Capítulo 5
Abrí los ojos, paredes blancas, suero a mi costado, todo en completo silencio, me sentí desesperada, no me gustan los hospitales, ni el olor de la anestesia… Solo me senté en la camilla, me sentía un poco mejor, respire profundo, el dolor de cabeza y las nauseas había desaparecido, me pare y mire por la ventana que da a la calle y de lejos divise a Isabella, ella miro hacia mí, alzo la mano para saludarme y apresuro el paso para entrar al hospital, poco minutos después entraba a mi habitación…
-Por favor dime que te cuidaras- dijo mientras
su cuerpo se pegaba al mío en un cálido y amoroso abrazo, la abrace, necesitaba
sentirla, saber que estaba preocupada por mí y por todo lo que tiene
que ver conmigo… Sus labios rozaron los míos y no lo resistí me fundí con ella
en un profundo beso, sus dedos acariciaron mis cabellos mientras yo la sujetaba
por la cintura -Por favor ven a vivir conmigo- Habló mientras pequeñas gotitas
mojaban sus mejillas.
-Pero... No quiero que estés atada mi, menos
ahora, Isabella no quiero ser tu carga.
-¿Por qué?...¿Por qué eres tan terca?, te amo
Sofía te amo más que nada en este mundo y por eso quiero que estés conmigo,
porque quiero cuidarte- prosiguió, mientras miraba mis manos y luego me miraba a
los ojos -Desde que te desmayaste, solo he pensado en que hacer, y solo llegue
a la conclusión de que el mundo se podría ir abajo y solo pensaría en ti, quizás
estoy siendo demasiado romántica, pero he tomado la decisión de dejar todo
atrás, de quedarme contigo…
-Isabella a decir verdad, no sé que decirte…
Porque no sé si todo lo que me dices lo cumplirás… Tu familia, tu novio, tu
mundo… ¿Sabes lo que conlleva eso?
-Eso ya no importa- Atribuyo
-Como quieras- Sonreí y ella también lo hizo,
entrelazo sus manos a la mías, me miraba feliz, en ese momento cada uno de sus
gestos estaban dedicados a mí, a pesar de estar en un lugar publico se
comportaba muy amorosa…
-Hable con el doctor y estas baja de vitamina
B12, o sea no estás comiendo bien, y sé que duermes muy poco… Por eso de ahora
en adelante yo te cuidare y no seas terca- rió al decir esto ultimo
-Que si… te haré caso-
-Suenas como si estuvieras fastidiada- sonrió
-No… Realmente estoy feliz… Por cierto ¿Cómo
estuvo lo de tu madre?
-Ah eso… No fui, estaba demasiado preocupada
por ti como para ir.
-Supongo que tu mamá se molesto
-No… De hecho le dije lo que había pasado, y me
entendió… También está preocupada… Y además- detuvo sus palabras súbitamente
-Dime ¿y además qué?- Me alarme un poco
-Mi madre sabía lo nuestro
-¿Eh? ¿Cómo? ¿Cuándo?- fue como un balde de
agua fría
-Mmm... A ver, ella lo intuía, además el hecho
de vernos tan seguido, o que yo durmiera en tu casa casi todas las semanas, le
preocupaba y me pregunto para asegurarse si realmente era cierto lo que ella
pensaba, y no me quedo de otra que decirlo, al final de cuentas quedo preocupada
igual, pero me dijo que estaba bien si realmente era lo que quería…
-Al final de cuentas Alice es una buena madre
-Ella dijo que tu amor por mi era muy notorio
-¿Y eso es malo?
-No… Me gusta que seas así, por eso nunca dudo
de tu amor por mí
-Eres tan linda Isabella, por eso te amo
-¿Por qué?
-Porque si y punto- y la bese.
Pasaron unos minutos y apareció el doctor, para
mi sorpresa era el Doctor Isaac Lozano el cual era médico de cabecera de
Isabella o más bien de la familia Giordano, este hombre de aspecto amable, es
muy respetado en el área además de provenir de una familia de médicos.
-Sofía hace tiempo que no te veía… es un agrado
aun que el momento no es el más adecuado…
-Lo sé lo sé
-El exceso de trabajo, las preocupaciones, el
mal dormir, todos eso son factores de debilitamiento, debes comer bien Sofía,
al parecer nunca lo haces- Dijo levantando la ceja.
-¿Entonces me puedo ir?
-Sí, debes guardar reposo por una semana, nada
de trasnochar, nada de beber, solo descanso y comer bien.
-Lo entiendo.
