso Gabriela la tomo mejor entrelazando sus manos con la de la futura profesora continuaron el recorrido por la casa hasta llegar al gran patio, que tenía una piscina gigante.
-Que te parece mi humilde morada-
-Pero todo esto es tuyo
-Mis padres dicen que es mía completamente, en el testamento esta estipulado así
-Pero no hay nadie con quien compartas todo esto
-No, soy hija única - se rió un poco- y nadie con quien compartir todo esto...Bueno pero vamos a lo que vinimos, cocinare para la dos, si quieres te quedas acá o me acompañas- Gabriela soltó su mano y entro a la cocina, Lisa la siguió y algo tímida busco la mano de la joven y la volvió a tomar, pero se cuestiono sobre lo que estaba haciendo, así que la soltó bruscamente.-

-Lo siento, yo no quería
-Qué cosa?- sonrió de medio lado

No dijo nada, no se atrevía a decir que no entendía a Gabriela ni a ella misma, es que no le estaba tomando la mano como a una amiga, eso era imposible, no ha pensado en Gabriela como su amiga, la mira de una manera diferente, es que realmente le gusta, le gusta su forma de ser, o lo poco que ha visto, le gusta el toque de sus manos, la sonrisa de medio lado que se forma en ella de manera espontánea.

Veía como Gabriela, comenzaba a sacar cosas de la alacena, de la cocina, y comenzó a cocinar, Lisa, la miraba tratando de descubrir a la arquitecto, descubrir algún gesto que sabia que le encantaría, quería saber, saber todo, su corazón estaba desbocado, toco su pecho y era cierto, latía tan fuerte, pero era una sensación tan cálida.

-¿Qué pasa, te siente mal?- Gabriela, puso su mano en el pecho de Lisa y esta dio un pequeño brinco- -Oh late muy fuerte, ¿te quieres recostar?
-No, no, si estoy bien- respondió
-Bueno, cualquier cosa me dices, el almuerzo no tardara mucho en estar, hice un poco de carne y arroz, la ensalada esta lista, solo esperemos unos minutos más... Dime, que me cuentas de tí, te he visto tantas veces en el campus, pero nunca me he atrevido a hablarte jejeje-

- Oh!- exclamo sonrojada- Por qué no? tengo muy mala cara?-
-No no, es que siempre te ves tan ocupada, pero siempre te vez tan bonita, pienso que no te das ni cuenta de todo lo que te rodea, no te das cuenta de todos lo que te miran cuando pasas por los pasillos, de todos los que con solo mirarte se enamoran de ti- dijo de manera tan tranquila, mirando fijamente a Lisa, mirándola de tal manera que se sintió intimidada, ¿como alguien le podía decir eso sin chistar? Sintió mariposas en su estomago, esto era demasiado, quería huir, quería huir de la sinceridad de Gabriela, de cierta manera la estaba matando y reviviendo a la vez, que era lo que buscaba la arquitecto, que era lo que buscaba ella misma, que era eso que tanto deseaba Lisa en los ojos de una apacible Gabriela, quería sentir sus manos, la calidez que poseía, se estaba enamorando a primer vista o a segunda vista, todo esta era demasiado para ella, para alguien tan joven que en su vida había amado a alguien, tenía 22 años, unos simple años en los que nadie la había mirado a los ojos y escudriñado en su alma.

-Esto es demasiado para mi Gabriela, no puedes decirme todo eso- prácticamente la reprendió

-No estoy diciendo nada malo, solo hablo lo que pienso de ti..- sonó el horno- La carne esta lista, pondré la mesa, me ayudas- sin mas se levanto como si no le importara nada de lo que decía Lisa, Gabriela era una persona extraña. la joven la acompaño, ayudo a poner el mantel, pusieron los vasos y servicio correspondiente, puso jugo natural de arándanos en la mesa y Gabriela sirvió, la carne y el arroz sabia demasiado bien, la ensalada tenia el aderezo perfecto, todo estaba demasiado sabroso, era verdad, la prominente arquitecto tenia un buen sasón.

-Quieres postre? Tengo fruta en conserva, helado de fresas, de chocolate, dime y yo te sirvo lo que quieras-

-La verdad quiero irme a casa- Respondió triste, sentía demasiadas cosas en tan pocas horas y eso la había puesto un poco mal

-Tan pronto... Perdón por monopolizar tu tiempo, tal vez fue un poco brusca..- Dijo con un toque de tristeza-. Te iré a dejar, buscare las llaves, tus cosas están en el comedor, te esperare afuera-

Busco sus cosas, miro el lugar y se sintió triste, es que estaba tan a gusto con Gabriela, pero estaba aterrorizada, ¿que debía hacer  y que quería hacer?, salio al ante jardín y ahí estaba Gabriela montada en su auto, con la mirada totalmente diferente, no era fría ni había atisbo de molestia solo no había nada.

