jueves, 29 de diciembre de 2011

Extraña II


Necesitaba un baño urgente, aun que ¿Para qué tanta parafernalia?, si solo saldría con una puta, pero aún así debía ir presentable, Gabriela tampoco era una mujer descuidada, por lo tanto fue a su casa de igual manera y ahí por fin, medito sobre ir o no, sobre ir a la casa de los Spinoza, pero ¿Por qué no disfrutar de un ambiente diferente al del hogar de su compañero de trabajo?, así que se baño lo más rápido posible, eligió un lindo conjunto, pantalón negro, una polera gris y un blazer negro también, peino su cabello en una cola de caballo, se maquillo un poco, algo de brillo en los labios y estaba completamente lista, escucho su celular y por el tono de este supuso que era un mensaje, pero lo ignoro, salio a toda prisa.

Miro su reloj, las 9:15 estaba bien en la hora, iría en auto, saco de su chaqueta la tarjeta de la joven, reviso la dirección, extrañamente la joven vivía cerca del trabajo de Gabriela, así que en 10min. estaría ahí y así fue, se encontró afuera de un lujoso edificio, lo miro bien incluyendo la placa que sirve de presentación de los edificios y en esta se encontraba inscrito el nombre de la arquitecto y lo recordó; el edificio en cuestión era uno de los primeros proyecto en los que participo, ahora si todo le parecía una broma, rió un poco y se dispuso a entrar en aquel edificio, este tenía 30 pisos y cada inquilino era propietario de un piso completo, además todos poseían una llave del ascensor, por lo tanto para subir se requería permiso del propietario. Gabriela se acerco al conserje para preguntar por Joan, el hombre de edad le otorgo una llave que la llevaría directamente donde la joven, esas llaves se introducían en una cerradura especial, según la llave era el piso, Joan vivía en el piso 30 y por lo que podía recordar este era el más grande de todos, saco conclusiones, al parecer la cabaretera era una mujer con mucho dinero o muchos amantes, imagino que hasta políticos, mafiosos y tipos de esa calaña, se habían acostado con la meretriz y en un momento sintió asco, no podía imaginar las cosas que hacía y aun que fuera un trabajo le parecía atroz que una mujer tuviera que usar esas estrategias para ascender en la vida ."Todos tenemos motivos para ser quienes somos" pensó, ya estaba en el piso 29, reviso su reloj, las 9:30 en punto, arreglo un poco su chaqueta, respiro hondo, los nervios estaba apareciendo, escucho la campanilla que indica la llegada al piso en cuestión. La puerta abrió de par en par, frente a ella, estaba el piso mas lujoso que podía haber imaginado, inspecciono todo con mirada critica, pero lo más extraño era que aun no aparecía su anfitriona, comenzó a sospechar que era una jugarreta del propio André, ¿Por qué como una cabaretera podía tener semejante lugar para ella sola?
 Escucho unos ruidos extraños, más bien el ruido de alguien cayéndose, y ahí despertó de su letargo, caminó rápido al lugar donde había escuchado el sonido, entro despacio y no le dio crédito a sus ojos, frente a ella, un hombre corpulento, semidesnudo y con un gran tatuaje en el brazo, forcejeaba con la rubia, que estaba completamente desnuda y de un momento a otro cegada por la rabia Gabriela se abalanzo sobre el hombre, el cual solo con agitar su brazo se la saco de encima, pero la joven se lanzo nuevamente con las fuerza que tenía y logro que el hombre soltara a Joan, quien gritaba una y otra vez desesperada sin saber que hacer, el hombre se acerco con mirada asesina a Gabriela, la tomo por el cuello tratando de asfixiarla, pero la arquitecto un poco mas rápida le dio un golpe bajo en los genitales y el hombre callo estrepitosamente quejándose, pero tomo una pierna de la arquitecto haciéndola caer, la arrastro hacia él y le quebró el brazo derecho a la joven y seguido de eso un puñetazo en la nariz, la cual sangro estrepitosamente, el dolor era demasiado fuerte, Gabriela solo gritaba, con la cara toda ensangrentada, pero llena de adrenalina con el brazo libre y con todas sus fuerzas le dio un golpe en la cara al corpulento hombre que aun yacía en el suelo, le dio uno en el ojos y cuando el hombre se cubrió y la soltó, rápidamente se puso de pie y con la pierna derecha le dio una patada en la cara y le piso la mano hasta sentir como se quebraran los huesos de este, el agresor quedo inconsciente tal vez de dolor o quizás Gabriela le dio en una parte delicada, pero así rápidamente llamo a la policía, minutos más tarde, las jóvenes se encontraban en el hospital, ya que al ver el desastre que había quedado en el departamento y el estado deplorable de Gabriela y unas evidentes marcas de golpes en Joan, fueron llevadas ahí y un hombre de unos 40 años les tomaba declaración a las jóvenes y el matón de turno estaba abajo siendo llevado a comisaría.

