miércoles, 5 de septiembre de 2012

Extraña III

 Cap. III

-No quiero que me lleves...-
Tocaron a la puerta y entro el doctor.
-Señorita Klimt, le recomiendo que pase la noche acá en la clínica, no puede irse aun, por lo menos debe tener una noche de reposo, mañana podrá irse con un familiar a casa
-Pero no tengo a nadie aquí en la cuidad, mis padres están en el extranjero
-Hermanos?
-Nop...
-Entonces deberá recuperarse aquí.
-¿Qué?- grito y la platinada comenzó a despertar
-¿Qué sucede... Te sientes bien Gabriela- y acaricio la mejilla de esta
-Nada...- Susurro
-¿Cómo qué no es nada?... Yo te llevare a casa mañana, no quiero que estés sola- hablo Lisa con voz firme
-No quiero irme contigo...- Le contestó Klimt
-Pues vente conmigo...- Le tembló la voz a la rubia- Yo te iré a dejar a casa Gabriela y cuidare de ti- sonrió y beso la frente de la arquitecto.
-Joan... No debes hacer esto por mi... Osea... Tú debes tener más problemas que yo... Sólo estoy algo lesionada- trato de sonreí.

Lisa miraba extrañada la escena, algo definitivamente no le agradaba, algo no calzaba y menos podía concebir como Gabrielle podía tener compañía como la rubia, es decir para Lisa, la platinada solo tenía aspecto de ser una zorra, de esas mujeres que están con otras por diversión.

-Disculpa... ¿ Cuál es tu nombre?- pregunto Lisa, con un tono de voz inquisitivo
-Hey, podrías tener un tono más cortés para preguntar!- la reprendió Gabrielle.
-No te soporto Gabriela Klimt!
-Entonces vete...
-Disculpen- se pronuncio el doctor...-La señorita Klimt necesita descansar, les ruego volver mañana a las 3 de la tarde, esa es la hora de visita.
-Gabriela... Mañana vengo por ti!- Joan beso suavemente los labios de la joven y se marcho.

Ambas chicas salieron, Lisa siguio con la mirada a Joan hasta ver que se había ido del hospital y ahí decidio salir del recinto, dejando dejando por fin sola a la arquitecto, quien no alcanzaba a dilucidar lo que había pasado, sobre todo el beso y los cariños con la platinada, ahora solo le quedaba descansar el resto de la noche.

Mientras tanto...

Joan caminaba a casa, aún estaba adolorida por lo que había sucedido... aun sentía las manos de ese mafioso apretando sus brazos, forcejeando con ella, ¿En qué minuto se le había ocurrido atender un cliente a las 7 y en su casa?, estaba algo aburrida en el cabaret, necesitaba un respiro, solo que este había sido uno a medias, porque la obligaron a tener una cita, la que debería haber durado solo una hora e incluso menos, pero las cosas no salieron como quería, el tipo en cuestión era un mafioso de poca monta, pero estaba pagando más de lo normal por una chica y quería solo a Joan

Flashback

El reloj marco las 7pm de la tarde, no quería tener sexo ni nada parecido, pero necesitaba tanto el dinero que no podía evitarlo, se arreglo lo suficiente y espero sentada en el gran sofá de la sala, realmente Joan esperaba que fueran las 9pm para ver a la arquitecto, pues le había parecido interesante ver como una mujer se resistía a ella pero salio de sus cavilaciones cuando la puerta se abrió y vio al su cliente entrar, cuando lo vio, se sintió incomoda, puesto el hombre en cuestión no tenía buen aspecto, todos sus clientes siempre eran apuestos, hombres de oficina, afables que solo buscaban un buen rato, pero está vez las cosas no eran así, el hombre en cuestión llamado Ricardo, tenía un tatuaje en el brazo, el cabello rubio mal teñido y una sonrisa macabra.

-Eres la rubia más exquisita que he visto- le susurro en el oído y puso su mano sobre la pierna de la rubia, a a cual solo le dio asco, pero sonrió por cortesía
-Quieres beber algo, vino? champagne? whisky o cerveza
-Cerveza por favor... Está noche serás solo mía lindura
Joan fue por cerveza, pero en realidad no quería estar ahí y se demoro lo más posible, hasta que el hombre la empezó a llamar y no tuvo más opción que salir, trato de sonreír, llego a la sala y el tipo ya estaba sin polera.
-Te demoraste mucho... ¿Qué paso no quieres estar conmigo?- pregunto de manera maliciosa y la abrazo por la cintura y la joven sintió un bulto se levantaba y empujaba sus nalgas; Joan retiro los brazos del hombre y se alejo para sentarse nuevamente en el sillón.

-Nena, ponte cómoda... Déjame ver tus piernas, muero por besarlas y saborearte- pronuncio y la tomo del brazo atrayéndola hacia si.
-Pero vayamos con calma
-Es que yo no quiero calma, quiero follarte ahora!- se saboreo y paso su lengua por la oreja de la platinada...-Llévame a tu habitación quiero ver como te comportas en la cama... Tengo entendido que eres la mejor del cabaret-  rio fuerte el hombre
A Joan no le quedo más que llevarlo a la habitación, el hombre la abrazo y comenzó a desnudarla, y ella to tuvo otra opción que soportarlo, poco a poco, la dejo solo en ropa interior, la miraba de manera pervertida y Joan sentía escalofrío, está vez no estaba gozando con su cliente, si no que le daba asco y su cuerpo empezó a rechazarlo, sus manos alejaban las manos de Ricardo, su toque no le agradaba, era brusco, estúpido, hasta que se zafo de su agarre.

-Oye que pague por acostarme contigo puta!
-Vete de mi casa, haré que te devuelvan el dinero- Le grito
-No... Ni aun que me lo devolvieran, quiero hacerte mía, quiero escucharte gritar suplicando porque pare de follarte y la jalo del cabello 
-Pero no quiero! no entiendes
-Ven para acá- y la abofeteo a lo que Joan cayo al suelo estrepitosamente, el hombre se posiciono sobre ella y comenzó a desabrocharse el pantalón, pero la platinada lo empujo y trato de correr pero el tipo la alcanzo, la empujo contra la pared, presiono contra ella su miembro, mientras la desnudo completamente y Joan solo pedía auxilio, era la primera vez que no disfrutaba con un cliente, se sentía sucia, horrible, el tiempo parecía eterno, ahora se encontraba con las piernas abiertas, el tipo la había amenazado con cortarle el cuerpo si no lo obedecía, esta vez si no tenía escapatoria si no sufriría las consecuencias, pero en un ultimo momento forcejeo con él y de la nada vio como Gabriela Klimt estaba sobre el abusador, peleando con el, el que con solo sacudirse envió lejos a la arquitecto, pero esta volvió sobre el y en ese instante Joan escapo de su agarre la desesperación la hacia gritar, mientras el hombre asfixiaba a la otra joven, pero esta reacciono y le dio una patada en los genitales, pero aun así aun que el violador estaba en el suelo, alcanzo a Gabriela y Joan vio todo en cámara lenta, como el abusador le quebraba una de las extremidades y golpeaba la fina cara de su cita de las 9pm, no quería seguir viendo como todo se transformaba en una matanza, como todo se iba al carajo simplemente porque no le había agradado su cliente, su trabajo era el placer, ¿por qué se detuvo a pensar en ella misma?, si no hubiese sido a si, la arquitecto no estaría en esta situación. La escena estaba siendo ennegrecida cada vez más, hasta que vio como Gabriela machacaba en el suelo al mafioso, jamás pensó que un cuerpo tan frágil fuera tan fuerte.

