martes, 25 de octubre de 2011

Entender que?

Me pides que entienda...


Comprendo el miedo a la soledad, comprendo que ames este mismo hecho
Pero esta en tus manos, ahí frente a tus ojos es tu solución.

Como puedo saber algo si tu simplemente no me dejas
Me tienes a medias, solo te soy útil cuando tienes problemas
tal vez soy una válvula de escape...
Sabes como me agradaría poder entenderte en su totalidad, pero es que nuevamente no me dejas
Y tu aún no me comprendes, aún no dilucidas lo que yo llevo dentro, pero que mas da si esto trata de ti y no de mi.
No se trata de tiempo, no se trata de darme un trabajo ni tampoco por necesidad, me mantengo ahí porque lo quiero así.
No puedo olvidarme de nada, al igual que tu, yo también vivo con el corazón destrozado
También soy una sobreviviente y tengo los mismo miedos que tu, pero sé que eres mas sensible de lo que recuerdo, y si lo sé, eres una niña, sé que también eres una mujer fuerte, ya que por algo eres capaz de exteriorizar lo que sientes.

Entiende que se trata de que me gusta estar contigo y es que acaso no te das cuenta
¿De verdad me prefieres lejos?

Y no tengas miedo, que la vida es así, que siempre hay fantasmas y a veces hay que huir y otras enfrentarlo
la solución a tus problemas esta en tus manos, los errores son perfección, yo dentro de mi utopía que trate de construir para ti hace tiempo también me equivoque, pero aquí estoy siendo agradecida con la vida, puesto que nos volvimos a ver.

Vivir con miedo no vale la pena, el miedo es una cadena que jamás te dejara salir de tu jaula pequeño pajarillo, tal vez yo no poseo la llave de tu jaula, puesto que esta en tus propias manos, yo solo soy una espectadora que espera a verte libre, feliz... Por favor no me mal entiendas, quizás mis palabras te suenan a compromiso, quizás piensas que solo voy detrás de como un cachorro esperando a que me acojas y me dejes entrar en tu corazón pero entiende que no es así, me mantengo a tu lado porque no me gusta saber que tienes tu bella sonrisa rota, me mantengo ahí con palabras lindas como tu las denominas, con seriedad y cariño, porque la vida es injusta extremo y solo da tristezas a quien simplemente no lo merece.

¿Piensas que sigo contigo por qué quiero algo más?
Entiende tal como tú me lo pides a mi, mis intenciones nunca van mas allá, ya que te respeto y jamás pasaría el limite que tu me has impuesto.


Pero aun tengo una pregunta mas que levantar y esa es
¿Que buscas tu en mi?
¿Porque te gusta tenerme a tu lado?
¿Porque te dio miedo cuando desaparecí?

lunes, 24 de octubre de 2011

¿Príncipe?

Estos últimos días han sido en extremo extraños...
Abro los ojos para enfrentarme a la realidad, a una que no me agrada, que odio que desprecio por sobre todo.
¿Por qué debo pasar por esto nuevamente?
Tal vez hay lecciones que aún no termino de aprender y esa es que tal vez deba dejar de llorar por algo que jamás fue mío y jamás lo será.
Así me enfrento a la realidad, así salen de mis labios desde el fondo de mi corazón la frase
"Ya no creo en los milagros".

Pero mi rol de príncipe al parecer aún no termina, al parecer hay algo que sigue tirando de mi, de la invisible capa que llevo, al parecer soy sigo siendo un príncipe para ti, como lo escribiste una vez o tal vez no te referías a mi.

Pero ahí estas, siendo la princesa que jamás olvide, siendo la mujer a la cual siempre quise salvar, nunca hable de manera directa, pero siempre estuviste presente.

Pero eres una princesa que simplemente me traiciono y me dejo. Y ahí estás, impávida frente al dolor que te provoca otra princesa y yo estoy a tu lado, siendo algo que sé, que no tiene ni pies ni cabeza, estoy ahí sin siquiera saber que sientes por mi, tal vez las capas de tu corazón no te dejan reaccionar, tal vez estas ciega y te gusta vivir esa realidad, se que te gusta soñar, se que te gusta amar...Por eso me agradas tanto.

Pero dime Oh! joven princesa ¿A que costo amaras a una princesa que no tiene corazón?...
Sé que jamás seras mía y sé también que tu corazón esta encerrado en una jaula y que no quieres salir de ahí, porque de cierta manera te sientes reconfortada.