-Dame la dirección de tu casa, o quieres que te deje en otro lugar

-No es necesario, puedes dejarme en la universidad.

-Cómo quieras

El camino se volvió algo tedioso y triste, algo doloroso, Gabriela no la miraba, solo cantaba en voz baja una canción que Lisa jamás había escuchado, tarareaba algo en japones, algo que la joven estudiante de pedagogía no entendía ni un poco, pero con esto el ambiente no estaba tan tenso, hasta que poco a poco comenzaron a ver grandes edificios, estaban cerca del campus de la Universidad, eran las 3 de la tarde y el calor se había vuelto insoportable, ya cuando estaban en el campus de educación Gabriela se detuvo.

-¿Está bien por aquí?- Lisa asintió- Espero verte el viernes en mi casa, gracias por almorzar conmigo
-No, no gracias a ti por invitarme a tu casa- Lisa se acerco para despedirse de Gabriela, pero algo fue mas fuerte que ella y de una tan forma natural le dio un casto beso en los labios a la arquitecto, la cual quedo impresionada y trato de tomar por el brazo a Lisa, pero esta huyo del auto y corrió sin rumbo alguno por el campus de educación para esconderse y espero a que Gabriela se fuera, cosa que fue difícil, porque esta ultima aun la buscaba por el campus, pasaron unos largos 10 min hasta que se fue.

-Pensé que esto no tenía fin... Pero que hice!- Sacudió su cabeza negando lo que había hecho y se fue a casa, la que no estaba tan lejos de la universidad, camino de manera lenta, tratando de despejar su mente, llegó a casa, ahí su madre ni la saludo, su padre Luis era un hombre arisco en ocasiones, pero por lo menos se dignaba a ser cariñoso con la joven estudiante y le pregunto si quería almorzar pero Lisa negó y solo se fue a su habitación, miro el reloj, solo eran las 4pm y lo único que tenia que hacer era estudiar y se sintió profundamente sola, triste y atrapada en su propio hogar. Se miro al espejo analizándose, estaba más delgada, aun que esto no le sentaba mal, tenia una sonrisa bonita y eso lo sabia, su cabello era con ondas a veces lo alisaba y su rostro cambiaba cuando hacia eso, era de estatura mediana, generalmente usaba vestidos y le encantaban, pero a pesar de ser tan guapa, era una persona tímida con los demás, no dejaba que las personas la conocieran tanto, siempre desconfiaba de todos, su baja autoestima a veces le jugaba una mala pasada, pero esta baja en su amor propio era a causa de su madre Eugenia De La Cuadra era una mujer egoísta y desagradable, capaz de pasar a llevar a cualquiera que no le cayera bien e incluso a sus propios hijos y eso para Lisa era devastador, por eso todos los hermano de ella, no vivían en la cuidad, la mayoría se había buscado la vida fuera del país, que solo venían a casa en el cumpleaños la estudiante que era la menor de 4 hermanos e incluso preferían ver solos a su hermana y sentirse como una verdadera familia, pero también se detuvo a pensar en que diría su familia si supieran que se estaba enamorando de una chica, de una mujer, algo que sería totalmente anormal y esto le daba miedo, pero le daba más miedo aun darse cuenta de lo que estaba sintiendo.













jueves, 21 de enero de 2016

Extraña V

Eran las 8 am y Lisa estaba despierta, no concilio el sueño en toda la noche, estaba preocupada por Gabriela, preocupada, porque posiblemente la poca relación que quedaba entre ambas se estaba destruyendo, le dolia el pecho, le dolía sentir que una parte de su alma se dividía de tal manera que se sentía rota y absurda. por fin se había dado cuenta de algo que era mas que evidente, no soportaba estar lejos de Gabriela, no podía soportar el hecho de que la joven mirara a otra chica Lisa estaba celosa, quiso dormir un poco, pero no aguanto más, se metió a la ducha, el reloj dio las 9:30, reviso su cartera, tenia todos lo que necesitaba en el y fue por Gabriela, salio en el auto, manejo a toda velocdad y llego a la clínica Almeida, corrio a la habitacion de la joven arquitecto, pero ya no estaba, la habitacion estaba vacía, salio y le pregunto a una enfermera, esta le dijo que se habia ido, una chica vino por ella. Se quedo pasmada, por fin había tomado la decision de hablar con Gabriela, decirle la verdad, contarle la historia completa, ya que nunca podía.

Flash Back

Hace unos 3 años atrás

La Historia de Lisa I

Lunes 10 am mes de diciembre, caminaba rápidamente a la universidad, se habia dormido, habia despertado 2 horas tarde, jamás le sucedia eso, era puntual, siempre como reloj en clases, algunos la tachaban de cerebrito, aun que de cierta manera era verdad, pero gracias a eso mantenía una beca y sus calificaciones eran notables,Lisa estudiaba Pedagogia en Lenguaje estaba ya en ultimo año, a punto de salir, ya había dado clases en un colegio básico y ahi por primera vez se enamoro realmente de la educación... Por fin había llegado a clases, pero no habían clases precisamente, mas bien era una reunión de curso, donde todos se encontraba sentados en el suelo.