-Fin de Flashback-

Ahora, no podía pensar en volver a casa, no quería estar ahí y tampoco a su trabajo en el cabaret, se sentía cansada, culpable y sumamente sucia, pero no le quedo de otra, volvió a casa, comenzó a ordenar todo el desastre que había quedado, limpio la sangre y comenzó a llorar, ya no quería nada, necesitaba tranquilidad, marcharse a otro lugar, una vida nueva, donde nadie la conociera, olvidarse de todo, pero no podía, algo la ataba a la cuidad y tampoco podía dejar de lado a la única persona que la ha ayudado en esta vida...

Gabriela Klimt- susurro y lloro.

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CONTINUARA

miércoles, 25 de julio de 2012

Reencuentro Parte 2 y Final


Francesca podía sentir la leve respiración de su amiga, pero también su corazón, noto como latía demasiado fuerte, pero no sucedió nada, Romina solo se quedo ahí, apoyada en el hombro de su amiga, pero cualquiera que las hubiera visto pensaría que eran novias, era cosa de mirarlas, demasiado melosas para ser solo amigas, incluso la gente que pasaba cerca y la hermana de Romina miraba a las chicas como si fueran pareja, cosa que hizo sentir bastante incomoda a Francesca.

-Vamos a caminar un rato- Hablo ya un poco más calmada, se puso de pie y le extendió la mano a su amiga, la que sonrió dulcemente, pero en ningún momento soltó la mano de la pelinegra.

Caminaron cuadras y cuadras, hasta que llegaron a una avenida, estaban en la esquina de una fabrica no andaba mucha gente por ese lugar, la verdad pasaron dos o tres personas, Romina miraba de manera expectante a su amiga, mientras que Francesca solo desviaba la mirada a cualquier lado, sabia que si la miraba fijamente no se iba a controlar y la iba a besar, cosa que no podía hacer, supuestamente amaba a Kate y no podía hacerle eso, tampoco solía hacer eso, odiaba los engaños pero jamás se había enfrentado a algo semejante, a una situación exquisitamente tentativa pero si lo hacia como se iba a sentir, como iba a mirar a su novia, mientras reflexionaba Romina se había sentado en el suelo en la puerta de la fabrica y al darse cuenta se hinco frente a ella.

-No sé que estoy haciendo- susurro para sí misma y de un momento a otro Romina la había besado y Francesca no se pudo contener y correspondió su beso, sabía que estaba totalmente mal, pero esos labios que sabían a frambuesa la tenían vuelta loca, entre besos y beso, los labios de la pelinegra estaban en el cuello de la castaña, quien gemía seximente y abrazaba más a su amiga quien sentía como poco a poco la castaña abría las piernas y comenzaba hacer movimientos pélvicos, se abrió el cierre del pantalón y tomo la mano de Francesca guiándola al interior de su prenda íntima, esta última suspiro al darse cuenta de lo mojada de su compañera, siguió besándola con más fervor y también masajeando la intimidad de Romina y esta no paraba de gemir de placer, Francesca coló una de sus manos en los pechos de su amiga.

-No son tan grandes como quisiera-dijo ruborizaba
-No importa- respondió y subió la polera de su amiga dejando al descubierto los firmes y redondos pechos de su amiga, los contemplo, pero no tardo en acercarse a uno de ellos y llevárselo a la boca para saborearlo una y otra vez, mientras que con la otra mano estimulaba es un ejercicio armonioso a Romina.

-Oh... introduce tus dedos en mi quiero sentirte- gimió y Francesca acato la orden, metió tres dedos los que resbalaban por los líquidos de su amiga...- sigue así pronto acabare... Espera- interrumpió el acto- se puso de pie, se bajó los pantalones, se apoyó en la pared y puso sus nalgas hacia Francesca, quien no creía lo que veía, su amiga estaba en todo su esplendor mostrándole su cuerpo sin tapujos ni vergüenzas

-Lámeme por favor y entra en mí, quiero sentirte
-Pero... Todos nos verán- respondió ruborizada hasta las orejas
-No hay nadie mira y estamos a oscuras- respondió mirándola desde la espalda.


Así Francesca se acercó al manantial de su amigas y primero olio aquel néctar y sintió su corazón latir a mil, toco un poco con sus dedos a lo que Romina gimió, para luego lamer directamente la intimidad de la que en ese momento era su mujer, las piernas de su compañera temblaban y Francesca estaba maravillada, jamás pensó que su inocente amiga fuera en realidad tan descarada, así siguió en su labor la cual le encantaba, jamás había tenido sexo en la calle y era bastante estimulante, continuo lamiendo una y otra vez mientras que entraba y salía de su amiga con sus dedos, la que poco a poco comenzó a moverse más lo que indicaba que estaba a punto de acabar y Francesca sintió como los adentros de su amiga apretaban su mano señalando que había llegado al delicioso orgasmo. La pelinegra se puso de pie y comenzó a vestir a su amiga, quien estaba roja de la vergüenza y la abrazo, dándole un beso cerca de la oreja.

-No me mires Fran... No quiero que me veas así- susurro
-Pero que dices... Romina ya te vi lo suficiente... No te avergüences- respondió casi riendo
-Fran sabes por qué hice esto?
-De caliente?
-No!, eres tan insoportable
-Hey no te enojes hace un rato no parecías así
- Hice esto por que siempre, desde que te conozco me gustas y la verdad cuando te vi de nuevo sentí que te amaba... Que te amo, por eso quise entregarme a ti.

Francesca la miro impresionada, jamás pensó que su amiga tuviera unos sentimientos tan fuerte, ahora todo se había complicado y solo había una salida.

-Romina... Yo, yo no puedo corresponderte, me gustas, siempre lo has hecho y te encuentro hermosa, lo de hoy ha sido una de las mejores cosas que me han pasado, pero yo estoy enamorada de otra chica y esa chica es mi novia hace 2 semanas y no pienso abandonarla por esto.
-Dices que no significo nada, que solo estabas teniendo sexo conmigo...- Dijo entre sollozos
-Si- Respondió sin siquiera mover un músculo
-Y dices que amas a tu chica?
-Si la amo y eso nadie lo puede negar, lo de hoy fue un error olímpico- Sonrió de medio lado, sabia que se había equivocado y solo lo admitía
-Llévame a mi casa ahora!- Le grito y se fue caminando delante de Francesca
-Para que me dices que te lleve si vas delante de mi
-Entonces déjame hasta aquí
-Como quieras- Francesca estaba cruzando la calle
-No!- grito y camino hacia Francesca y le dio una bofetada para irse corriendo a su casa.

Así Francesca llego a su casa, con la mejilla roja, tomo su móvil y marco el numero de su novia

-Aló amor?
-Hola Francesca... Cómo estuvo tu día?
-Bien, estoy un poco adolorida pero bien... Kate puedo ir a verte a tu casa, quiero dormir contigo hoy- pregunto amablemente y sonrió de manera dulce, hoy necesitaba a su mujer.
-Claro... Te espero
-Kate... Te amo demasiado
-Yo también te amo Francesca. 

Fin. 


martes, 24 de julio de 2012

Mala Idea Cap II

 Cap. II
Volviendo

Así era habían pasado 5 años desde la última vez que había visto a la única mujer que había amado, ahora Mischa tenia 27 años, ya había terminado su carrera de arte hace dos años y daba clases en un modesto colegio, aun que era pequeño amaba la calidez del reciento y sobre todo lo bueno que eran los niños, daba clases hasta niños de 12 años, a veces era complicado explicarle a los más pequeños, así que se dedicaba a supervisarlos mientras pintaban, dibujaban o simplemente mientras jugaban. Su vida transcurría relativamente normal, de no ser porque a veces soñaba con Tasha eso en ocasiones le amargaba la semana, pero la única forma de olvidarla era pintando, pasaba días completo en su estudio y cada vez que dibujaba el rostro de una mujer aparecían los rasgos de su ex novia.