Oh dulce princesa abre tus alas y vuela, vuela alto, ríe, sueña, sé feliz.
Que yo me quedare aquí viendo como surcas el cielo, viendo como eres feliz y que siempre te protegeré.
Oh hermosa joven, no dejes que te roben la sonrisa.
Oh mi querida princesa si te sientes triste piensa en mi, que yo jamás romperé tu corazón.

Pero mi bella princesa, ¿Alguna vez me has visto como yo te veo a ti?
¿Alguna vez has pensado en llegar a mis brazos?
¿Alguna vez me has extrañado?
¿O simplemente pronunciando mi nombre
te has visto sorprendida con una sonrisa en tus labios?

Sé que nunca podre ser en realidad tu príncipe porque no lo quieres.

Tal vez deba irme y no volver.

Oh mi querida princesa de sonrisa rota, se sincera conmigo,
y dime si quieres que este a tu lado y que simplemente cuide de ti sin ningún compromiso.

Oh!, dime si quieres que me marche, o si es que tu te quieres marchar y alejarme de ti
Oh, dime que es lo que te da miedo de mi.

Oh mi dulce princesa mi labor es inútil
Oh mi dulce princesa...
Sé que no me quieres junto a ti.


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domingo, 23 de octubre de 2011

Crees en los milagros?? parte3


Shiori paseaba por el campus de la universidad y divagaba o mejor dicho recordaba una vez mas los últimos momentos con su príncipe (Juri), la última vez que la vio en Ohtori...

Hace 3 años atrás...

Estaba prohibido salir de los dormitorios después de las 9pm, pero Shiori siempre lo hacía, se escabullía o le ponía sonrisas bonitas a quien correspondía para que la dejara pasar, le encantaba pasear de noche por Ohtori, solo silencio, no habían rumores, no habían ojos vigilándola, no habían chicos tratando de seducirla y ella por fin podía ser quien realmente era y podía ir tras Juri sin que nadie le dijera nada.
Camino cerca del gimnasio y escucho un ruido bastante conocido desde dentro del establecimiento, la puerta estaba entreabierta, así que se coló por la oscuridad del lugar, ahí se encontraba la esgrimista, vestida con su atuendo de entrenamiento, practicando una nueva técnica al parecer, la luz de la luna que pasaba por los grandes ventanales hacia brillar a su príncipe, se quedo ahí, mirándola, embelesada por la belleza de la escena y se preguntaba como esa mujer la había cautivado tanto, Shiori tenía un montón de pretendientes desde que había vuelto a Ohtori, pero eso no era nada, había regresado al instituto para hablarle a la joven pelinaranja, pero se enfrento con una realidad tan diferente, su querida amiga había cambiado tal como ahora, su frialdad era tan imponente, una indiferencia que la hacia ver altiva, noble, casi de porte aristócrata, pero quizás eso la atrajo mas aún, ya no había dulzura, ahora su amiga vestía un uniforme que la distinguía, el uniforme que la dictaba como un miembro de élite, es decir del consejo estudiantil y además de eso también era la capitana del club de esgrima, que mas que un club era ya un equipo a nivel regional muy conocido, todo esas cosas la habían hecho querer estar cerca de la esgrimista, pero de otra manera, no como amigas si no como amantes... Ahora mientras la observaba, mientras veía como resplandecía, se retiro y espero afuera pasaron las horas y salió, vistiendo el atuendo del consejo de estudiantes.

-Arisugawa... Juri- susurro y la esgrimista se dio vuelta para mirarla fijamente a los ojos.
-Shiori... ¿Qué haces afuera a estas horas?
-Quería verte
-¿Por qué?- suspiro la pelinaranja
- Quiero estar contigo
-No... Shiori entiende ya no quiero mas juegos, si te gusto, si me amas o que se yo, dímelo, pero basta de juegos, estoy cansada
-Yo...
-Tu nada, te fuiste de Ohtori, supuestamente me quitaste al chico que quería... Vuelves tratas de acercarte, pero me quitaste algo que jamás me importo, Shiori... tu eras la que me importaba, nadie más que tu
-¿Te importaba?... ¿Es que acaso ya no es así?
-No, ya no... Me iré
-¿Donde?... ¿Por qué ahora?- hablo desesperadamente..
-Eso no importa... Pero me alejaste de ti Shiori, con tus desprecios; con tus palabras, con tu mirada, con esa maldita actitud.

Los ojos de la amatista se nublaban, su príncipe la estaba rechazando, por primera vez la dejaba a un lado, con el corazón hecho trizas, abrazo a la esgrimista, siendo correspondida y en un último intento Shiori la beso de manera intensa a pesar de que sus lágrimas ya se desbordaban, Juri se dejo hacer, se separaron por unos segundos, tomo de la mano a su príncipe guiándola a su morada, a los dormitorios comunes. Shiori estaba siendo presa de su desesperación de querer llevarse aun que sea un trozo de la esgrimista, por fin entendía que no todo era para siempre y que su milagro estaba siendo derrumbado porque ella misma lo quiso así, una vez tuvo a Juri en sus manos, pero esto jamás se repetiría.