-Lisa, llegas tarde! - Hablo uno de sus compañeros, llamado juan
-Lo siento, me dormí- hablo aun con sueño
-Bueno, pero acercate, estamos preparando una fiesta junto con los chicos de Arquitectura- Ahi se acerco, dejando sus cosas en el suelo, acomodandose entre algunos de sus compañeros- Lisa te quiero presentar a Gabriela, es de arquitectura, también esta en último año.
-Hola- y Gabriela se levanto y fue a darle un beso en la mejilla - mucho gusto, soy Gabriela Klimt-
-El gusto es mio- Lisa sonrio nerviosa -Soy Lisa Blanchard y el gusto es mio, respondio un poco timida
- Bueno chicos, entonces será en mi casa la fiesta, no hay problemas, tengo una casa gigante- Le hablo a todos Gabriela.-Recuerden es el viernes y el que guste pueden quedarse hasta la hora que quieran.
-Pero estas segura de eso, no serán muchas persona- pregunto Lisa
-No, hicimos una lista y ahí están todos los asistentes, solo gente de nuestra clase mas 1, yo creo que seremos unas 100 personas en total- respondió alegre a todos los presente- Bueno chicos debo volver a clases, miren que me escape- Miro a Lisa- Chau bonita, no vemos el sábado- y beso nuevamente su mejilla, la siguió con la mirada y pensó para si sobre la personalidad de la recién conocida estudiante de Arquitectura, al parecer era una mujer espontánea y alegre, llena de vitalidad e incluso recordó haberla visto por el campus con un montón de cosas,  porta planos y un bolso gigante y se rió de eso, algunos compañeros miraron extrañados a Lisa, al parecer estaba en una nube.

-Hey Lisa, comenzaran las clases- Hablo Juan
-Ah sí, lo siento- Todos volvieron a sus puestos correspondientes, Lisa volvió al mundo real, el profesor llego al salón, pero no dio clases, más bien converso con algunos estudiantes con respecto a a tesis que tendrán que presentar y sobre hacerlo en parejas o en grupos, pero Lisa eligió hacerlo sola, siempre ha trabajado sola y esta vez no es la excepción y así termino la clases.
-Para que me levante tan rápido, me hubiese quedado en casa- habló para si- Tomo sus cosas, salió al campus, había un sol esplendoroso,habían demasiados estudiantes, algunos en las bancas tomando un poco de sol y otros huyendo de este, entre estos, pudo divisar a Gabriela, que al parecer recien salia de clases, iba cargada de planos, la vio refugiarse en un arbol e instintivamente camino hacia ella. Gabriela se dio cuenta de ello y la saludo con la mano y también hizo un ademan invitandola a sentarse con ella, a lo que obedecio de inmendiato.

-Hace tanto calor- hablo Gabriela sentadose en el pasto
-Demasiado... Aun tienes que entregar trabajos?- apunto los planos.
-Ah? no, solo estoy llevandolos a casa, ya los evaluaron y me fue excelente, además estos mismos los quiero presentar a una empresa en la que estoy trabajando, estoy ansiosa porque se levanten estos edificios
-Ya estas trabajando? Qué rápido
-Sí, vivo sola, asi que me busque la vida rapidamente, no puedo esperar a graduarme y tú que me cuentas?- hablo alegre
-Yo- se ponía nerviosa- Nada, es decir, estudio pedagogia y amo la carrera, ya he dado clases, espero dar mis tesis y comenzar a trabajar e irme a vivir sola.
-Oye tienes hambre? Vendrías conmigo a almorzar, cocino bastante bien
Lisa la miro sorprendida, se habian conocido hoy, con suerte hablaron un poco y la arquitecto ya la estaba invitado a su casa.
-Tus padres no diran nada?-
-Ah ellos no estan en el país, estoy sola hasta no sé cuando y creeme en ocasiones extraño la compañia de la gente o tener a mis amigos cerca...Siento ser tan sincera, no puedo evitarlo - y se rio un poco e incluso sonrojandose...-Pero aceptas mi invitación?
-Oh claro! la verdad no tengo nada más que hacer- Mentía subitamente, tenía mucho que hacer, ir donde su abuela a hacerle compañía, buscar material  y leer mucho para su tesis, pero ahí estaba, siendo arrastrada por la curiosidad, siendo llevada por alguien que despertó algo en ella, se sentía atraída por Gabriela, por su carisma.
-Genial, esperame aquí ire por mi auto, te dejo mis cosas aquí, cuidalas, no te vayas-
Luego de unos minutos aparecio con un mini cooper color cereza en el venia gabriela, esta bajo del auto y cordialmente abrio la puerta de su acompañante y coloco todas las cosas y bolsos en el asiento trasero. Lisa queria preguntarle cosas, por ejemplo su amabilidad, saber mas de ella.
 -Siempre te veo en el campus, siento que te conozco de toda la vida, - se rio un poco y Lisa se sintió abrumada. Justo en ese instante de golpe recordo la historia sobre el hilo rojo del destino, esa historia que habla sobre esa persona que esta conectada con nosotras sin importar el tiempo ni las circunstacias, que es nuestro real destino y que ese hilo jamás se cortaría y que esa persona es nuestra alma gemela.