Día Jueves 5pm
Hoy había una exposición de arte de los pequeños de kinder, Mischa había organizado todo junto con la profesora de la clase, pusieron los cuadros que los niños hicieron en las paredes y otros en trípodes, los niños iban a llegar junto con sus padres dentro de poco.

-A las 6 comenzará todo... Los pequeños deben estar ansiosos por mostrar sus obras a su padres- Dijo la profesora de kinder, quien se sentaba al lado de la pelirroja
-Sí, me impresiona como algunos con lo pequeño que son tienen tanto talento
-Mischa salgamos hoy- pregunto muy coqueta la docente
-Natasha... Me encantas pero no tengo ganas de salir
-Y si voy a verte a tu casa?
-Eso me gusto más- sonrió y se inclino para besar a la profesora...
-Después de este evento nos vamos a tu casa.

Dieron las 6pm y comenzaron a llegar varios pequeños en compañía con sus padres, había leche y galletas para los niños y canapés para los adultos, en total habían 15 niños y casi 25 adultos.

-Profesora Mischa- hablo una pequeña de cabellos rubios
-Qué pasa Lena- Mischa se inclino a la altura de la niña
-Es que no encuentro una pintura que hice para mi mamí- respondió la niña haciendo un puchero
-Ya, vamos a buscarla- tomo a la niña en sus brazos y buscaron en unos estantes hasta que dieron con ella, era una pintura de una mariposa.
-Tía Mischa eres la mejor!!!!- dijo la niña y se bajo de los brazos de la pelirroja.

-Disculpen...- hablo Mischa llamando la atención de todos- Hoy es un día especial... Sus pequeño han trabajado duro haciendo estos hermoso cuadros solo para ustedes, así que disfruten de sus pequeños y llévense el cuadro que más les guste a casa- Los padres felicitaban a sus hijos y los llenaban de alago

-Profesora Mischa- nuevamente hablo la pequeña Lena
-Dime
-Mi mamá dice que quiere conocerte 
-Tráela entonces- Respondió despeinándola un poco

No pasaron ni tres segundo y lo que veía Mischa era increíble.

-Mischa... Oh por dios eres tú- hablo la mujer y sus ojos se llenaron de lágrimas para luego poder abrazarla
-No... esto no es verdad...
-Si lo es... Mischa no sabes todo lo que te he necesitado
-Demonios Tasha suéltame- susurro la pelirroja...-Esta tu hija aquí
-Necesito verte más tarde... Toma- saco un lápiz y anoto su número de teléfono en la palma de Mischa.
-Crees que te llamare?... Eres estúpida o qué?
-Tía Mischa por qué tratas así a mi mamí- pregunto jalandole el pantalón
-Estamos jugando Lena- respondió Tasha y la pequeña se rió y se fue a jugar
-Ni siquiera puedo echarte de este lugar porque eres la madre de la pequeña Lena
-Tanto me odias?
-Si Tasha te odio como no tienes idea... Sólo no me hables en lo que queda de esta recepción- y se fue a conversar con otros padres, quienes la alababan por su trabajo con los niños y como estos la querían, también se sumo la profesora del kinder Natasha, quien también recibía alagos y reía sonrojada por todos los buenos comentarios.

-Conociste a la mamá de la pequeña Lena?
-Sí ¿por qué?
-Es que es primera vez que asiste a estas reuniones, generalmente viene su tía Anastasia, pero es bueno que venga, su hija es un niña tan educada y buena compañera
-¿Y por qué no ha venido a madre?
-Tiene mucho trabajo
-¿El esposo?
-No tiene o eso me ha dicho Lena... Tú sabes como son los niños...-respondió - Recuerda que hoy es nuestra noche- y sonrió picara
-Lo sé...- sonrió de medio lado 

Ya había terminado la recepción de los dibujos y los padres ya habían elegido el cuadro que se iban a llevar a casa, así que el aula estaba casi vacía a no ser porque aun estaba Lena jugando con Natasha, mientras que Tasha observaba a Mischa quien ordenada el aula.

-¿Mischa puedo hablar contigo?
-No...
-Pero
-Pero nada Tasha...Salgamos no quiero que tu hija ni Natasha escuchen algo de lo que te voy a decir
Natasha vengo en unos minutos hablare con la madre de la pequeña Lena

Tasha la miro intimidada, era primera vez que la veía así, pero la siguió.

-¿Qué pasa... Por que no te alegras de verme?
-Eres estúpida, ¿alegrarme por verte?- Bufo...-Es que no recuerdas lo que paso hace 5 años
-Yo... yo no quería dejarte.
-Pero lo hiciste

De un momento a otro Tasha tenía abrazada a Mischa quien no podía zafarse de su agarre.
-En ningún momento he dejado de amarte... Estos 5 años sin ti han sido tan difíciles, Mischa yo te amo demasiado, ya no había vuelta atrás y también abrazaba a Tasha, sintió que esa parte que había perdido hace años volvía a ella y por un momento se sintió tan feliz, pero duro poco.

-No sé que pretendes Tasha...
-¿Sabes qué pretendo?... Esto- y besos en los labios a Mischa quien no pudo resistirse y la correspondió...- Sé que aún me amas- dicho esto se fue a buscar a su hija, dejando a la pelirroja con una sensación de amargura en los labios.

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CONTINUARA...

miércoles, 18 de julio de 2012

Mala Idea. cap I

CAP I
 TÉRMINO

5 años atrás.

Se escuchaban los gritos desde dos cuadras de distancia... A lo lejos se ven dos chicas, una de cabello largo rojo hasta la cintura, tiene una chasquilla cuadrada, de piel blanca, labios gruesos y sus ojos café oscuro claro, la otra chica se cabello rubio usa gafas, tiene el cabello hasta los hombros, de ojos verdes, labios finos y sonrisa amplia tiene algunas pecas en las mejillas y su expresión siempre es tranquila, pero está vez las cosas no son así, llevan hora y media discutiendo, la rubia trata de zafarse del agarre de la pelirroja pero no lo consigue.

-Estoy aburrida de ti y de tus berrinches... Hasta cuando estaremos así, de verdad ya no te soporto- hablo la rubia.
-Pero ayer no me decías eso... Todo lo contrario- hablo burlonamente la pelirroja y la rubia enrojeció de los nervios y le dio una bofetada...
-Esto se acaba aquí ... ¿Por qué siempre acabamos en esto?... Mischa cada vez que salimos algo encuentras mal, algo te molesta y no estoy para eso, sientes celos de los demás, no los debería sentir yo, siempre tienes números de teléfono de chicas en tus bolsillos, me has engañado 3 veces, SANTO DIOS!!! y yo te he perdonado
La pelirroja la miraba atónita, no creía lo que pasaba, su querida Tasha la estaba dejando solo por culpa de sus celos y sus ojos se llenaron de lágrimas.
-No consigues nada llorando... Esto es el fin de nosotras y aun que no lo pienses a mi me duele más de lo que se ve, mañana iré por mis cosas a tu casa.
-Es que ya no me amas- dijo mientras cubría con sus manos las lagrimas que rodaban por su mejilla
-En estos momentos mataste todo el amor que sentía por ti, solo hazme un favor no quiero saber más de ti, ya hiciste suficiente.
-Tasha yo te amo no tienes idea de como.
-Claro me amas tanto que me engañaste con 3 chicas, quizás hasta te acosaste con ellas o quizás cuantas más tuviste.
-Te engañe porque estaba harta de discutir, soy celosa, porque no aguantaba verte con tu ex, con un tipo que ni te merece, que solo quería volver contigo para usarte y acostarse contigo y lo peor era que te juntabas con el y no me decías nada , yo me tenía que enterar por otras persona, ¿ por qué nunca le pusiste freno a eso? , sabias que me molestaba verte con ese tipo, Tasha no me mientas sé que me engañaste con el, que te acostaste con ese imbécil e incluso sé que volverás con ese tipo... -Hablo lentamente pero cada palabra era más dolorosa...-si quieres irte con el, pues vete y sé que no te duele para nada esto, es más bien una escusa... Tasha te conozco más de lo que tu piensas... No vengas a mi casa por tus cosas, las enviare a la casa de tu madre y un favor más, tu no te aparezcas por mi casa-