-Cuénteme Señorita Klimt, ¿Qué fue lo que paso?

-Bueno, yo venía por la señorita, la llevaría a cenar, pero cuando llegue escuche ruidos extraños, así que fui a ver y fui testigo de como el hombre trataba de violar a la señorita y trate de sacárselo de encima, forcejee con él, como ve mi brazo derecho está hecho un desastre y me dio un golpe en la nariz, y yo me tuve que defender como pude.

-Así veo... Señorita Klimt gracias por su declaración, pero su deber era llamar a la policía primero, no dárselas de héroe, luego sera llamada a declarar a un tribunal, el hombre con el cual paso todo es un fugitivo, muchas gracias por su ayuda de todas formas.

A Joan le habían tomado declaración por separado, así que pasaron unas horas para que pudieran verse, Gabriela permanecía recostada en una camilla, ya que al parecer no solo tenía el brazo quebrado si no que un esguince en el pie izquierdo, por lo tanto no se podía mover mucho, lo único que hacía era quejarse y suspirar.
-Pero quien me manda a hacer de heroína, si soy una debilucha- se decía así misma en voz alta
-Pues yo no pienso eso...- Escucho la voz de la rubia, que entraba a la habitación- Gracias por salvarme-
-No me las des... Cualquiera hubiera hecho lo mismo- Hablo recta, casi rabotica.
-Ahora yo te debo mucho- Se acerco y le acaricio la frente, se sentó en una silla cercana a la camilla
-No debes hacer nada por mi...-Hablo casi suspirando...-Solo una última cosa... Toma mi celular y busca el nombre de André Spinoza y llámalo para que me venga a recojer
Dicho así, la joven marco pero no contestaba hasta que por fin atendió, pero no era la voz de el, si no la de una chica, la voz de Lisa.
-Gabriela? estás con André?
-Disculpe...No habla con Gabriela, pero ella necesita que la vengan a buscar a la clínica Almeida, puede decirle al señor Spinoza que venga por ella.
-¿Qué le paso a Gabriela?, yo soy amiga de ella, soy Lisa la esposa de André
-Tuvo un accidente
-Voy para allá- y colgó, Joan le entrego el celular a Gabriela
-Estaba André?- pregunto una adolorida arquitecto
-No, me contesto una mujer, dijo que se llamaba Lisa
-¿Qué le dijiste?
-Que estabas aquí, que habías tenido un accidente
-Rayos... No debiste decirle... Dios santo ahora comenzaran las preguntas
-Pero si vendrán por ti y estarás mejor
-No... No estaré mejor, si no que Lisa estará sobre mi todo el día
-Pero relájate... Ahora debes sanar tu brazo
-Lo sé y lo peor es que con este brazo hago los planos y todo- La cara de Gabriela no era la mejor, además del brazo, tenia la nariz resentida, morada por el golpe y una herida, pero todo tapado con un parche- Debo verme divertida con todo esto
-La verdad sí- rió un poco Joan y Gabriela la siguió, así el ambiente se relajo un poco y ambas se durmieron, Joan apoyada a lo pies de Gabriela, hasta que el ruido de la puerta las despertó. Un poco adolorida Gabriela abrió los ojos y vio a Lisa, a quien le brotaban lágrimas de sus azules ojos.
-¿Qué paso?- la abrazo despacio
-Nada, nada
-¿Y quien es ella?- apunto a la rubia
Gabriela no sabia que decir, la rubia no era su amiga, no era su novia, solo una puta, una mujerzuela
-¿Es tu novia acaso?... La veo muy a gusto durmiendo mientras te tiene tomada de la mano- Cierto, la rubia se veía tan relajada durmiendo y además tenía suavemente tomada de la mano a Gabriela y esta última no pudo evitar sonreír.
-¿Qué tiene que ver eso?... ¿Acaso son celos Lisa?
-No...-Respondió dubitativa- ¿Pero dime qué fue lo que te paso?
-Te digo nada- hablo casi susurrante
-¿Por qué hablas tan bajo?
-No quiero despertarla, no paso una buena noche... Sólo pídeme un taxi para irme a casa
-Pero si yo te puedo llevar- inquirió
______________________
CONTINUARA...