Continuara
 



Destino

Destino


El que al parecer seria un día de esos comunes, con toda su normalidad, resulto ser un día de aquellos que deseas que no lleguen, Samantha no había tenido uno de sus mejores días en la academia de literatura, su maestra le encomendó escribir una historia romántica, lo cual para Sam como la llamaban sus conocidos resultaba nada menos que caótico, ella solía escribir historias de ficción y de terror , de esas con personajes que te dan escalofríos con solo leer dos líneas, pero su maestra la famosísima Julia Moscato una hermosa mujer alta y esbelta, de cabellos negros , ondulados y ojos color miel se esmeraba en pedir a Sam una historia romántica, cargada de amor y fantasías, en la clase del día de hoy le dio como tarea a la muchacha que en su estudio recordara sus historias de amor, lo cual para Sam resultaba un fastidio ya que nunca hablaba sobre esas cosas , mucho menos con Julia.

Al llegar  la noche Samantha, una mujer de 26 años, de estatura mediana, cabello largo y cobrizo, se encontraba ya instalada en su estudio, el cual habitualmente se encontraba hecho un desastre, tomo una copa de espumante y con la botella al lado se puso a pensar. Pensó en un amor que tuvo a eso de los 17 o 18 años, un amor que hacía lo posible por no recordar, ya que había quedado con el corazón destrozado al romper esa relación.  Pero que mas daba, tenía que terminar su tarea para la mañana siguiente, ya que de esto dependía que aprobara su curso de literatura.

De un momento a otro lo único que se escuchaba en su departamento era el sonido de las teclas de su PC.


“… Recuerdo un amor, de esos que te ponen los pelos de punta, de esos que te hacen temblar, aun más que las escenas de terror de la película de moda, un amor de esos que jamás te dejan, que jamás se van ni se apartan de tu pecho. Fue una mañana o una tarde, ya no lo recuerdo, pero sé que el día estaba hermoso, el sol radiante iluminaba los rostros de todas la personas que circulaban por el centro de la ciudad, Celeste estaba un poco perdida, no sabía bien cuál era el lugar que habían acordado con la muchacha que conocería, pero sin más preguntaba a las personas que pasaban por la estación de tren, era una nueva ciudad y una nueva experiencia.
Fue en ese momento cuando Celeste se encontró sola entre la multitud esperando, cuando a lo lejos pudo ver la mujer más bella que jamás imagino, solo la había visto por fotos y realmente en persona se veía aun mas hermosa, se acercaba paso a paso a ella nada menos que Amy, la bella mujer que conoció por las redes sociales, con la cual llevaban ya unos meses entablando largas conversaciones todos los días, en momentos pasaban horas hablando de sus vidas y compartiendo experiencias. Celeste sentía que sus manos temblaban que su cuerpo estaba temblando, fue cundo se acerco Amy y con una sonrisa solo dijo: Hola, Celeste, es un gusto poder al fin conocerte.
Celeste entre temblores, mariposas y escalofríos se acerco y saludo a Amy con un beso en la mejilla, sintió como la mejilla suave de Amy se iluminaba con un tono rosa.
Ambas muchachas se miraron y se tomaron de las manos, y de ese modo se dispusieron a caminar por entre a gente…. “


Sonaba a lo lejos el despertador del celular. Fue entonces cuando Sam de un salto salió de la cama, se metió a la ducha, lavo su largo cabello, lavo su cuerpo, rápidamente se seco y se puso un lindo vestido de color damasco con unos tacos color negro que hacían juego con su cartera. Rápidamente tomo los papeles que se encontraban sobre la impresora, era un alto de unas 20 hojas, no podía creer que había terminado su historia de amor.
Cuando estaba en el auto, no podía dejar de pensar en que finalmente logro terminar su historia de amor, claro, con algunos cambios y con un final de sueños, no con el final que tuvo en su vida, ya que Sam era una mujer más bien solitaria y sin pareja, ya que le costaba un poco abrir su corazón, detalle que su maestra conocía muy bien, ya que siempre insistía en que abriera su corazón y expresara su verdadero ser, “verdadero ser” que es eso reclamaba Sam a medida que conducía su auto, ya quedaban solo algunas cuadras para poder llegar al centro de literatura.