-Ahora te haces la victima? Eres increíble Mischa... Vete a la mierda entonces-

-Acá la que es increíble eres tu... Me culpas a mi de la mala relación que teníamos, admito mis errores y los enmendé todos, cada uno de ellos y sabes que soy una novia estupenda, en cambio tú, no eres capaz de admitir que me has engañado con el estúpido de tu ex... Tu no me terminas a mi, si no que yo a ti...- Grito y suspiro como aliviada pero estaba sumamente dolida.

Mischa camino dándole la espalda a su ya ex novia Tasha, la cual solo la miraba  sin poder ni siquiera apelar a su favor. Llego a casa y tomo todas las cosas de la rubia, las dejo en unas cajas las que hacían en total 7 bultos, en ellas iba ropa, recuerdos, todo lo que le recordara a Tasha estaba ahí, las apilo y las metió en el auto, condujo hasta la casa de la madre de Tasha, toco la bocina unas 5 veces y no salio nadie, se sentía molesta, demasiado molesta, pero solo pudo llorar de impotencia la relación de 3 años se había ido al tacho de la basura por culpa de ambas, los celos y los engaños mancharon toda la relación que habían construído, pero tarde o temprano las cosas terminan solo que no quería que las cosas fueran de esa manera. Luego de llorar dentro del auto, se bajo de este y toco el timbre de la pequeña casa, hasta que una joven de cabellos rubios casi platinados salio...

-Vengo a dejarle esto a Tasha...
-Pero ella no vive aquí, vive con su novia
-Bueno yo soy la novia, mejor dicho la ex... Le puede entregar sus cosas... Gracias
-Espera...Tú eres?
- Mischa Petrova... y tú eres????
-Ah lo siento soy Anastasia la hermana menor de Tasha
-Pero no sabía que Tasha tuviera una hermana
-Ah, es que no paso mucho en el país.
-Bueno, entrégale las cajas a tu hermana... Gracias.
-Qué fue lo que paso entre tu y mi hermana

Mischa solo la miro y avanzo a su auto, mirando a Anastasia porque le recordaba demasiado a Tasha, pero solo sonrió y arranco el auto.

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CONTINUARA...
 





viernes, 22 de junio de 2012

Reencuentro. parte 1

3 años atrás

Hace años que se conocían, la primera vez que se vieron fue cuando tenían 8 años y su amistad se consolido instantáneamente, en ese tiempo los sentimientos siempre  fueron de amistad, pero adoraba su tiempo junto a ella así estuvieron juntas hasta los 12 años y como todas las buenas amigas, fueron separadas por asuntos que no tienen que ver con ellas, porque ambas toman caminos diferentes.

El verano ya había aparecido, las noches estaban ideales para salir a caminar, disfrutar de cualquier panorama hasta la madrugada, la que era sumamente refrescante para cualquiera que necesitara aire puro, así Francesca no era la excepción, esa noche iría a ver una obra de teatro junto a varios amigos, la obra era cerca de su residencia. Entro al teatro el cual estaba repleto, alguno de sus amigos actuaban ahí, por eso la razón de su presencia , luego de disfrutar, reír e incluso sentir nostalgia en la obra, al terminar salio del lugar a tomar un poco de aire puro ya que se sentía ahogada adentro, ahí mismo se encontró con unos amigos que participaban en las obras de aquel teatro, mientras conversaba animadamente escucho algo que hace mucho tiempo no escucha; alguien la había llamado por un apodo "Fran" solo una persona conocía, volteo y ahí la vio, frente a sus ojos estaba Romina, la chica que dejo de ver cuando tenían 12 años, ahora tenían 23 años, "Mina" como la llamaban todos sus amigos, se había convertido en una mujer guapísima, llevaba el cabello castaño suelto, liso un poco más abajo de los hombros y su sonrisa blanquecina estaba tal como su amiga la recordaba, pero ahora tenia una figura estilizada, llevaba unos jeans apitillados y una polera sin mangas, ajustada perfectamente a su cuerpo, además se veía más alta que Francesca la que estaba atónita, no creía lo que veía y menos que su amiga la recordaba, por primera vez en mucho tiempo sintió que el corazón se le salia, Mina se acerco a ella y la abrazo, susurrando en su oído "Te extrañe demasiado", Francesca la miro tan extrañada, pero raramente feliz, así rompió el abrazo para irse, pero la pelinegra la detuvo.

-Oye te irás así sin más- balbuceo nerviosa, ahora si no entendía nada, tal vez florecieron esos sentimientos que se había disfrazado como amistad, pero ahora le parecía extraño.

-Debo volver a casa, debes ir a verme, sigo viviendo en el mismo lugar de siempre, prométeme que iras mañana- Sonrió y acaricio la cabeza de la Francesca.

-Deja de hacer eso, ya no somos niñas- rio- Si iré 

-No faltes- y beso su mejilla.

Volvió a casa prácticamente corriendo, debía calmarse, algo andaba mal dentro de ella, cualquiera diría que estas cosas pasan, es decir el encontrarse con un amigo o amiga que te gustaba y volver a sentir lo mismo, incluso decirlo aun que estas personas son del mismo sexo, pero el problema no radicaba en ello, si no, en que Francesca tenía novia, Kate, con la que solo llevaba 2 semanas, pero había sido un amor fulminante o eso creyó ella, su móvil comenzó a sonar, saco este y vio de quien se trataba, era Kate.

-Hola amor, ¿cómo lo pasaste?-

-Bien, muy bien cariño- sonrió al pensar en Romina...- pero estoy un poco cansada

-Entonces mañana quédate en casa y salimos otro día, sé que no has descansado mucho estos días... Recuerda te amo!, besos mi amor y pasado mañana te voy a ver, hablamos por msn.

-Si mi amor, yo también te amo! No sabes cuanto... Ya, nos vemos pasado mañana, tráeme algo rico y me regaloneas, TE AMO!- Respondió la pelinegra, era verdad, amaba a Kate por sobre todo, siempre quiso una mujer como ella, así; dulce, buena por naturaleza, aun que tenía un genio bastante fuerte, incluso eso le gustaba, aun que la aparición de su antigua amiga no la hizo dudar sobre el amor que sentía por su novia, sintió miedo de lo que podía llegar a hacer, tampoco quería engañarla, pero el sentimiento resurgido la tenía dubitativa acerca de sus acciones.