martes, 27 de diciembre de 2011

Extraña

EXTRAÑA.

Ya estaba un poco fastidiada de la vida de oficina, siempre lo mismo, pero en el fondo ese era  el trabajo que amaba, trabaja en una constructora, tenía su oficina propia, con esos sillones que indican que tienes un alto puesto, con esos que tus compañeros de trabajo envidian, pero que a veces te aburren, sobre todo cuando no existe ningún proyecto que te entusiasme, así se encontraba Gabriela Klimt que ya no encontraba proyectos interesantes, nada le quitaba el sueño últimamente, de cierta manera necesitaba más energía, más vida, alguien que le robara las sonrisas o incluso que la hiciera llorar, ¿Por qué algo tan drástico?… Simple, ya no sentía nada por nadie ni nada, tampoco se había vuelto una persona banal o egoísta, tan solo nada la movía.

La tarde había caído estrepitosamente sin que ella se diera cuenta, ya llevaba horas y horas revisando papeles, ordenando su oficina, despachando materiales y un centenar de tramites, miro el reloj, las 11pm, sintió un poco de incertidumbre pero no sabía porque, sabia que llegaría a casa, dormiría y en la mañana temprano saldría de casa para nuevamente estar detrás del escritorio que ocupaba precisamente en estos momentos.
Aun quedaba gente en la oficina, algunos compañeros de trabajo, esos que hacen hora para llegar tarde a casa para no ver a sus esposas, algunos que siempre quieren ir por una copa. Gabriela tomo sus cosas, un pesado bolso y algunas carpetas, se despidió de los que se encontraban ahí, pero uno hombre de 1.80mts la detuvo y le sonrió.
-Vamos por una copa?
-André…¿No quieres ver a tu mujer?
-No… Demasiados problemas
-¿Y? ¿Qué le dirás?, ¿Qué te quedaste trabajando conmigo?... Lisa pensara que soy tu amante o que sé yo.
-No, pero no pensara que ando tras alguna mujer, sabes que te tiene confianza-
-Pues bien, vamos entonces, ¿Dónde me llevaras?-