-No puedo... No quiero que esto acabe así, Shiori ya no creo en ti- dicho esto, Juri le beso la frente y se marcho del lugar, dejándola sola.
-¡Pero yo te amo!- le grito
-No te creo- respondió sin voltear



 Presente...

Y ahora...ahora que había pasado tres años desde ese ultimo encuentro, se veía solitaria nuevamente y peor aun, su adorada esgrimista tenía novia, además había notado el cambio de actitud, el semblante de Juri no era uno sometido, todo lo contrario, tal vez eso era porque encontró alguien que la hacia reflexionar, alguien que tal vez la amaba de verdad y que no jugaría con ella... Pero intuía que la seguía queriendo, lo vio en sus ojos cuando se volvieron a ver en rectoría... Luego de tanto divagar volvió a la realidad, ahora solo podía estudiar y acercarse a Juri por medio de la esgrima, por ese arte que hace relucir de manera extraordinaria su esbelto cuerpo...
Siguió su paso por el extenso campus y vio un gran y frondoso árbol, se sintió atraída, camino hacia a el, lo que vio le pareció maravilloso, la joven esgrimista estaba descansando ahí, bajo la sombra que le brindaba este, se veía tan tranquila, con el cabello alborotado, dormía boca arriba, con las manos en su vientre y la camisa un poco abierta, pero algo le llamo profundamente la atención, algo brillaba en una de sus manos, se acerco despacio y lo vio, ahí estaba el bendito pendiente, tal y como lo recordaba, de un dorado y un brillo exquisito, ahora estaba más que segura, la esgrimista aún la amaba. Se sentó a su lado y le acaricio la frente de manera delicada.
-mmm Shiori- suspiro Juri
Era posible que la esgrimista la hubiera descubierto o ¿solo hablaba dormida?, rió por lo bajo y deposito un casto beso en los labios de su amado príncipe




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CONTINUARA...

sábado, 22 de octubre de 2011

Crees en los milagros?? Parte2

La noche se había repletado de suspiros, de abrazos, de besos apasionados y sorpresivos... La esgrimista yacía en desnudez abrazada a la cintura de su joven y hermosa amante, despertó súbitamente y se encontró con los ojos de Charlotte observándola tiernamente.

-Buenas noches mi príncipe-
-Buenas noches mi princesa- Sonrió la esgrimista y la pelinegra le beso la frente.

Todo estaba bien, ambas jóvenes tenían el mundo en sus manos, Juri jamás había experimentado una sensación igual, la cual era la tan llamada "tranquilidad"; su cuerpo, su mente, todo estaba liberado, ya no había caos, Charlotte había disipado todo, el tormento de la vida de Juri, ese caos que tenía nombre de mujer "Shiori", ¿por qué seguía sujeta a un recuerdo?, uno doloroso, un tortuoso amor... Pero estaba consiente de que aun amaba a la joven de cabellos amatistas, pero sabia que ya no era necesario tenerla cerca, no sentía la necesidad de verla, no en esos momentos por lo menos
 Charlotte le acariciaba el cabello, pasaba sus manos por el esbelto cuerpo de la esgrimista y sonreía satisfecha, Juri le hacia sentir tan bien, por fin habían hecho el amor, Giordano no aguantaba mas, su amor por ella era tan sincero y pasional, pero también sabia que la joven de cabellos naranjas ocultaba algo, intuía que su corazón estaba lleno de heridas, que ese orgullo no era mas que un escudo, su fortaleza, su castillo, sabia también que Arisugawa era una excelente esgrimista lo había presenciado, la primera vez que la vio por el campus supo que era una mujer fuerte, brillante y extremadamente solitaria, y ¿por qué no?, una mujer triste, pero se sintió atraída por esa postura altiva, de cierta manera era una admiradora de la joven, pero mas allá de eso, quería estar cerca de ella, quería saber de sus problemas, de su vida, quería y necesitaba tocar su corazón, y cuando la vio mover su espada en una competencia, no lo dudo mas, se acerco a la joven, sin tapujos y sin miedos e hizo lo posible por estar cerca de ella y de cierta manera Juri la aceptaba, cuando los rumores comenzaron, Charlotte se sintió triste y avergonzada, no asediaba a la joven, solo quería estar cerca de ella, pero al parecer Juri se dio cuenta de esto, y paro en seco los rumores, esto lo hizo en una practica de esgrima, en el gimnasio en donde no solo se reúnen los esgrimistas si no todos los atletas de la universidad, en ese momento vio como Juri se quitaba la careta propia del vestuario de esgrima, alzaba la voz y su espada a todos los estudiantes presentes y decía, cito textualmente -" Charlotte Giordano me agrada... Les guste o no" luego de esas palabras todos entendieron que Charlotte era intocable, a nadie le agradaría tener como enemiga a Arisugawa, así muchos pretendientes de la joven se dieron por vencidos y comprendieron que de cierta manera estaban destinadas a estar juntas.

