Capítulo 6
Me senté en el living, cogí mi notebook y
algunos escritos a medias y comencé a transcribirlos, el silencio de la sala,
era algo desconcertante, solo se escuchaba el tic tac del reloj, sobre todo
porque estaba acostumbrada a escuchar los pasos o la voz de Camille por la
casa, pero aun así seguí escribiendo, poco a poco ya no quedaba luz natural en
la casa, me vi obligada a prender las luces y me vi tan sola, tan triste y
suspire mil veces, pero seguí toda la noche trabajando hasta el amanecer,
ignore por completo las indicaciones del doctor Lozano, no quería descansar
solo trabajar y ocuparme de las cosas inconclusas, de entregar algunas reseñas
de libros, de editar entrevistas y luego entregárselas a Alice… Ya cuando los
rayos del sol hicieron acto de presencia en la casa, me levante de mi
extenuante trabajo y me metí a la ducha la cual fue considerablemente
placentera.
Era
Lunes las 7:30 de la mañana, tome una taza de café y salí a la editorial, no
quise sacar el auto, ya me sentía mucho mejor, ya no había dolores de cabeza ni
nada parecido, camine con ligereza entre las sombras de los verdes árboles,
adore la brisa de la mañana, a ratos mientras caminaba me estiraba, mi vida en
ese minuto me pareció tan normal, era como si Camille nunca hubiese estado conmigo
y como si Isabella jamás me hubiese amado y yo solo fuera una mujer que trabaja
en una editorial y no tuviera vida fuera de ella, suena aburrido pero en ese
instante me pareció maravilloso, pero también en extremo solitario, siguiendo
con mi camino prendí un cigarrillo faltan algo de 20 min. Para que dieran la
hora de entrada a la editorial, me apresure un poco y a unas cuadras de mi
trabajo deje el cigarrillo a medio fumar… Al entrar muchos de mis compañeros de
trabajo preguntaron por mi estado, preguntaron si ya estaba bien, a decir
verdad no tenía que estar ahí, sino que en cama, pero me parecía aburrido hacerlo, me senté en mi lugar de trabajo, realmente no tenía mucho que hacer más que
entregar las entrevistas y las reseña de los libros.
-¿Sofía estás mejor?- esa voz me erizo la piel,
era Alice… La mire y me recordó a Isabella y me quise morir.- ¿Puedes venir a
mi oficina por favor?- me alarme con su petición.
-Sí- respondí y la seguí hasta la oficina.
-Creo que no deberías estar aquí… Hable con
Lozano y me dijo todo, como tu jefa te ordeno que vayas a casa, que descanses y
en una semana más puedes volver a trabajar, tomate unas vacaciones…-titubeó-
Puedes ir con Isabella, ella estará encantada.
-Ah con respecto a su hija.- Me apoye en la
puerta.
-No te preocupes… Yo respeto su relación- Se
precipito casi nerviosa.
-Pero, es que, no…Lo mío con su hija- Medite...- No hay
nada entre nosotras- saque un cigarrillo.
-¿Cómo así?- se sentó en la gran silla la cual
indicada su puesto de jefa.
-No puedo decir mucho- respondí con pesar- Solo
que lo que había se termino.
Alice permaneció muda por un minuto, solo me
miraba ¿expectante? quizás... Tal vez quería saber que había visto en mí su hija, que
cosas le maravillaban tanto a ella, el porqué de su amor.
-¿Sabes? Cuando mi hija te conoció, me hablo de
ti de una manera tan especial, en ese minuto supuse que le habías gustado, pero
no de una manera amorosa, si no como persona, porque las personas como tú le
agradan de sobre manera… En sus propias palabras dijo “Ella es una persona
demasiado especial” y luego comento que trabajaría en el Clover Leaf, ya
en ese entonces estaba muy animada y cuando me contó lo de ustedes fue la
primera vez que la veía tan feliz y ahora no me calza lo que me dices…
-Siempre son así las cosas, todo empieza y se
acaba.
-Hablas con tanta ligereza acerca de esto que
es tan delicado.
-Es que, ¿qué puedo hacer?, yo… yo amo a
Isabella, amo a su hija Alice, pero dígame ¿Qué hará ella?… ¿Sabe de qué tengo
miedo?- Suspire profundamente –Miedo a que me rehuya, de que el hecho de ser
novias la tenga más presionada que antes, que sus miedos se incrementen y que
su tranquilidad sea perturbada por un beso o una simple caricia en la vía
publica.