Rápidamente Sam abrió las puertas del alto edificio en el cual se encontraba la escuela de literatura, corrió a la sala, y ahí se encontraba nada menos que su Maestra, de piernas cruzadas en su escritorio, Julia giro, miro a Sam y extendió su mano para que le entregara la historia, simplemente no dijo nada.
Julia comenzó a leer, y una lágrima recorrió su mejilla. No dijo ninguna palabra hasta cerrar el texto.

Julia: - Samantha, no puedo creer que tan bellas palabras, que tanto sentimiento y emoción emanen de tu ser, es maravilloso, no sé qué decirte. (Julia miraba a Sam detenidamente, guardo silencio unos segundos y dijo) Aprobado, con esto das fin a esta etapa. Aprobado el curso.

Samantha se acerco a Julia y la abrazo con todas sus fuerzas y le dijo suavemente al oído: -Muchas gracias, de no ser por ti mi corazón no latería como lo hace hoy.

Ya eran un poco más de las 9 de la noche, Samantha se estaba arreglando para asistir a un concierto al cual la habían invitado unos amigos. Nada menos que a un concierto de música clásica, en el cual se presentaría una famosa artista como le habían dicho sus amigos.

Cuando iba en el taxi, sentía un nerviosismo extraño, de esos que se sienten cuando algo pasara, pero Sam no tomo atención a esa sensación, se bajo del taxi, iba con un vestido negro y largo, con un tajo que llegaba hasta su cadera derecha, su cabello lo llevaba suelto,  con ondas, y sus labios de color rojo. Al entrar al local vio a lo lejos a sus amigos que la esperaban en la mejor mesa, ya que tenía la mejor vista al escenario, compartieron unos tragos, Samantha solía tomar espumante solo o con frambuesas, en cambio sus amigos ya llevaban unos cuantos whisky.

 Carlos, insistía en preguntar a Sam si estaba saliendo con alguien, a lo que ella respondía que aun no encontraba a la mujer indicada,  entre risas y palabras, un silencio se apodero de todo el recinto, fue en ese momento que el escenario se ilumino y ahí estaba la famosa artista con su Violoncello , Samantha estaba un poco distraída, pero en ese momento comenzó la música y su cuerpo temblaba, sentía un escalofrió tan grande que no podía controlar, se dio vuelta y al mirar al escenario, no era nada menos que Julia, su maestra la que estaba frente a sus ojos, vestía  de negro, con un pantalón ajustado y una blusa , sus manos se movían como bailarinas al compas de la música que proyectaba , Samantha no dejaba de pensar (como es posible, Julia, mi maestra, esa música, que me sucede), a medida que pensaba no podía despegar sus ojos de Julia, es que se veía tan distinta, tan sensual, la joven no se dio cuenta y de pronto los ojos de Julia estaban sobre ella , y en los labios de ambas se dibujaba una sonrisa.

 El concierto continúo algo así como 1 hora, fue en ese momento que Julia, si nada menos que Julia Moscato, bajo del escenario y no por la escalera trasera, si no por una pequeña escalera que se dirigía hacia el lugar en el que estaba Samantha y sus amigos, se acerco a la mesa y susurrando en el oído de Sam le dijo: -  Me das un minuto, quisiera poder hablarte.

Sam se paro sin pensarlo dos veces, y juntas caminaron a la barra.

Julia: - Samantha, estas muy linda, no esperaba verte por aquí (decía Julia y a la vez sonreía)

Samantha : -  Es que no imagine verte a ti aquí, no , mucho menos tocando de esa manera, no sé qué decirte, lo siento no sé porque pero estoy muy nerviosa ( Julia se acerco suavemente a Sam y tomo su cintura con sus manos, suavemente acerco sus labios a los de la joven, y la beso, la beso apasionadamente, tan apasionadamente y con tanta dulzura que era imposible pensar, Sam solo continuo besándola  y por un minuto si es que no mas su mente dejo de funciona, no pensaba, solo sentía felicidad, sentía que su cuerpo temblaba, sentía que sus manos sudaban, sentía que su corazón se saldría de su cuerpo, y sentía que el de Julia también se saldría.


Julia se acerco al oído de Sam y le dijo: - Pequeña, yo siempre te he amado, desde la primera vez que te vi , desde la primera vez que viniste a esta ciudad, desde esa vez en que me esperabas entre la multitud para conocernos, Samantha la abrazo fuerte y le dijo a julia en el oído: - Julia yo siempre te he amado, solo tú sabes hacer latir mi corazón, quiero que sepas que jamás quise separarme de ti, espero que nunca más te vayas de mi lado, ya que el destino siempre junta nuestros caminos.