Al día siguiente, se paseaba de un lado a otro por la casa, su familia la miraba extrañada, su hermano menor le pregunto si había peleado con Kate, pero solo negó con la cabeza, para ocupar su mente en otras cosas, comenzó a preparar algunos informes para el trabajo, tenía pensado ir a la casa de Romina cayendo la noche, el día paso rápidamente, cuando vio el cielo apunto de volverse negro azulado, busco la ropa que se pondría, busco unos jeans negros apitillados, zapatillas del mismo color, una polera blanca y una chaqueta gris, esta vez llevaría el cabello suelto, ya que la noche anterior lo tenía atado, se miro al espejo un par de veces ya que su vanidad aparecía de vez en cuando, ya no aguanto más y salio a la casa de la castaña, trato de caminar lo más relajada posible, pero no lo logro, se demoro 15min en llegar, respiro hondo y toco el timbre el cual tenía una musiquilla a lo que rio sintiéndose más tranquila, pasaron unos segundos y una mujer de unos 50 años abrió la puerta.

-Hola... ¿A quién buscas?- pregunto
-Se encuentra Romina?
-De parte de quién?
-De Francesca
-Oh! eres la niña con la que se juntaba mi hija, tanto tiempo, pasa pasa- dijo la mujer y después le sirvió un vaso de jugo

Así Francesca se encontraba en el living de la casa, jamás había entrado a esa casa, bueno Romina tampoco había entrado a la casa de su amiga, después de unos minutos la castaña llego.

-Hola... Nos vamos?- pregunto amablemente

-Claro!... Hasta pronto, fue un gusto verla nuevamente

-El gusto fue mio, no vuelvas tan tarde hija.

- Si mamá

Caminaron cerca de la casa de Romina y no decían palabra alguna, se sentaron en la entrada de una casa que estaba en venta, el silencio no era incomodo para nada, era como si nunca se hubieran separado, Romina tomo del brazo a Francesca y se apoyo en su hombro, acercándose peligrosamente a su amiga.

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CONTINUARA...




martes, 12 de junio de 2012

Recuerdos de Lluvia

Hace 8 años atrás tal como el día de hoy la lluvia caía de manera intensa, creo que era el mes de Junio y las lluvias se acentuaban de manera extraña sobre todo en las noches...

Ya eran las 11pm demasiado tarde y esperaba el autobús para volver a casa, se estaba empezando a preocupar de sobremanera, miraba de reojo el móvil y ya marcaban las 11:30pm, Francesca de cabello negro azulado y unos profundo ojos cafés, había pasado toda la tarde con su novia cerca de la casa de esta ultima, perdiendo así la noción del tiempo y olvidando todos los problemas, hasta que noto que la lluvia comenzó a hacer estragos y con ellos quedarse sin locomoción para volver a su casa.

-Es muy tarde para que te vayas Fran- hablo con dulce voz la chica que sostenía su mano.
-Lo sé... Pero debo volver, mañana tengo cosas que hacer y nunca me he quedado fuera de casa Antonia- respondió Fran bastante afligida.
-Pero es muy tarde y quizás te puede pasar algo- volvió a decir Antonia y abrazaba a la pelinegra.
-Tienes razón, es mejor que no me vaya- sonrió- Me iré a la casa de mi amigo que vive por aquí cerca- respondió, mientras que con el paraguas se cubrían de la lluvia...
-Es mejor que te vengas conmigo, no creo que puedas quedarte en su casa, tal vez su mamá pensara mal- dio justo en el clavo.
-Cierto-. respondió pensativa... -Y... si me voy a quedar ... Contigo- Dudaba demasiado- Tal vez no te dejen, mejor espero un poco más y me voy- Volvió a dudar

-Pero... Déjame preguntar- hizo un puchero- Además esta lloviendo muy fuerte.
-Pero si tengo paraguas- dijo tontamente

-Ven, vamos a preguntar mejor- y la tomo de la mano, llevándola a su casa para hacerla esperar en el portal, tardo unos 5min y volvió.
-Sí te puedes quedar- dijo para luego sonreír amablemente

Francesca entro a la casa, no era la primera vez que estaba ahí, llevaba algo de dos semanas con Antonia, quien era demasiado hermosa; rubia de cabello ondulado, hasta las cintura, con rasgos italianos, unas pecas en las mejillas y nariz, ojos verde esmeralda, media 1,65mts más alta que Francesca y de 17 años como su novia, de figura estilizada, tenía completamente embobada a la pelinegra

-Entra a mi habitación, te traeré algo caliente.
Francesca se sentó en la cama, estaba demasiado nerviosa, esta era la primera noche con su novia, pero tampoco quería que fuera así, es que amaba a la joven Antonia, pero le parecía un poco excesivo pasar una noche juntas tan rápido, tampoco pensaba en sexo ni nada, solo que la ponía nerviosa estar en esa situación con la mujer que amaba, además sumado a que nunca se había quedado fuera de casa y el solo pensar en que dirían sus padres le ponían la piel de gallina...

Antonia volvió con dos tasas humeantes de té con canela y además los padres de su novia traían cosas para comer para el par de tórtolas, aun que obviamente los adultos no tenían ni idea de lo que pasaban ambas chicas cuando salían juntas, los adultos luego de saludar a Francesca se retiraron de la habitación a dormir, ya eran la 1am. La rubia miro un poco preocupada a su novia, la cual solo tenia una expresión afligida, así que se acerco a ella abrazándola, cayendo ambas sobre la cama.

-Tranquila, sé que tus papás no te dirán nada ¿ya?
-No lo sé
-Piensa positivo ya?- la rubia le hizo ojitos a lo que la pelinegra sonrió más relajada
-Comemos mejor?
-Sip

Devoraron lo que le habían traído y también habían reído de una que otra anécdota del día ya pasado, hasta que de a poco la pelinegra comenzó a bostezar una y otra vez y su novia también.


-Vamos mejor a la cama... Te estas durmiendo aquí mismo
-Bueno
-Espérame, me pondré pijama- Antonia, fue a cambiarse al baño, mientras tanto, la peliazul se sacaba los zapatos y el sweter que llevaba para quedar en pantalones y polera, se metió a la cama, miro el techo, cerro los ojos y pudo agudizar su oído para poder escuchar la lluvia, que ya en ese momento tenía melodía propia y suspiro, se sentía de verdad relajada, la lluvia tenía ese efecto en ella, hasta que escucho la puerta y vio a su novia asomarse, traía el cabello más revuelto y se notaba agitada, rápidamente apago la luz y se metió a la cama que compartiría con su novia. Ambas quedaron frente a frente, sus respiraciones se convertían en vapor, se tomaron de la mano para producir un poco de calor, se besaron levemente y rieron por lo bajo.


-¿Dormirás así?¿con tantas cosas?
-Pero si no tengo pijama
-Pero si duermes con ropa, estarás muy incomoda y no podrás descansar-

Así Fran, le hizo caso, se saco el jeans, los calcetines y también la polera, quedando solo en sostenes frente a su novia quien podía distinguir la blanquecina piel de su amada por la luz que se filtraba en la ventana. Antonia abrazo a Fran y la beso, primero suavemente, hasta que la pelinegra estiro sus brazos y apego más a la rubia a su cuerpo desde la cintura y comenzando a desnudarla, en cuestión de minutos la pecosa ya no tenía ropa y Fran tampoco. Comenzaron a explorar sus cuerpo de manera temblorosa, solo se había besado, nunca se habían tocado, así se estaban conociendo nuevamente las amantes, besando los pechos de la otra, dibujando lo torneado de sus piernas, la pelinegra sostenía a su novia abrazándola por la espalda, besándola y recorriendola con sus manos, rozando delicadamente su parte intima, Antonia se volteaba a ver a su novia y besaba sus pecho, para también colocar su mano derecha en el manantial de su joven novia, provocando que su piel se erizara y que se apegara más a ella, levantando la cadera y creando un rítmico movimiento de vaivén, haciendo que ambas llegaran al zenit.