Estuvieron horas recostadas en la cama, solo con una sabana que disimulaba la desnudez de ambas, hasta que el móvil de Juri sonó, contesto aun que Charlotte se opuso poniendo cara de pocos amigos, pero lo hizo igual, la llamada era para decirle que necesitaban de ella temprano en la mañana de manera urgente, debería presentarse en la oficina del rector y claro la esgrimista pregunto el porque de la razón pero no adujeron nada, solo se solicitaba su presencia, cosa que de cierta manera la desconcertó y analizo, tal vez sus calificaciones no eran las esperadas, tal vez había algo malo en su técnica, o incluso podría ser que no tenía lo necesario para seguir en el equipo, pero todo esas divagaciones eran de uno u otro modo absurdas o tal vez en última instancia era sobre la relación que tenía con la joven Giordano, pero eso era su problema no de la universidad y si llegaba a ser así, no dejaría que pasaran a llevar a la prodigio que ahora era su amante.
-¿Asunto universitario?- pregunto Charlotte levantando una ceja
-Si, me están llamando a rectoría, quien sabe para que cosa-
-No te aflijas, no creo que sea algo serio, todos saben que eres intocable mi príncipe, sin ti el prestigio de la Universidad quedaría reducido a nada.
-Charlotte no creo que sea tanto a si, pero veremos como se desarrolla todo esto, aun así hay algo que me preocupa pero no se realmente que es
-Ven... Nada va a pasar- seguida de estas palabras hizo que se apoyara en su pecho y Juri sintió una inmensa tranquilidad, sentía como la sinfonía del palpitar del corazón de su amante la guiaba a los brazos de caprichoso Morfeo, que en esta ocasión le regalo un calmado y relajante sueño, pudo percibir como Charlotte la acomodaba en la cama y ahora ella se apoyaba en el pecho de la esgrimista mientras la abrazaba.

Los tenues rayos del sol se filtraban por las cortinas, las jóvenes seguían durmiendo abrazadas y poco a poco la pelinegra despertó y obsequio un beso en los labios a la bella durmiente.

-Despierta- susurro
-Lo sé, estoy despierta hace unas horas
-Entonces porque no te levantaste...
-Estaba cómoda junto a ti
-Tonta... Vamos que debes estar en la rectoría en unas horas
-Lo sé...

Dicho esto, las jóvenes se levantaron y al paso de unos minutos  Charlotte también recibía una llamada de rectoría, aludiendo a que la necesitaban, ahora si todo era extraño, temió de cierta manera que su relación con la esgrimista traería problemas, pero sabia de ante mano que nadie podía entrometerse mas aun si Charlotte era una estudiante prodigio, con excelentes notas, e incluso investigaciones de gran prestigio a pesar de su juventud aun que era mayor que la esgrimista, mientras Juri contaba con 19 años, Giordano tenia 21 y cursaba 3er año de ciencias políticas, mientras que la pelinaranja cursaba 2do año de derecho, pero Giordano se veía mas joven que la esgrimista y quizás por esa razón se entendía que esta ultima la protegía, pasada unas horas se fueron a la universidad. Algo nerviosas por un llamado un tanto extraño, caminaban muy pegadas, hasta que la pelinegra tomo de la mano a la esgrimista a lo que esta se sorprendió, miro a su acompañante y entendió que esta era la muestra de amor necesaria para que la joven se sintiera en paz con ella, y aquí otro punto en contra de la joven de mirada amatista, Shiori jamás hubiese dejado que el instituto se enterara que tenían algo mas allá de la amistad y por ello Juri se sentía pasada a llevar, su orgullo era pisoteado simplemente por una absurda condición, pero aun así la seguía. Ahora no habían tapujos, ni reacciones extrañas, ahora era libre y Charlotte lo había logrado.

Ya en rectoría, pasaron unos minutos y apareció el rector con una sonrisa bastante afable.