                                           Nene

domingo, 24 de agosto de 2014

Extraña IV

Cap IV

Ya habían pasado 2 horas desde que las dos mujeres se fueron de la clínica dejando a la arquitecto descansar, su aspecto era el peor de todos, era primera vez que le sucedía esto, las únicas veces que tenía este tipo de percances era cuando salia con André, pero eran juegos de niños, pero fuera de eso, su actitud siempre fue intachable, siempre fue un buen ejemplo, tanto de belleza como de personalidad, pero ahora todo eso estaba en la basura, su buen aspecto estaba acabado, Gabriela tenía el cabello largo lacio, usaba lentes, de nariz respingada, ojos almendrados de un dorado especial, su piel era bastante suave y blanquecina totalmente, si tenía algo de color en su cara, era en la nariz, porque el sol le daba a veces en plena cara cuando supervisaba alguna obra de un edificio, media algo de 1.65mts, era de complexión mediana y vestía bastante bien, sabia que no era una mujer despampanante pero si tenía mucho a su favor, puesto que era bastante inteligente, elocuente, respetuosa y había entrado al mundo de los arquitecto por su personalidad y sus proyectos, pero ahora mismo no podía sostener nada de ello, se encontraba con la nariz rota, con el brazo lastimado y una de sus piernas esquinzada, ya no podría trabajar por unas semanas o quizás por unos meses, si tan solo no hubiese aceptado la invitación de la rubia, pero esa fue su forma de agradecerle, quería por un día olvidarse de muchas cosas, salir y disfrutar con otra persona y justo apareció esta invitación, pero ahora que estaba a solas pensaba también en la joven, no sabía absolutamente nada de ella, solo sabía su nombre, pero nada más, la había visto sólo 3 veces y le preocupaba la vida de la platinaba, también se había dado cuenta que era una mujer dulce y cariñosa ¿O esto era producto de su trabajo como prostituta?, le molestaba no tener idea de ella, es que ni siquiera tenía su número de celular, tampoco tenía la tarjeta que le había dejado el día anterior... Sólo recordaba donde vivía ¿y si no la podía ver mañana?, ¿La iría a ver a su casa e incluso al cabaret?, debía saber más de ella, pero tal vez no era aconsejable... Hasta que tanto reflexionar se durmió.

Mientras tanto en la casa de Lisa, esta no paraba de pensar en lo que había pasado, Gabriela estaba completamente herida, nunca la había visto así, se sintió pésimo, porque si las cosas no fueran como son, tal vez nada ahora estarían juntas tal vez en otra cuidad, pero no podía hacer nada, porque la chica de lentes no la soportaba, no le gustaba estar mucho tiempo a su lado y era obvio... A veces se arrepentía de haber tomado esa decisión que hizo cambiar todo, dejo a Gabrielle por miedo, por un simple miedo al que dirán... Sabía todo lo que la amaba, que quería construirle una casa, una casa para ambas, con un enorme patio adornado con flores, para poder tener dos hijos, tener una vida juntas, sin importarle nada, pero cuando Lisa hablo con sus padres sobre la relación que tenía con la entonces universitaria todo se fue al tacho de la basura y aun que Gabriela trato de convencerla no hubo caso y terminaron así nada más y años después conoció a André y se caso con él, sabía que Gabriela y el cabellos azabaches era amigos desde pequeños, se caso con él para poder estar cerca de ella, para poder verla, sólo que nunca dimensiono el daño que le hacia a la arquitecto, que de verdad la lastimaba y más aún, hoy se sintió celosa, porque apareció alguien que si se preocupa por la joven, pero tampoco toleraba que una mujer con semejante facha se haya acercado a "su Gabriela", tal vez si dejaba a André podría acercarse a la arquitecto, quizás de esa manera llamaria su atención, porque estaba mas que segura que Gabriela aun la amaba, que aun sentía cosas, que aun sentía celos y eso era un punto a favor para ella, mientras seguía pensando, también recordó el momento cuando le pidió matrimonio, ese día fue el más emocionante de su vida, incluso le había dicho que aceptaba, pero al momento de recordarlo e incluso recordar la mirada de la arquitecto, comenzó a llorar, lloro amargamente y se maldijo, ¿cómo estropeo un amor tan sincero? ¿Cómo sus miedos pudieron más que el amor por Gabriela?  La relación con André no iba a ningun lado, su matrimonio era un fiasco, no querían tener bebes, no tenían relaciones sexuales, dormian en camas separadas, André nunca estaba en casa, las escenas de celos de Lisa no eran por André, si no que por la arquitecto, sabía perfectamente que ambos siempre andaban en bares de mala muerte, donde podía aparecer una cualquiera y llevarse a la mujer de su vida y eso la volvía loca.