La noche se lleno de suspiros, de gemidos ahogados en la sabanas y risillas nerviosas. Así fue como las novias sellaron su amor, el cual no recuerdo cuanto duro exactamente, pero si no hubiese sido por la lluvia quizás jamás hubiesen dado ese paso el que fue llenado por la excitación, el romanticismo y la sinfonía creada por la lluvia.


Fin.












miércoles, 30 de mayo de 2012

Un pincel & Un micrófono 7


Capítulo 7



-Será mejor que me valla- dije tomando mis cosas.

-¿Madre estás ocupada?- Una voz detrás de la puerta y seguida de unos leves golpecitos -Vi salir a André de la editorial, déjame pasar necesito hablar contigo-
Acto seguido ambas hablaban dentro de la oficina, mientras que yo estaba en el baño escondiéndome y ahí vi mi rostro en el espejo desfigurado totalmente, no me reconocía para nada, el labio rajado, un corte en el tabique y el ojo hinchado.

-Isabella- dije en voz baja y comencé a escuchar atentamente.

-Dime ¿Sofía vino a trabajar? Vi sus cosas en la sala de redacción- Escuchaba perfectamente desde el baño- Mamá estoy demasiado preocupada por su salud y por lo que pueda hacer André contra ella- Hablo desesperada. -Ayer cometí un error atroz, la eche de mi casa, sabiendo que tenía que guardar reposo y que estaba cansada, mamá quiero demasiado a Sofía como para dejarla, sé que todo esto es difícil, pero estoy tan decidida a dar este paso por ella y ella… Ella no me deja – sollozó
-Hija debes tratar de entender a Sofía- respondió su madre y el silencio reino en la oficina para luego escuchar la puerta cerrando y supuse que ya se había ido, salí del baño con el hielo envuelto en una pequeña toalla y lo puse sobre mi cara.

-Alice, me iré sola a casa, estoy me- levante la mirada y solo me encontré con Isabella cruzada de brazos con el ceño fruncido y con una mirada de reproche, le di la espalda

-¿Qué te paso?- toco mi hombro y su tono de voz era tan sereno, quizás solo estaba manteniendo la compostura.

-Nada-

-¿Por qué está tu ropa manchada con sangre?- mire de reojo y sostenía las prendas entre sus dedos… Su voz aun era tranquila, quizás supone que escuche todo lo que le había contado a su madre.

-Por nada- En ningún momento la mire, mantuve mi cabeza gacha.

-No puede ser por nada… ¿Fue André cierto?

-No…- Mi voz fue tajante y con ella le quite de las manos mi ropa.

-Pero si hasta tu polera esta manchada en el pecho- Dicho esto se acerco a mí, y tomo mi rostro por la barbilla al ver mi rostro desfigurado se alarmo…- Dios mío Sofía... ¿Qué te hizo ese estúpido?

- nada- insistí en el hecho, aun que es bastante obvio

-Sofía sé que tú no eres violenta, creo que eres la mujer más pacifica del mundo… ¿Fue André cierto?... ¿Cómo deje que esto sucediera?- decía con los ojos cristalizados y a punto del llanto.

Mire hacia otro lado, como tratando de negar el hecho, pero Isabella tenía razón.

-Lo siento- Se escudo en mi hombro y lloro amargamente, no tuve más opción que abrazarla… - Perdóname… Todo esto ha salido mal, termine con André, discutimos, me pregunto porque lo dejaba y me desespere y le conté lo de nosotras- decía mientras lloraba ocultándose en mi hombro.

-Ya no importa Isabella- Trate de sonreír pero el dolor no me dejaba.

-Vamos a la clínica, por favor- me suplico y acaricio mi mejilla.

-No quiero, me curare en casa- hable despreocupadamente.
-No, debemos ir- hablo Alice.

- ¿Qué? Ud. También, si no es para tanto- atribuí.
-¿Cómo que no es para tanto?- respondió Isabella y apretó mi labio, di un grito leve, con eso ella tenía de sobra una prueba de lo delicada que estaba mi rostro.
Así, a regaña dientes partimos las tres a la Clínica Lozano, obviamente fui atendida enseguida, el doctor Lozano miro mi labio, limpio y suturo, hizo lo mismo con mi nariz, la reviso el corte no era tan profundo, era más bien leve, aun así también suturo, el dolor era insoportable, pero me puso un ungüento el cual me anestesio un poco, para luego poner una especie de parche en la nariz y me dio antiinflamatorios para cada ocho horas; luego mi mano, toco los nudillos, examino a simple vista y con ello dio un pequeño diagnostico el cual era un esguince en la mano, pero primero dijo que para asegurarse era mejor una radiografía, así luego de unos veinte minutos estaba fuera de rayos X, pasaron una hora aproximadamente, la radiografía estaba lista y con ello vino el acertado diagnostico del doctor, un esguince en la mano, así que estaría con yeso durante unas semanas para sanar la luxación… Como era de esperarse, Lozano junto con Alice e Isabella me dieron una especie de charla acerca de lo irresponsable que soy con mi salud, que me cuido poco y cosas por el estilo, en el fondo lo agradecí porque vi en ellos preocupación por mi y sobre todo cariño… Isabella se sentó junto a mí, apoyo su cabeza en mi hombro, me dio un pequeño y delicado beso en el mientras que entrelazaba sus manos a las mías.

-Debo decir que hacen una… Como decirlo, una pareja bastante especial- Dijo Lozano- Nunca pensé que vería a una mujer tan feliz como tu hija Alice.
-Sí, debo admitirlo que lo son- Las palabras de la mujer fueron dulces.
Después de estas palabras, salíamos de la clínica, de mi mano iba Isabella y esta a su vez del brazo de su madre.
-Madre puedes irte sola, yo iré con Sofía a caminar.
-Están seguras-
-Si, no te preocupes.
Me pareció extraña la petición, aun así, nos despedimos de Alice y esta me hizo prometer que me tomaría una semana de vacaciones a lo que yo asentí… Cerca de la clínica había un parque, en cual se encontraba una gran y bella pileta de mármol donde se veían a los niños jugar, las abuelitas sentadas en las bancas dando de comer a las palomas y novios caminando amorosamente de la mano, Isabella se sentó en el pasto e hizo un ademán para que me sentara junto a ella, me estire en la hierba, era bastante molesto el yeso, pero no podía hacer nada, solo suspire.
-Quiero disculparme por lo de ayer… Creo que no fui prudente.
-Realmente yo tampoco lo fui y también me equivoque… Isabella fui muy estúpida y sé que-
-Ya no importa- sonrió, la mire y busque su mano
-Si… Ya no importa… Creo que sí, me iré a vivir contigo.
-¿Si?- Sus ojos brillaron, se veía maravillosamente hermosa, una vez más me sentí embobada por su belleza.
Estuvimos estiradas en la hierba, a ratos algunos perros y cachorros se nos acercaban y tomaban el sol con nosotras, los niños jugueteaban alrededor, más de alguno pregunto que me había pasado, otros me miraban impresionados, uno de ellos, una pequeña de unos 6 años se sentó junto a mí y con su manito toco mi labio y luego dijo:

-“No te duele”- a lo que yo reí y respondí.- “No estoy bien, ¿Por qué?

-“Porque una vez me caí y me rompí la rodilla mira”- me mostró su rodilla y tenía una pequeña herida. 