-Entonces estás de alta
Salimos del hospital y en una hora estábamos en
casa, mejor dicho en casa de Isabella y extrañamente estaban todas mis cosas
ahí.
-¿Eh Isabella… Qué hacen mis cosas aquí?- la
llame desde la sala
-Como di por hecho que vendrías conmigo me
traje todo
-¿Y Camille? ¿No te dijo nada?
-Ella misma accedió a que lo hiciera, porque se
iba de la cuidad por unos días
-¿No te dijo a qué?
-Eh? no tendría por qué haberme dicho…- hablo ofendida.-Creo
que ya hemos tenido suficiente de Camille.
Tenía razón quizás era hora de que tuviera mi
idilio con Isabella, de por un momento ser capaz de decidirme por ella, porque
Isabella era la mujer que amaba, porque Camille era solo un filtro para huir de
mis problemas… Pero aun así, sentía que me faltaba una parte de mi, al no estar
con Camille una pequeña parte de mi se había ido con ella… Ahora empezaba una
nueva etapa.
-Hoy no tienes nada que hacer
-No… Me quedare todo el día contigo… Por cierto
avise a tu madre acerca de lo que paso
-¿Qué?- me sentí alarmada.- ¿Por qué lo hiciste?
-Porque debían saberlo…Al final es tu familia
-Sí, pero sabes que estoy desligados de ellos
-Por teléfono sonaban muy preocupados y vienen
para acá
-¡Qué!... Pero Isabella- Creo que estaba en un
problema
-¿Por qué estas tan preocupada?… A decir verdad
nunca me has hablado de ellos
-No puedo decir nada… Solo que yo me fui de la
casa cuando conocí a Camille, así que como supondrás mi condición no es de su
agrado
-Pero no creo que sean tan malos, y yo sé que
les agradare
-Bueno ahí veras
-Pero no estés nerviosa
-Es que primero fue mi salud, Camille y ahora
mi familia
-Pero ¿Por qué tanta preocupación?
-Como te lo explico… Yo me fui de casa, y mi
padre se estaba retirando de la empresa, no sé si alguna vez te dije, pero soy
la heredera de la Empresa de Exportaciones Almeida
-No… Nunca me lo has dicho… Durante todo este
tiempo los comentarios acerca de tu familia lo has omitido… Siento que no te
importo, yo siempre te he contado todo y tú aun así te has callado, es como si
me hubiese mantenido fuera de tu vida.
-Ha sido sin querer, entiende que yo hice mi
vida aparte no tome en cuenta nadie más que no fuera yo, quizás cuando conocí a
Camille cambie un poco y deje de ser tan egoísta, pero mi familia es un caso
aparte, siempre fui un poco solitaria, nunca estuve ni en funerales ni fiestas,
porque siempre salía o tenía otras que hacer que para mi eran de mayor
importancia… Llámame frívola pero así era y siento que si ahora vienen me
reprocharan la vida que tengo y más aun cuando sepan que vivo con una chica.
-No lo creo, la voz de tu madre no sonaba
severa ni molesta cuando le dije con quien hablaba.
-¿Ah?... ¿Qué le dijiste?
-Mmm... Que soy la persona que te cuida en
estos momentos y que soy tu novia
-¿Eh?... ¿Pero por qué?
-Porque me pregunto y yo solo le respondí… Solo
me dio las gracias y dijo que vendría.
Me paseaba por la habitación de un lado para el
otro, no podía quedarme quieta, busque entre mis cosas una cajetillas de
cigarros, para pasar el nerviosismo del momento, estaban muy escondidos, pero
fue un alivio encontrarlos.
-Sofía te dije que no me gusta que fumes
-¿Ah?... No, no apagare mi cigarro por ti, no
ahora- dicho esto fui al balcón y respire tranquila, no sabía que hora era, el
cielo estaba algo grisáceo pero no hacía frío, el día estaba como para salir a
caminar, ya me sentía un poco ahogada en el depto. de Isabella, estoy
acostumbrada a salir a vagar, a sentarme en el pasto y dormir siesta ahí, pero
ahora estaba enjaulada, pero no puedo hacer nada Isabella me cuidara y no puedo
reprocharle nada.
-Sabes, creo que podría estar contigo toda la
vida
-Isabella, no te adelantes a las cosas… Mira,
yo no sé que pasara después, ya que te puedes aburrir de mi, aburrirte de mi
estilo de vida, quizás llegara un momento en el que extrañes estar con André,
quizás extrañaras el hecho de que nadie les reproche la relación que tienen.