Al día siguiente, la arquitecto despertó, se sintió algo sola, no había nadie, tampoco podía ir a trabajar, la verdad tendría 2 meses con licencia, suspiro profundo y prendió la televisión, pronto le traerían desayuno y la verdad moría de hambre, por fin llego una enfermera con el desayuno en una bandeja, pero ahora le era mas difícil, comer seria un suplicio, la enfermera la ayudo a acomodarse en la cama.

-Muchas gracias- sonrió Gabriela
-Señorita Klimt, debo decirle que tiene visitas
-Pero no se supone que a las 3 puede entrar gente a verme
-No, eso fue porque el doctor se irrito por las jóvenes que estaban aquí
-Pero ¿quién es?
-Es una señorita rubia... Si quiere le digo que se vaya
-No, no, hágala pasar, la estoy esperando- hablo un poco agitada
-Iré por ella

Gabriela algo nerviosa se dio cuenta de su aspecto, llevaba esas incomodas batas de clínica, se sintió avergonzada, pero en menos de 5min la enfermera volvió acompañada de la rubia.

-Oh mi Gabriela, estás mejor?- Dijo la platinada y le beso la frente...-Te ves mejor que ayer... Además te llevare a mi casa, para tu recuperación
-A tu casa?
-Sí, de hecho vengo a buscarte
-Pero...
-Nada de peros, al final todo esto es mi culpa...- Trato de sonreír y Gabriela le tomo la mano.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Extraña III

 Cap. III

-No quiero que me lleves...-
Tocaron a la puerta y entro el doctor.
-Señorita Klimt, le recomiendo que pase la noche acá en la clínica, no puede irse aun, por lo menos debe tener una noche de reposo, mañana podrá irse con un familiar a casa
-Pero no tengo a nadie aquí en la cuidad, mis padres están en el extranjero
-Hermanos?
-Nop...
-Entonces deberá recuperarse aquí.
-¿Qué?- grito y la platinada comenzó a despertar
-¿Qué sucede... Te sientes bien Gabriela- y acaricio la mejilla de esta
-Nada...- Susurro
-¿Cómo qué no es nada?... Yo te llevare a casa mañana, no quiero que estés sola- hablo Lisa con voz firme
-No quiero irme contigo...- Le contestó Klimt
-Pues vente conmigo...- Le tembló la voz a la rubia- Yo te iré a dejar a casa Gabriela y cuidare de ti- sonrió y beso la frente de la arquitecto.
-Joan... No debes hacer esto por mi... Osea... Tú debes tener más problemas que yo... Sólo estoy algo lesionada- trato de sonreí.

Lisa miraba extrañada la escena, algo definitivamente no le agradaba, algo no calzaba y menos podía concebir como Gabrielle podía tener compañía como la rubia, es decir para Lisa, la platinada solo tenía aspecto de ser una zorra, de esas mujeres que están con otras por diversión.

-Disculpa... ¿ Cuál es tu nombre?- pregunto Lisa, con un tono de voz inquisitivo
-Hey, podrías tener un tono más cortés para preguntar!- la reprendió Gabrielle.
-No te soporto Gabriela Klimt!
-Entonces vete...
-Disculpen- se pronuncio el doctor...-La señorita Klimt necesita descansar, les ruego volver mañana a las 3 de la tarde, esa es la hora de visita.
-Gabriela... Mañana vengo por ti!- Joan beso suavemente los labios de la joven y se marcho.

Ambas chicas salieron, Lisa siguio con la mirada a Joan hasta ver que se había ido del hospital y ahí decidio salir del recinto, dejando dejando por fin sola a la arquitecto, quien no alcanzaba a dilucidar lo que había pasado, sobre todo el beso y los cariños con la platinada, ahora solo le quedaba descansar el resto de la noche.

Mientras tanto...

Joan caminaba a casa, aún estaba adolorida por lo que había sucedido... aun sentía las manos de ese mafioso apretando sus brazos, forcejeando con ella, ¿En qué minuto se le había ocurrido atender un cliente a las 7 y en su casa?, estaba algo aburrida en el cabaret, necesitaba un respiro, solo que este había sido uno a medias, porque la obligaron a tener una cita, la que debería haber durado solo una hora e incluso menos, pero las cosas no salieron como quería, el tipo en cuestión era un mafioso de poca monta, pero estaba pagando más de lo normal por una chica y quería solo a Joan

Flashback

El reloj marco las 7pm de la tarde, no quería tener sexo ni nada parecido, pero necesitaba tanto el dinero que no podía evitarlo, se arreglo lo suficiente y espero sentada en el gran sofá de la sala, realmente Joan esperaba que fueran las 9pm para ver a la arquitecto, pues le había parecido interesante ver como una mujer se resistía a ella pero salio de sus cavilaciones cuando la puerta se abrió y vio al su cliente entrar, cuando lo vio, se sintió incomoda, puesto el hombre en cuestión no tenía buen aspecto, todos sus clientes siempre eran apuestos, hombres de oficina, afables que solo buscaban un buen rato, pero está vez las cosas no eran así, el hombre en cuestión llamado Ricardo, tenía un tatuaje en el brazo, el cabello rubio mal teñido y una sonrisa macabra.