-¡OH! ¿Y ahora te duele?-. Me miro, rió y luego orgullosamente dijo –“NO”-Se quedo con nosotras unos minutos y luego su madre la llamo, la pequeñas era adorable, con el cabello rubio y las mejillas rosadas, era una muchachita risueña y me recordó a Camille, aun que luego aquel recuerdo se esfumo.

-Camille- susurre, casi de manera inaudible.

___________________ 
CONTINUARA...

domingo, 27 de mayo de 2012

Recuerdo 3 “Messenger”


“Messenger”

Después de una semana ardua de trabajo, entre juicios, trabajos administrativos, pero la vida es hermosa y existe el bendito fin de semana, así era sábado, pero no me encontraba en la casa, si no en la casa de un amigo, en la casa de Christián, quien es diseñador, estuve en su casa desde temprano y ya eran las 2pm, así que mientras el diseñador cocinaba, yo estaba en el pc de escritorio, puse algo de música, comencé a revisar algunos casos, busque libros que quería hace un tiempo, también abrí msn y había un contacto que no reconocí de inmediato, pero después me percate quien era, así que le di doble “click” y se abrió una pequeña ventana.

V: Hola! ¿Cómo estás?

Magdalena: Disculpa… ¿Quién eres?

V: ¿No me recuerdas? Soy Vera.

Magdalena: Lo siento… Hola ¿cómo estás?

V: Bien y tu guapa?

magdalena: Bien, con algo de sueño… Vera tengo tu chaqueta

V: ¿Qué chaqueta?

Magdalena: La que me pasaste el otro día, te fuiste sin ella, quería devolvértela pero te fuiste tan rápido que no te alcance u,u

V: No te preocupes, prefería dejártela a ti a que te resfriaras… Además no te veía muy bien ese día… Es decir no tenías muy buen ánimo

Magdalena: No te preocupes, estoy mejor

V: No sé si creerte… Pero necesito decirte algo más

Magdalena: ¿Qué será?

V: mmm como te lo digo… Pues que me gustas!!

Magdalena: …

V: ¿Qué pasa?

Magdalena: No juegues con eso por favor.

V: Es que no lo hago… Me gustas de verdad.

Magdalena: No te creo.

V: Déjame llamarte

Así Magdalena me dio su número de teléfono de casa y la llame obviamente.

-Hola…- hablo de manera dulce.

- Magdalena me gustas y mucho… Necesito que me creas.

-No puedo hacerlo…

-Déjame demostrártelo… ¿Es que acaso yo no te gusto?

-No es eso?... Yo… Si me gustas Vera… Es solo que, ahora no puedo- Así me colgó el teléfono y yo quede con la bala pasada, es que no podía creer que yo le gustaba, que se había fijado en mí, pero más aun que no pudiera quizás quien sabe porque cosas, pero ya había una posibilidad, una que debía tomar rápidamente. Por otro lado aun pensaba en Constanza que por cierto me había mandado uno que otro mensaje para decirme que nos viéramos y saliéramos a comer, cosa que respondí de manera inmediata, el domingo a las 12pm nos veríamos e iríamos a su casa, pero sería el domingo y aun era sábado. Christián, ya había terminado de cocinar y comimos juntos como solíamos hacerlo siempre, pero hoy más tarde saldríamos de fiesta o más que eso era ir de copas a algún bar, donde tal vez nos encontraríamos con alguien, ya habían pasado las horas y descansábamos con Christián tirados en la cama, hasta que mi móvil sonó, conteste y era Joan una amiga de hace años, que también conocía a Magdalena.

-Hey Vera!... Donde está desaparecida de la vida.

-Pues en casa de Christián, ¿paso algo?

-No… Bueno más o menos, Magdalena está aquí conmigo y pregunta si quieres venir a tomar algo.

-No… No me apetece salir, me quedare en casa- Mentía olímpicamente.

-Pero dice que le urge verte.

-No… Dile que estoy enferma o algo.

-Bueno… Nos vemos!

Ahora ni yo sabía porque no salía con ella, tal vez era más fácil llegar a ella de esa manera, pero hoy no me sentía preparada para ligar con ella, me gustaba pero en mi cabeza habían más cosas y tampoco moría por la bella Magdalena, me gustaba pero yo amaba a Constanza por sobre todo, sin importar que, la mujer de cabello negro me traía de cabeza, me hacía suspirar, amaba sus besos, su mirada, su sonrisa… Pero Magdalena, tenía algo que no sabía describirlo, pero tampoco había pasado un día completo con ella como para saber porque me gustaba tanto.

Salimos de copas con Christian a un bar donde nos encontramos con varias personas conocidas y entre copas y copas, nos fuimos a casa como a las 3am y traíamos gente con nosotros, unas 4 persona, claro todos conocidos, había licor y cigarrillos de sobra, eran 3 chicos y una chica, la cual por cierto era muy guapa y no dejaba de mirarme y yo por supuesto le sonreí, mientras todos se reían y bebían a destajo, yo estaba  fumando en el balcón del departamento, el cielo estaba completamente estrellado, no sé cuanto tiempo me quede ahí, hasta que sentí unos finos brazos rodeándome la cintura.

-Hola… ¿Por qué tan sólita?- hablo una sensual voz.

-Nada, solo miraba el cielo- respondí

-Que observadora…-rio por lo bajo la chica en cuestión

-Y tú?

-Quería estar contigo, ya que no me tomaste en cuenta dentro del bar.

-Claro, claro, como si no hubiese visto como coqueteabas con otro tipos, hasta con Christián.

-Celosa?

-No Lizz, no me pondría celosa por eso, además nosotras no somos nada- respondí volteándome, y ella me tomo de la chaqueta acercándome a ella, para luego besarme, así también pude colar mis manos entre sus ropas y la escuche gemir, nos separamos, la tome de la mano y la lleve a una de las habitaciones del departamento a vista y paciencia de los demás que al vernos se rieron.

Lizz se recostó en la cama y yo sobre ella, poco a poco la despoje de sus ropas y ella de las mías, los besos cada vez eran más apasionados, mis manos recorrían su cuerpo, mientras bajaba a su cavidad y lamia sus jugos, para luego entrar y salir con mis dedos, ella gemía una y otra vez, excitándome más aun, no se cuantos orgasmos tuvo o cuantos tuve yo, pero mi cuerpo estaba extasiado… Hasta que amaneció fuimos una y cuando los rayos del sol aparecieron dieron en mi cara y observe a Lizz quien dormía abrazada a mi cintura. 

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CONTINUARA

miércoles, 23 de mayo de 2012

Un pincel & Un Microfono 6


Capítulo 6

Me senté en el living, cogí mi notebook y algunos escritos a medias y comencé a transcribirlos, el silencio de la sala, era algo desconcertante, solo se escuchaba el tic tac del reloj, sobre todo porque estaba acostumbrada a escuchar los pasos o la voz de Camille por la casa, pero aun así seguí escribiendo, poco a poco ya no quedaba luz natural en la casa, me vi obligada a prender las luces y me vi tan sola, tan triste y suspire mil veces, pero seguí toda la noche trabajando hasta el amanecer, ignore por completo las indicaciones del doctor Lozano, no quería descansar solo trabajar y ocuparme de las cosas inconclusas, de entregar algunas reseñas de libros, de editar entrevistas y luego entregárselas a Alice… Ya cuando los rayos del sol hicieron acto de presencia en la casa, me levante de mi extenuante trabajo y me metí a la ducha la cual fue considerablemente placentera.