-¿No será que tu eres la que se está
arrepintiendo?… ¿Y tú eres la que quiere dejar esto?
-Yo no he dicho eso… Es que entiéndeme, tantos
años ocultándonos, tantos años sin tenerte porque tenías que salir con tu
noviecillo o por x razón y no podíamos estar juntas… Es que solo piensas en ti.
-Yo… ¡Ja! Tú eres la que se ha estado
escondiendo, porque siempre has preferido quedarte con Camille, siempre he
sabido que además de acostarte conmigo también lo hacías con ella, Sofía no soy
tonta, pero lo toleraba por el simple hecho de que yo estaba con André.
-Obvio, sería muy descarado de tu parte si me
reclamaras, ¿Además quien me otorga más seguridad? ¿ella o tú?, porque yo sé que
Camille daría todo por mí ¿y tú?... La única mujer que se ha mantenido a mi
lado ha sido ella, la única que ha secado mis lagrimas provocadas por tu culpa
ha sido ella ¿y tú?, claro viviendo en tu nidito de amor con André.
-Si hablas tanto de ella, vete con ella, la
puerta es suficientemente grande- Me grito
-OH! Quieres que me vaya- Reí de manera
altanera.- Bueno entonces así será, me traes a tu casa y ahora me echas… Esto
no tiene ni pies ni cabeza, así que me voy, gracias por todo, por llevarme al médico
y esas cosas… Mañana vendré por las cosas que me faltan, y luego te pago lo de
la clínica, mándame la factura a casa.
-Lo siento no quise decir eso- se sentó en el
suelo con la cabeza entre las piernas, estaba notoriamente arrepentida, pero mi
orgullo no me dejo perdonarla.
-Ya lo dijiste, así que da igual.- Sonreí
despreocupadamente.- Me voy… Odio esto, pero en fin, has de cuenta de que nunca
estuve aquí-
Los ojos de Isabella estaban enrojecidos a punto de llorar pero la mire se manera severa y tome mis cosas o lo poco que podía llevarme a casa, baje y como lo supuse mi auto estaba en casa aun, así que no tuve otra opción que tomar un taxi, el camino a casa fue como decirlo, algo extenuante, un atochamiento enorme, el sonido de las bocinas, los insultos de la gente, y un dolor de cabeza insoportable el cual fue provocado por la contaminación acústica, no sé cuanto tiempo estuve ahí, pero al llegar a casa sentí como si no hubiese estado ahí hace meses, me sentí lejana, pero sabía que también era mi hogar y por un momento quise que Camille estuviera dentro esperando mi llegar como en otras ocasiones, pero… Pero no fue así, la casa había perdido su calidez, estaba apagada, todo estaba en penumbras, recorrí la casa, como si esta fuera un lugar extraño, entre a la habitación de Camille, la cual se encontraba desordenada, la cama alborotada, los trípodes tirados en el suelo, algunos lienzos rotos sobre la cama, sentí pena, demasiada tristeza… Pero nuevamente estaba en una disyuntiva, ¿Camille o Isabella?… Ahora tenía de sobra para pensar en ellas, y también para retornar a mi vida normal, al trabajo, a seguir con los proyectos…
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Continuará
Los ojos de Isabella estaban enrojecidos a punto de llorar pero la mire se manera severa y tome mis cosas o lo poco que podía llevarme a casa, baje y como lo supuse mi auto estaba en casa aun, así que no tuve otra opción que tomar un taxi, el camino a casa fue como decirlo, algo extenuante, un atochamiento enorme, el sonido de las bocinas, los insultos de la gente, y un dolor de cabeza insoportable el cual fue provocado por la contaminación acústica, no sé cuanto tiempo estuve ahí, pero al llegar a casa sentí como si no hubiese estado ahí hace meses, me sentí lejana, pero sabía que también era mi hogar y por un momento quise que Camille estuviera dentro esperando mi llegar como en otras ocasiones, pero… Pero no fue así, la casa había perdido su calidez, estaba apagada, todo estaba en penumbras, recorrí la casa, como si esta fuera un lugar extraño, entre a la habitación de Camille, la cual se encontraba desordenada, la cama alborotada, los trípodes tirados en el suelo, algunos lienzos rotos sobre la cama, sentí pena, demasiada tristeza… Pero nuevamente estaba en una disyuntiva, ¿Camille o Isabella?… Ahora tenía de sobra para pensar en ellas, y también para retornar a mi vida normal, al trabajo, a seguir con los proyectos…
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Continuará
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