-Quizás tienes algo de razón Sofía, pero dime ¿le
hablaste de la misma manera con la cual me hablas a mi?
-A decir verdad no… Todo lo contrario, fui
brusca, estúpida y bruta… Es que realmente discutimos solo por el miedo…
Porque hasta para mi es difícil.
Alice caminaba de un lado hacia otro meditabunda
y yo seguía fumando había prendido otro cigarro, la habitación se lleno del
insipiente humo del cigarrillo puesto que Alice me acompaño en mi labor. Creo
que tocaron la puerta y Alice respondió diciendo que estaba en una reunión y
que no la molestaran, pero insistieron hasta que abrió la puerta y para la
sorpresa de ambas era André, que traía una expresión extraña y sus ojos se clavaron en mí con ímpetu.
-OH! André ¿que haces aquí?- Habló Alice.
-Tú- se dirigía a mi… -Por tu maldita culpa,
por tu comportamiento Isabella me ha dejado, porque dice que te ama- sus últimas
palabras sonaban a burla, a una burla comprensiva…- ¿En qué maldito momento ella
se fijo en ti?… Se reían en mi cara y yo… yo siendo amable contigo- Se acerco a mí,
con los ojos enrojecidos y mirada amenazante - No dirás nada!- Grito, lo mire molesta pero no con ira como él lo hacía, entendía su rabia hacia mi, y
en un momento me tenía tomada por las ropas y me zamarreaba, Alice trato de
apartarlo de mi, pero no lo conseguía…- Habla por una puñetera vez-
-Que sé yo- Hable alto casi en un grito
mientras forcejeaba para que me soltara y lo hizo, apreté la mandíbula y
arregle mis ropas…- No es mi culpa que dejara de amarte- lance.
-¿Dejar de amarme?- Chisto con los labios, hablo
altaneramente y me miro con soberbia, vi como su muecas se endurecían –Sé que
ella volverá a mí, tú no puedes darle todo lo que yo le he dado.
-Qué le has dado tú, si eres un pobre tipo- Le
eche en cara.- Que ni siquiera se ha dado cuenta cuando le han dejado de amar-
dicho esto último reí burlona e hirientemente y esta vez yo era la soberbia,
puesto que sabía que tenía razón y de sobra.
-Que hija de puta- y precipito su puño contra mi rostro, dándome en el labio, me
tambalee, me agarro por el cuello de la camisa dando otro puño dio contra mi nariz
y caí al suelo, sentí como mi nariz sangraba estrepitosamente, sentí el sabor de
la sangre en mi boca, me toque el labio con el pulgar y a la vez sentí una leve cortada
en mi nariz, me limpie con la manga de la camisa y escupí la sangre, sentí
instantáneamente la hinchazón, me vi reflejada en los cristales y ver mi rostro
desfigurado por un golpe hizo que la sangre de todo mi cuerpo hirviera, sintiendo demasiada ira, la cual me encegueció y me abalance sobre
André, lo empuje, haciéndolo caer duramente al suelo, me posicione sobre él, lo tome por el cuello de la camisa, mientras el trataba de zafarse de mi agarre y
lo golpee con tanta fuerza que sentí que mis nudillos se despedazaban, lo
golpee una dos o hasta tres veces y quise golpearlo una vez más hasta dejarlo inconsciente
pero Alice lo evito tomándome del brazo sosteniéndolo con firmeza y entendí que
tenía que cesar mi acto de rabia o venganza, lo que fuera en ese minuto...
Mi
puño había dado justo en su nariz, ésta sangraba incesantemente, también le di
en el ojo y en el labio, ahora estábamos en igualdad de condiciones, al
ver los resultado de todo esto me sentí satisfecha, aun que mis ropas quedaron
hechas un desastre, llenas de rojo carmesí, manchadas de sangre, André me miraba aturdido, no lograba ponerse de pie de manera adecuada, además escupía sangre, así Alice le dio
un pañuelo y este se cubrió la nariz, saliendo de la oficina y la editorial, ahí mi jefa me miro apesadumbrada y fue por hielo mientras yo me sacaba las
prendas manchadas con sangre y me limpie con ellas, pasaron unos minutos y volvió
con el hielo, puso un poco en mi labio y en la mano derecha la cual quedo algo
morada por los golpes ejecutados y levemente hinchada así mismo como consecuencia de lo
sucedido había perdido un poco de movilidad en esta, también me dio un
antiinflamatorio, en cuanto a mi nariz la sentía destrozada, el solo tocarla
provocaba dolor y nuevamente llamaron a la puerta.
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Continuará
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Continuará
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