La verdad, siempre que salía con André, terminaban en un bar de mala muerte, de esos que apestan y esta lleno de borrachos buscando pelea, pero a ambos les quedaban esos lugares, ya que eran unos busca pleitos, pero Gabriela no quería terminar nuevamente con el labio rajado o André con un brazo roto. André Spinoza de 25 años al igual que Gabriela era un hombre de armas tomar, su cabello negro azabache y su blanquecina sonrisa de galán lo caracterizaba, pero nunca tuvo efecto sobre Gabriela, que eran más hermanos que compañeros de trabajo.
-Hace tiempo quiero visitar un lugar- Habló André con voz ronca- Pero esta vez te aseguro que no habrán problemas, me han comentado que todo es muy tranquilo y tengo la sensación de que también te agradara, además andamos vestidos para la ocasión- Sonrió para luego bajar al garaje e ir en su auto.
Se estacionaron en una calle bastante pintoresca, la verdad tenía aspecto de ser un “Barrio rojo” en donde están todos los cabaret, café con piernas y tugurios de esas clases, Gabriela hizo una mueca de desagrado y André rió.
-No que era un lugar tranquilo… Mentiras
-Hey! Gabriela cálmate… Sígueme
Entraron a un pasaje angosto, se pararon frente a una puerta negra de metal, parecidas a esas típicas de fabricas, en donde pasan cosas terroríficas, toco un par de veces, se asomo un hombre un tanto corpulento, pero de sonrisa afable, este abrió la puerta, primero se adentro André y luego Gabriela con un aspecto algo tenso y justo ahí, frente a sus ojos, vio algo que solo en películas se ve… Un fantástico cabaret, uno parecido a la película Moulin Rouge, quedo boquiabierta, frente a ella, hermosas mujeres, cuerpo esculpidos a mano, corsé por doquier, champán y tragos con fuertes colores iban y venían, André la hizo volver en sí y la tomo del brazo guiándola a un sofá cerca del escenario.
-Ves? Te dije, este es un lugar tranquilo… Uno de mis amigos me lo recomendó y no quise venir solo… Sé que tú me acompañas en todo.
-Sí, pero esto es ridículo.
-Ridículo?...¿Por qué?,-Pregunto casi incrédulo- Si aquí hay hermosas chicas, luces, alegría Gabriela, Alegría- Recalco esta ultima palabra- Ahora solo disfruta, que yo invito.
Gabriela, suspiro y no pasaron ni 5 minutos y dos hermosas jóvenes se acercaron al par. Una de ellas rubia casi de cabello platinado, de busto voluptuoso, pero de sonrisa picara, coqueta, ojos celestes, parecía más una actriz porno que otra cosa, no llevaba mucha ropa, mas bien su cuerpo era cubierto solo por la tela de encaje del sostén y las pataletas, esta se sentó en las piernas de Gabriela, quien no sabía como reaccionar, pero la rubia más inteligente, tomo una de las manos de esta y la coloco sobre su pierna, y Klimt casi se desmaya, por su parte André, solo se rió, además a su lado, se encontraba una pelirroja de infarto, de busto normal, pero de blanca piel y labios carnoso, ojos como zafiros, que lo primero que hizo, fue besar a André.

-Esto no…-Alcanzo a decir antes de que la rubia besara tiernamente a Gabriela y cuando el beso termino, esta ultima sólo pudo poner mala cara, segundos después aparto a la rubia y tomo a André por la camisa  arrastrándolo a una esquina.
-Si me querías traer a una prostíbulo, deberías haberme dicho- hablo molesta
-Tranquilízate, solo pasa un buen rato
-No quiero llevar una mujerzuela a la cama
-Pero si te encantan
-Lo sé, pero no quiero una ramera- luego de esas palabras lo que sintió fue un fuerte golpe en su mejilla.
-No soy una ramera, ¿Quién te crees que eres?- Le grito a la arquitecto
-Uf pues para mi si, eres una PUTA, con todas sus letras- Hablo despreciativa,  justo cuando veía venir otro golpe, para en seco a la rubia.
-Este es mi trabajo, imbécil-
-Entonces te dejo trabajando… Me largo de esta estupidez! Y André, me llevo tu auto, nos vemos mañana- Grito y salió empujando a todos los que se encontraban en su camino, al único que le sonrió fue al corpulento hombre de la entrada quien le devolvió la sonrisa.
Así, salió maldiciendo al mismo diablo, arranco a toda velocidad y llego a su departamento y en el camino recordó que no llevaba su móvil, lo mas probable es que estuviera en su auto o en su oficina, bueno importaba bien poco, las únicas llamadas que recibía eran las del trabajo y si no contestaba, eran redireccionadas a teléfono de la oficina.
Jamás se había molestado tanto… Es que Gabriela, era demasiado formal para algo así, si quería a alguien, lo hacia de manera adecuada o anticuada, invitaba a la chica en cuestión a salir, así y se daba algo más o si le gustaba mas de la cuenta actuaba, pero ir a un prostíbulo por una chica, era demasiado bajo para ella y mas aun llevada a traición, prefería andar por ahí peleándose con gañanes que otra cosa, pero ya era tarde y necesitaba descansar, se metió a la ducha, tomo un baño de tina y acto seguido se fue a la cama.
A la mañana siguiente, el timbre sonaba una y otra vez de manera irritante, en pijama Gabriela se levanto y solo rió al ver que André estaba en la puerta, con la ropa llena de labial y de trago.
-Hueles a diablos André!
-Maldita seas Gabriela.
-Hey no me culpes, yo no tengo nada que ver… Pero ya, pasa y ve a bañarte, debo suponer que Lisa no sabe nada y debe estar preocupada, cuando lleguemos a la oficina yo la llamare y le diré que dormiste acá porque estábamos viendo un proyecto o que se yo.
-Gracias…
Mientras André se bañaba, Gabriela buscaba su móvil y si, debía estar en la oficina, pasado 20min, André ya estaba hasta vestido, el joven muy astuto, siempre dejaba trajes en la casa de la joven arquitecto, además ambos casi siempre vestían iguales, como si fueran hermanos o algo así, Gabriela se metió a bañar y en 30min ambos estaban en la oficina, y acto seguido la arquitecto llamaba a Lisa.
-Hola.
-Gabriela?, dime... ¿Excusaras a André?
-Eh? Si!, estaba en mi casa para variar, proyectos que ver y cosas así
-No sé porque te creo, pero bueno, los espero a ambos para cenar.
-Gracias Lisa
-No sé porque no me fui contigo cuando me lo ofreciste- respondió lastimosa y colgó.
-Que te dijo la Lisa…
-Nada, que nos esperaba a cenar.