-Las he traído aquí porque sé que ambas tienen una muy buena relación, además tienen unas calificaciones excelente, señorita Arisugawa su desempeño en la esgrima es fabuloso y que decir de sus ponencias, todo la institución se ha maravillado con ello... Y Ud. señorita Giordano siempre hace aportes con sus investigaciones, se que gracias a ello nuestra universidad goza de un prestigio enorme... Bueno dejare los halagos a un lado y les contare el motivo de mi llamado, primero que nada, tendremos un nuevo estudiante, además proviene del mismo instituto del cual salió la Señorita Arisugawa y también es esgrimista-
Juri sonrió para si, puesto que tal vez se trataba de su amigo y discípulo Miki Kaoru, seria estupendo tener al chico de cabello celeste con ella, el rector siguió hablando- Además viene a estudiar Ciencias políticas por ello la llame a Ud. señorita Giordano, por lo cual le pido a ambas que guíen a este estudiante, la traeré.- Dicho esto el rector se retiro, las chicas se miraron y sonrieron cómplices.

-Ahora seremos niñeras- dijo Charlotte
-Tal vez... Pero me extraña que alguien de Ohtori llegue acá, según tenía entendido nadie del instituto estaba interesado en esta universidad o en la esgrima como yo.
-Tal vez tu talento te preceda Juri... quizás es un admirador- y sonrió burlonamente.

Desde dentro de la rectoría se podían escuchar las risas provenientes de afuera, era la del rector y alguien mas que al parecer era una chica, así que ambas jóvenes se pusieron de pie, entro el rector y justo detrás de el una chica de largos cabellos amatista oscuro, con un sombrero y gafas de sol, Juri la miro un poco desconcertada, la joven sonrió para luego sacarse las gafas y el sombrero, lo que vio la esgrimista era la peor pesadilla del mundo, pestañeo varias veces e incluso se restregó los ojos a lo que Charlotte la miro preocupada, pero la pelinaranja se calmo.

-Les presento a la señorita Shiori Takatsuki- Hablo el rector con una particular sonrisa
-Mucho gusto, soy Charlotte Giordano- hablo la joven y le tendió la mano a Shiori
-El gusto es mío- Sonrió la joven amatista.- Mucho gusto señorita Arisugawa- y se inclino un poco como muestra de respeto, Juri sonrió firmemente y opto por esa posición altiva que siempre le destacaba e incluso la miro con sorna, esta vez no caería en sus juegos.
-Bueno señorita Takatsuki, la joven Giordano y la joven Arisugawa serán sus guías por algunas semanas... Dicho así las dejo para que Ud. conozca nuestro campus... Pueden retirarse- así las tres salieron.


(Takatsuki Shiori & Arisugawa Juri)

Charlotte tomo de la mano a Juri, le sonrió amablemente y el semblante de ésta ultima cambio visiblemente, pero su tranquilidad se estaba esfumando, Shiori por su parte, miraba a las chicas seriamente.
-Son novias?- pregunto la cínica chica con un tono inocentón
-Eh...- Balbuceo Charlotte
-Si, desde ayer- Reafirmo la esgrimista y paso su brazo por la cintura de su recién reconocida novia
-Juri...Gracias-
-No hay nada que agradecer.- sonrió sinceramente... Como no hacerlo si adoraba a la pelinegra y no quería defraudarla ni tampoco abandonarla, esta era su oportunidad de hacer una vida como ella quería, solo había un inconveniente ya no luchaba con el recuerdo de Shiori, si no que ahora estaba ahí de cuerpo presente.
-Quieres desayunar- hablo la amable Charlotte
-Claro- respondió Shiori
 Fueron a la cafetería de la universidad, Shiori se las ingenio para quedarse a solas con Juri con la excusa de que quería conocer las instalaciones del gimnasio antes de desayunar, así Charlotte dejo que fueran solas, puesto que la esgrimista conocía cada rincón del gran lugar.
-Que quieres Shiori?- hablo de manera inquisitiva
-Nada, quería conocer el gimnasio donde tantas veces has practicado...- Dicho esto, arrincono a la chica, las ágiles manos de la joven amatista buscaron el pendiente con su fotografía...- No lo traes- hablo decepcionada
-Shiori quien te crees que eres?- La aparto bruscamente
-La mujer que tu amas?- respondió seductoramente
-Olvídate de eso... Ya no estamos en Ohtori... Tu quedaste en mi pasado, así que por favor si vienes a fastidiarme la vida, olvídalo.