-Eres la rubia más exquisita que he visto- le susurro en el oído y puso su mano sobre la pierna de la rubia, a a cual solo le dio asco, pero sonrió por cortesía
-Quieres beber algo, vino? champagne? whisky o cerveza
-Cerveza por favor... Está noche serás solo mía lindura
Joan fue por cerveza, pero en realidad no quería estar ahí y se demoro lo más posible, hasta que el hombre la empezó a llamar y no tuvo más opción que salir, trato de sonreír, llego a la sala y el tipo ya estaba sin polera.
-Te demoraste mucho... ¿Qué paso no quieres estar conmigo?- pregunto de manera maliciosa y la abrazo por la cintura y la joven sintió un bulto se levantaba y empujaba sus nalgas; Joan retiro los brazos del hombre y se alejo para sentarse nuevamente en el sillón.

-Nena, ponte cómoda... Déjame ver tus piernas, muero por besarlas y saborearte- pronuncio y la tomo del brazo atrayéndola hacia si.
-Pero vayamos con calma
-Es que yo no quiero calma, quiero follarte ahora!- se saboreo y paso su lengua por la oreja de la platinada...-Llévame a tu habitación quiero ver como te comportas en la cama... Tengo entendido que eres la mejor del cabaret-  rio fuerte el hombre
A Joan no le quedo más que llevarlo a la habitación, el hombre la abrazo y comenzó a desnudarla, y ella to tuvo otra opción que soportarlo, poco a poco, la dejo solo en ropa interior, la miraba de manera pervertida y Joan sentía escalofrío, está vez no estaba gozando con su cliente, si no que le daba asco y su cuerpo empezó a rechazarlo, sus manos alejaban las manos de Ricardo, su toque no le agradaba, era brusco, estúpido, hasta que se zafo de su agarre.

-Oye que pague por acostarme contigo puta!
-Vete de mi casa, haré que te devuelvan el dinero- Le grito
-No... Ni aun que me lo devolvieran, quiero hacerte mía, quiero escucharte gritar suplicando porque pare de follarte y la jalo del cabello 
-Pero no quiero! no entiendes
-Ven para acá- y la abofeteo a lo que Joan cayo al suelo estrepitosamente, el hombre se posiciono sobre ella y comenzó a desabrocharse el pantalón, pero la platinada lo empujo y trato de correr pero el tipo la alcanzo, la empujo contra la pared, presiono contra ella su miembro, mientras la desnudo completamente y Joan solo pedía auxilio, era la primera vez que no disfrutaba con un cliente, se sentía sucia, horrible, el tiempo parecía eterno, ahora se encontraba con las piernas abiertas, el tipo la había amenazado con cortarle el cuerpo si no lo obedecía, esta vez si no tenía escapatoria si no sufriría las consecuencias, pero en un ultimo momento forcejeo con él y de la nada vio como Gabriela Klimt estaba sobre el abusador, peleando con el, el que con solo sacudirse envió lejos a la arquitecto, pero esta volvió sobre el y en ese instante Joan escapo de su agarre la desesperación la hacia gritar, mientras el hombre asfixiaba a la otra joven, pero esta reacciono y le dio una patada en los genitales, pero aun así aun que el violador estaba en el suelo, alcanzo a Gabriela y Joan vio todo en cámara lenta, como el abusador le quebraba una de las extremidades y golpeaba la fina cara de su cita de las 9pm, no quería seguir viendo como todo se transformaba en una matanza, como todo se iba al carajo simplemente porque no le había agradado su cliente, su trabajo era el placer, ¿por qué se detuvo a pensar en ella misma?, si no hubiese sido a si, la arquitecto no estaría en esta situación. La escena estaba siendo ennegrecida cada vez más, hasta que vio como Gabriela machacaba en el suelo al mafioso, jamás pensó que un cuerpo tan frágil fuera tan fuerte.

-Fin de Flashback-

Ahora, no podía pensar en volver a casa, no quería estar ahí y tampoco a su trabajo en el cabaret, se sentía cansada, culpable y sumamente sucia, pero no le quedo de otra, volvió a casa, comenzó a ordenar todo el desastre que había quedado, limpio la sangre y comenzó a llorar, ya no quería nada, necesitaba tranquilidad, marcharse a otro lugar, una vida nueva, donde nadie la conociera, olvidarse de todo, pero no podía, algo la ataba a la cuidad y tampoco podía dejar de lado a la única persona que la ha ayudado en esta vida...

Gabriela Klimt- susurro y lloro.

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CONTINUARA