Hace casi unos 3 años cuando Gabriela aun no se titulaba, ella y Lisa, tenía una relación que jamás se concreto, simplemente porque esta última tenía un miedo enorme al que dirán, además quería tener hijos, una familia, cosa que Gabriela le ofreció pero la otra joven fue cegada por el miedo.

Cada uno fue a su puesto de trabajo correspondiente, para el agrado de ambos aun no llegaba ni el jefe, pero aun así querían adelantar trabajo, para no tener que llevar nada a casa, aun que de cierta manera Gabriela se entretenía bastante revisando papeleo el fin de semana si no tenía nada que hacer, algunas veces cenaba con los Spinoza, usualmente Lisa era quien extendía la invitación, pero de la misma manera las rechazaba, le era incomodo observar como André no tomaba en cuenta a su hermosa esposa, solo asistía cuando se veía sobrepasada en llamadas de la joven mujer.
Bajo por un café un mokaccino, ese generalmente era su desayuno con un panecillo con nueces, Gabriela no era muy adicta a los chocolates, pero si estos eran mezclados con café, era lo mejor, poco a poco mientras bajaba por el ascensor vio como el edificio se llenaba de gente, ahora si, eran las 8am y todo comenzaba a funcionar como un reloj, con los engranajes perfectos, saludo a varios compañeros, a otros solo les dedico una sonrisa, en la oficina se respiraba un agradable olor a café y a chocolate, era normal, la mayoría para despertar tomaban esas bebidas, en 2 horas había hecho la mayoría del trabajo, hoy en realidad no había mucho, solo supervisar una obra, debía estar ahí a las 2 pm y solo eran las 10 am no paso mucho tiempo y comenzó a dormirse, ya era habitual dormir ahí, por lo menos tenía un sofá de 3 cuerpos en su amada oficina, así que le paso un mensaje a su secretaria diciendo que nadie la molestara, pero dicha secretaria ya sabía que la arquitecto dormía a veces y este era el motivo del mensaje de "No molestar" Gabriela se tendió sobre el sofá y no pasaron ni 3 segundos y ya descansaba plácidamente, descalza e incluso se saco la camisa que llevaba hoy, la dejo en el perchero, siempre llevaba una polera debajo, así que estaba cómoda, pero como todo en la vida, nada es para siempre y escucho la voz de su secretaria llamándola.