Esas palabras le destrozaron la sonrisa a Shiori, ¿cómo la esgrimista había cambiado tanto?, no lo entendía, años atrás la joven esgrimista era su marioneta, en donde todo lo que decía ella era una ley y en donde disfrutaba ver humillada a Arisugawa... Pero en el fondo sabía que siempre estuvo mal su actuar, que Juri nunca se lo merecía, pero a pesar de amarla tanto, odiaba que detrás de esa fortaleza llamada orgullo escondiera un pasional amor... Había llegado a la universidad donde se encontraba Juri, para disculparse, para decirle que sí, que la amaba y que jamás fue un juego, que adoraba como la trataba, la esgrimista era el príncipe del campus, pero también era el suyo... A la mente de Shiori vinieron esos hermosos recuerdos cuando eran pequeñas, cuando jugaban juntas, Juri siempre la protegía de todo y ahora ¿qué había?, nada absolutamente nada, simplemente porque la envidia y la vanidad eran más grandes que ella.

-Shiori, solo te pido que te alejes lo más posible de Charlotte y de mi, porque envenenas todo- Dicho esto salió del gimnasio y trato de recuperar la compostura, volvió con la pelinegra que al verla la miro extrañada.
-Juri tienes un rasguño en el cuello... Que paso con Takatsuki?
-Nada, me pase a llevar con una rama y deje a Takatsuki en el gimnasio, dijo que quería estar sola- mentía, le mentía a su adorada Charlotte
-¿Ustedes se conocen?- pregunto algo desconfiada
-No
-Me parece una joven agradable, además de guapa- cambio su semblante al escuchar la respuesta de su amada
Juri guardo silencio y la miro frunciendo el ceño haciendo un sonido de disgusto


-Si tu lo dice- Pero era verdad, Shiori se había vuelto una mujer guapa, dejando crecer su cabello que ahora caía en suaves ondas por sus hombros, su figura estaba igual, fina delicada, sin embargo ésta vez no parecía una chica feliz, si no que opacada, triste y de cierta manera Juri sintió lastima, a pesar de su belleza algo había cambiado y aun que quisiera averiguarlo no era su trabajo, ya no era su príncipe, ahora era el de Charlotte, por lo tanto ya no había pendiente ni nada, solo un rasguño en su cuello, que se lo hizo cuando Shiori trato de encontrar el pendiente en su cuerpo.


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CONTINUARA...

viernes, 21 de octubre de 2011

Crees en los milagros?? parte1

(Arisugawa Juri)

Extendía su brazo mientras sostenía el florete en su ávida mano, movía el arma con tal sutileza y gracilidad que cualquier ángel se quedaría prendado de aquella esbelta figura que sostenía la espada, los pasos firme eran señal de la avanzada batalla y de una victoria inminente, la grácil figura había triunfado sobre su torpe enemigo que había caído pesadamente... Solo era un practica, solo era una simulación de una batalla que jamás sería verdadera, a no ser por un motivo como la venganza o el honor... Pero ella, Juri Arisugawa era demasiado orgullosa como para tales hechos, tal vez apelaría por su honor, no solo tal vez, si no que lo haría, lo que más poseía Arisugawa era orgullo, estaba claro, su habilidad con la espada, su fuerte carácter eran una muestra de lo que era la joven, de ese orgullo intrínseco en ella... Así la practica de esgrima había llegado a su fin, al de siempre, en donde ella era la reina y señora de aquel lugar y ¿por qué no?, también del campus de la universidad. Así tenía la admiración de los estudiantes, el profesorado e incluso el rector de la universidad. Los gloriosos años en Ohtori habían quedado atrás, nada mas de utopías, nada más de princesas y príncipes, ahora con 19 años lo único que tenia en sus manos era su amor por la esgrima, esta misma disciplina y sus notables calificaciones le dieron la oportunidad de entrar a una excelente universidad.

Ahí estaba recostada a los pies de un frondoso árbol, durmiendo plácidamente, la brisa acompañaba su respiración pausada, aun que ya no usaba el uniforme que la hacía pertenecer a un grupo de élite, su figura estilizada y hermosa seguía resaltado de igual manera y mientras dormía soñaba siempre con lo mismo, esos sueños que solo ella conocía, en donde aún se encontraba la chica de cabello amatista, la joven que le hacia perder la cabeza de una manera única, su amada Shiori Takatsuki, esa chica de apática mirada, una mujer extremadamente bipolar, pero aun así Juri la amaba, la seguía amando después de 3 años, se había marchado de Ohtori, porque de cierta manera no quería seguir encerrada en un lugar donde el exterior no existía, por lo tanto no era válido para ella, ya que Juri perseguía también el éxito, el prestigio, por esa simple razón se largo de ahí y con ello sacar de su cabeza a Shiori.