 Era Lunes las 7:30 de la mañana, tome una taza de café y salí a la editorial, no quise sacar el auto, ya me sentía mucho mejor, ya no había dolores de cabeza ni nada parecido, camine con ligereza entre las sombras de los verdes árboles, adore la brisa de la mañana, a ratos mientras caminaba me estiraba, mi vida en ese minuto me pareció tan normal, era como si Camille nunca hubiese estado conmigo y como si Isabella jamás me hubiese amado y yo solo fuera una mujer que trabaja en una editorial y no tuviera vida fuera de ella, suena aburrido pero en ese instante me pareció maravilloso, pero también en extremo solitario, siguiendo con mi camino prendí un cigarrillo faltan algo de 20 min. Para que dieran la hora de entrada a la editorial, me apresure un poco y a unas cuadras de mi trabajo deje el cigarrillo a medio fumar… Al entrar muchos de mis compañeros de trabajo preguntaron por mi estado, preguntaron si ya estaba bien, a decir verdad no tenía que estar ahí, sino que en cama, pero me parecía aburrido hacerlo, me senté en mi lugar de trabajo, realmente no tenía mucho que hacer más que entregar las entrevistas y las reseña de los libros.

-¿Sofía estás mejor?- esa voz me erizo la piel, era Alice… La mire y me recordó a Isabella y me quise morir.- ¿Puedes venir a mi oficina por favor?- me alarme con su petición.

-Sí- respondí y la seguí hasta la oficina.

-Creo que no deberías estar aquí… Hable con Lozano y me dijo todo, como tu jefa te ordeno que vayas a casa, que descanses y en una semana más puedes volver a trabajar, tomate unas vacaciones…-titubeó- Puedes ir con Isabella, ella estará encantada. 

-Ah con respecto a su hija.- Me apoye en la puerta.

-No te preocupes… Yo respeto su relación- Se precipito casi nerviosa.

-Pero, es que, no…Lo mío con su hija- Medite...- No hay nada entre nosotras- saque un cigarrillo.

-¿Cómo así?- se sentó en la gran silla la cual indicada su puesto de jefa.

-No puedo decir mucho- respondí con pesar- Solo que lo que había se termino.
Alice permaneció muda por un minuto, solo me miraba ¿expectante? quizás... Tal vez quería saber que había visto en mí su hija, que cosas le maravillaban tanto a ella, el porqué de su amor.
-¿Sabes? Cuando mi hija te conoció, me hablo de ti de una manera tan especial, en ese minuto supuse que le habías gustado, pero no de una manera amorosa, si no como persona, porque las personas como tú le agradan de sobre manera… En sus propias palabras dijo “Ella es una persona demasiado especial” y luego comento que trabajaría en el Clover Leaf, ya en ese entonces estaba muy animada y cuando me contó lo de ustedes fue la primera vez que la veía tan feliz y ahora no me calza lo que me dices… 
-Siempre son así las cosas, todo empieza y se acaba.

-Hablas con tanta ligereza acerca de esto que es tan delicado.
-Es que, ¿qué puedo hacer?, yo… yo amo a Isabella, amo a su hija Alice, pero dígame ¿Qué hará ella?… ¿Sabe de qué tengo miedo?- Suspire profundamente –Miedo a que me rehuya, de que el hecho de ser novias la tenga más presionada que antes, que sus miedos se incrementen y que su tranquilidad sea perturbada por un beso o una simple caricia en la vía publica.
-Quizás tienes algo de razón Sofía, pero dime ¿le hablaste de la misma manera con la cual me hablas a mi?
-A decir verdad no… Todo lo contrario, fui brusca, estúpida y bruta… Es que realmente discutimos solo por el miedo… Porque hasta para mi es difícil.

Alice caminaba de un lado hacia otro meditabunda y yo seguía fumando había prendido otro cigarro, la habitación se lleno del insipiente humo del cigarrillo puesto que Alice me acompaño en mi labor. Creo que tocaron la puerta y Alice respondió diciendo que estaba en una reunión y que no la molestaran, pero insistieron hasta que abrió la puerta y para la sorpresa de ambas era André, que traía una expresión extraña y sus ojos se clavaron en mí con ímpetu.

-OH! André ¿que haces aquí?- Habló Alice.

-Tú- se dirigía a mi… -Por tu maldita culpa, por tu comportamiento Isabella me ha dejado, porque dice que te ama- sus últimas palabras sonaban a burla, a una burla comprensiva…- ¿En qué maldito momento ella se fijo en ti?… Se reían en mi cara y yo… yo siendo amable contigo- Se acerco a mí, con los ojos enrojecidos y mirada amenazante - No dirás nada!- Grito, lo mire molesta pero no con ira como él lo hacía, entendía su rabia hacia mi, y en un momento me tenía tomada por las ropas y me zamarreaba, Alice trato de apartarlo de mi, pero no lo conseguía…- Habla por una puñetera vez-

-Que sé yo- Hable alto casi en un grito mientras forcejeaba para que me soltara y lo hizo, apreté la mandíbula y arregle mis ropas…- No es mi culpa que dejara de amarte- lance.
-¿Dejar de amarme?- Chisto con los labios, hablo altaneramente y me miro con soberbia, vi como su muecas se endurecían –Sé que ella volverá a mí, tú no puedes darle todo lo que yo le he dado.
-Qué le has dado tú, si eres un pobre tipo- Le eche en cara.- Que ni siquiera se ha dado cuenta cuando le han dejado de amar- dicho esto último reí burlona e hirientemente y esta vez yo era la soberbia, puesto que sabía que tenía razón y de sobra.
 -Que hija de puta- y precipito su puño contra mi rostro, dándome en el labio, me tambalee, me agarro por el cuello de la camisa dando otro puño dio contra mi nariz y caí al suelo, sentí como mi nariz sangraba estrepitosamente, sentí el sabor de la sangre en mi boca, me toque el labio con el pulgar y a la vez sentí una leve cortada en mi nariz, me limpie con la manga de la camisa y escupí la sangre, sentí instantáneamente la hinchazón, me vi reflejada en los cristales y ver mi rostro desfigurado por un golpe hizo que la sangre de todo mi cuerpo hirviera, sintiendo demasiada ira, la cual me encegueció y me abalance sobre André, lo empuje, haciéndolo caer duramente al suelo, me posicione sobre él, lo tome por el cuello de la camisa, mientras el trataba de zafarse de mi agarre y lo golpee con tanta fuerza que sentí que mis nudillos se despedazaban, lo golpee una dos o hasta tres veces y quise golpearlo una vez más hasta dejarlo inconsciente pero Alice lo evito tomándome del brazo sosteniéndolo con firmeza y entendí que tenía que cesar mi acto de rabia o venganza, lo que fuera en ese minuto... 

Mi puño había dado justo en su nariz, ésta sangraba incesantemente, también le di en el ojo y en el labio, ahora estábamos en igualdad de condiciones, al ver los resultado de todo esto me sentí satisfecha, aun que mis ropas quedaron hechas un desastre, llenas de rojo carmesí, manchadas de sangre, André me miraba aturdido, no lograba ponerse de pie de manera adecuada, además escupía sangre, así Alice le dio un pañuelo y este se cubrió la nariz, saliendo de la oficina y la editorial, ahí mi jefa me miro apesadumbrada y fue por hielo mientras yo me sacaba las prendas manchadas con sangre y me limpie con ellas, pasaron unos minutos y volvió con el hielo, puso un poco en mi labio y en la mano derecha la cual quedo algo morada por los golpes ejecutados y levemente hinchada así mismo como consecuencia de lo sucedido había perdido un poco de movilidad en esta, también me dio un antiinflamatorio, en cuanto a mi nariz la sentía destrozada, el solo tocarla provocaba dolor y nuevamente llamaron a la puerta.

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Continuará