No paso mucho tiempo para que despertara, otra clase se aproximaba, así que decidió ir por algo de comer y dirigirse al salón que le correspondía... Llego al gran salón y no había nadie, supuso que solo a ella le gusta llegar temprano, comenzó a revisar sus apuntes, se sintió en paz, no había ninguna mirada que la estuviera vigilando, ahora si podía ser ella misma, se abrió un poco la camisa y ahí estaba el relicario cerca de su pecho y este era el símbolo de amor mas conciso del mundo, ese dorado colgante donde se guarda la fotografía de la mujer que le roba los sueños, lo abrió y lo admiro nuevamente, la extrañaba, extrañaba la sonrisa de la chica, su voz, verla solo unos segundos.
 -Shiori- susurro y luego dio un largo suspiro, en ese instante deseo estar en Ohtori, para ir corriendo tras la chica, abrazarla y decirle que nadie la amaría como ella, que no importaba el daño que le había hecho, ni nada del pasado... Pero estaba muy lejos de ello, tal vez podría volver a Ohtori, pero ¿para qué? Sabía que en el instituto la recibirían con honores, pero volvería a una miseria, a la miseria de no tener a la única persona que ha amado, además que más daba, ya todo estaba hecho, se había ido del instituto y haciendo abandono de todo su dolor, dejo a sus amigos, dejo su infancia en ese lugar tan adorado pero tan claustrofobico.

Sintió unas manos que le taparon los ojos sacándola así de sus cavilaciones y Arisugawa sonrió.

-¿Quien soy?- una dulce voz se extendió.
-¿Si adivino?...-titubeo un poco -¿Qué obtendré?-
-No lo sé- dijo una risueña voz.
-Charlotte, sé que eres tú- dijo amablemente.
-ahahaha...- rió la joven y abrazo a la esgrimista por la espalda -Tenía ganas de verte, fui al salón de esgrima pero me dijeron que te habías ido, así que supuse que estabas aquí, mi adorado príncipe- luego de eso, se puso frente a Juri, la beso suavemente y esta la abrazo... Si, tal vez amaba a Shiori, aún la amaba, pero la joven Charlotte Giordano era tan dulce, tan amable que ni siquiera la fuerte esgrimista podía resistirlo. Charlotte Giordano, era de cabello negro azulado, largo, hasta las caderas, mas baja que la esgrimista, pero igual de esbelta, poseía un lindo perfil, de labios finos, de ojos azules y largas pestañas, de piel blanquecina y una sonrisa encantadora, la joven tenía un porte delicado, cualquiera diria que pertenecia a una familia noble, en general Charlotte era bastante guapa y por ello tenía bastantes pretendientes, pero estaba claro que solo tenía ojos para la imponente esgrimista, para su príncipe.

-¿No deberías estar en clases?- preguntó Juri mientras se apoyaba en el vientre de la joven, que se encontraba de pie
-Las suspendieron, así que quería verte y tenerte para mi- sonrió pícaramente
-No juegues conmigo Charlotte- suspiro
-No lo hago, simplemente quiero que salgamos, últimamente no te veo- La esgrimista la abrazo nuevamente la tenia tomada por la cintura.
-Lo sé, a veces no tengo tiempo.
-Entonces hoy si- tomo a Juri de la mano y la llevo fuera del aula.
-Pero...
-Sin peros mi querido príncipe, hoy eres mía- sonrió nuevamente con picardía, se puso de puntillas y beso a la ingenua esgrimista...-Te amo Juri-...

Esas palabras -"Te amo juri"- resonaron en su mente, en todo su cuerpo pero no las quería escuchar de Charlotte, esta era una jovencita adorable, Juri se había prendado de cierta manera de ella, como no quererla, la acompañaba cuando estaba enferma, en innumerables ocasiones se quedo en casa de la esgrimista cuidándola cuando sufría alguna fractura, asistía a los torneos, estudiaban juntas etc...
Cuando Arisugawa llego a la universidad, el semblante de esta era frío, uno demasiado engreído, jamás se la veía sonreír, tampoco entablar amistad con nadie, pero la joven Giordano se acerco a ella, sin tapujos, sin miedo, solo comenzó a entablar conversaciones fugaces con ella, la acompañaba en los almuerzos, estaba presente en las practicas de la joven e incluso le preparaba bocadillos y muchos pensaron que Charlotte asediaba a la esbelta esgrimista y que a esta ultima le fastidiaba la presencia de la joven pero eso termino por enervar a Juri, llevándola a aclarar este hecho frente a los demás y de su propia boca salio que le agradaba aquella joven y en ese momento Charlotte se sintió maravillada con la postura de ésta, se sintió protegida y atraída por la mirada llena de fuerza, determinación y sobre todo por esa sonrisa tan sincera que le dio luego de ese incidente. Los meses pasaron y ya era común verlas juntas, verlas incluso abrazadas, se podía ver a una Juri tranquila, sobre todo cuando Charlotte la tomaba de la mano.

-Sé que estas sorprendida Juri... Pero no me digas nada, sólo déjame estar cerca de tu corazón- dicho esto la esgrimista la abrazo de manera desesperada como si Charlotte se fuera a marchar, pero mas que abrazar su cuerpo quería abrazarse a su corazón, a la calidez de la joven, a ese brillo tan hermoso... Así caminaron fuera del campus tomadas de la mano, caminaron hasta que descendió el sol y los tintes anaranjados cubrían el hermoso cielo y ahí estaban, afuera de la casa de la Charlotte sus pies involuntariamente las habían guiado hasta ese lugar... Las chicas no estaban saliendo, no eran novias, solo se acompañaban y esta era una dulce y amable compañía, la joven de cabello negro entro a la casa y la esgrimista se quedo inmóvil.

-Es que acaso no pasaras.
-Yo...
-Tu, nada- y la obligo a entrar, se sentó en el amplio sofá y los nervios hicieron presa de ella ¿y el por qué de esto? ¿de los nervios?, era fácil, jamás había estado en la casa de la joven, siempre la dejaba en la entrada, era demasiado reservada para entrar, no paso mucho, Charlotte volvió con bocadillos y bebidas para ambas, Juri bebió rápidamente, tenía la garganta seca, pasaron unos minutos y el ambiente se volvió raro, demasiado caluroso, la esgrimista suspiro sacándose la chaqueta.

-Ven- Charlotte, hablo de manera seductora caminando hacia el baño, Juri la siguió, la pelinegra cerro la puerta y desabrocho su blusa frente a los tímidos ojos de la esgrimista dejando ver así sus pechos cubiertos por una tela de encaje , Juri estaba inmóvil, nerviosa, Charlotte tomo una de las manos de la esgrimista, la posiciono sobre uno de sus pechos y Juri sintió como el pezón de su acompañante se levanto, la pelinegra lanzo un gemido y el calor subió visiblemente, a Arisugawa se le erizo la piel cuando la escucho, se mordió el labio inferior, la abrazo, y con su otra mano desabrocho el sostén de la joven, al ver los tersos pechos de su amante no aguanto mas y en unos segundos la ojiazul ya no tenía ninguna prenda que la cubriera

-Tócame- gimió Charlotte, la pelinaranja sonrió satisfecha, ya no existía timidez, estaba hecha una pantera al acecho, se acerco de apoco, abrazándola se llevo a la boca uno de los pechos de pelinegra y los saboreo, jamás habían estado juntas, solo se besaban y ese era el limite impuesto por ambas hasta ese momento, pero ahí estaba, disfrutando de una mujer perfecta, dulce, excitante y que tal vez, solo tal vez podría ser la mujer de su vida, se separaron un poco y fueron directamente a la tina, mientras se besaban de manera un tanto tímida, la tina se lleno, se metieron en ella pero el calor persistía, claro, el ambiente estaba extasiado, Juri se sentó detrás Charlotte acomodándola entre sus piernas así pudo besar el cuello y espalda de esta ultima y así también podía tocar los pechos de su pelinegra, siendo apretados estos deliciosa y lentamente para el gusto de Charlotte, el camino estaba trazado, la abrazo por la cintura, apretándola contra ella, sus ávidas manos bajaron por el vientre de la joven y encontrando el manantial del placer al tiempo que besaba su espalda, hombros y mordía su oreja, se sintió maravillada, estaba cálido extremadamente cálido, se detuvo y la respiración agitada de Charlotte fue un indicador para seguir, palpo unos segundo y comenzó a acariciar el sexo de su amante.-Sigue Juri... No me dejes- suspiraba y gemía.

Gemido a gemido, beso a beso, caricia a caricia, el orgasmo de Charlotte estaba cerca y a pesar de que el agua fría las cubría hasta el pecho, el calor no cesaba, Juri estaba tentada y no resistió, introdujo un dedo dentro de Charlotte y lo movía de manera rítmica, apretando a su amaba contra ella y la pelinegra insistió a introducir otro y así fue, y el vaivén de caderas se intensifico, prolongando el éxtasis la euforia del momento hasta llegar a un delicioso clímax, en donde la esgrimista se sentía inmensamente satisfecha y Charlotte totalmente extasiada.

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CONTINUARA...