-Marta, estoy ocupada, quien quiera que sea que vuelva más tarde…
-Señorita Klimt, aquí hay una joven que insiste en verla y no se quiere retirar
-Pues bien hazla pasar- respondió molesta
Se puso la camisa y sus zapatos, tomo una posición mas recta y se sentó tras su escritorio y su placa dorada donde esta inscrito perfectamente su nombre “Gabriela Klimt”, pasaron unos segundo y tocaron a la puerta, a lo que Gabriela respondió con un “adelante” de tono firme, nuevamente como la noche anterior, quedo boquiabierta, frente a sus oscuros ojos, la platinada chica de la noche anterior se sentaba frente a ella, cruzando las piernas frente a una estupefacta Gabriela.
-Así que “Gabriela Klimt”- pronuncio sensual la rubia
-Sí, dígame que necesita señorita-
-Qué formal!- rió picaramente la rubia
-Sólo pregunto por protocolo, como ha llegado aquí, hay algo que necesite de mí- Hablo más formal de lo habitual
-La verdad he venido a dejarte algo querida- y de su bolso saco el móvil de Gabriela
-¿Cómo?, ¿Dónde?...Gracias- dijo aliviada- Además siento haberme comportado como una imbécil ayer en la noche, ¿De qué manera puedo pagarte?
-Llévame a cenar- sonrió casi satisfecha la bailarina
-Eh?...Pues bien, yo la llevare a cenar, a donde paso por usted?
-Pues a mi casa… Aquí esta mi tarjeta…- así se paro lentamente, se acerco a Gabriela y le beso la mejilla… -Hoy a las 9:30 Pm… Espero por ti- le susurro en el oído… Segundos mas tarde, la arquitecto aun no comprendía lo que había sucedido, si bien, la platinada le devolvió el móvil, ahora tenía una cita con ella, miraba la tarjeta, una rosada, con letras negras y una tipografía muy decente que llevaba un perfume bastante exquisito, la verdad pensó que la tarjeta seria de esas de poca monta, con un perfume barato, pero al parecer la rubia, llamada “Joan” como decía la tarjeta, era una mujer bastante detallista. Guardo la tarjeta en el bolsillo de su chaqueta y salió de su oficina camino a la de André, en el pasillo, todos comentaban acerca de la rubia despampanante que había pasado por ahí, escucho también que parecía actriz porno y no lo pudo evitar, se fue riendo, hasta llegar a la oficina de Spinoza .
-¿Así que la rubia estuvo aquí?- dijo al tiempo que levantaba una ceja.
-La chica tenía mi móvil, así que me lo vino a dejar- respondió sonriendo
-Tal vez te lo robo y esta fue la excusa para verte y veo que te entusiasma la cabaretera.
-No, jamás…Tengo dignidad André… Pero tengo un problema…La llevare a cenar- hablo casi con pesadez
André comenzó a reír y no paraba, obvio le parecía cómico, que su mejor amiga, llevara a una cualquiera a cenar a una puta, con todas sus letras.
-Por lo tanto no iré a cenar con ustedes, discúlpame con Lisa.
Luego de ello, volvió a la oficina y lo peor de todo es que no podía sacarse a la rubia de la cabeza, es que había que decirlo, fuera o no una cabaretera, era guapa, tenia una sonrisa bonita, la chica era un ángel, lo peor de todo, era que no tenía la imágen de ella de hoy, si no la de la noche anterior, esa imagen en donde estaba casi desnuda, pero debía sacársela de la cabeza, si sólo era una cualquiera y la cena, sólo sería para agradecer.

Se arreglo un poco, debía supervisar una obra, cogió su auto y partió, al llegar todos los obreros la saludaron cortésmente, algunos de ellos ya la conocían, Gabriela Klimt, era de esas personas que son fáciles de querer, porque era una joven simpática, de buen humor, porque jamás hacia juicios de valor, a pesar de no creer ya en nada ni en nadie, sabía que los demás no tenían la mínima culpa de ese comportamiento y por ello mismo jamás dejaría que otros pagaran los platos rotos, no estuvo mucho tiempo, más que nada fue a revisar unas cosas, pero se sentía cansada, así que entro a su auto y se durmió afuera de la obra, no se sabe cuanto tiempo paso, pero su celular sonó y del otro lado, la voz del joven André.

-Donde estas?
-En mi auto
-Gabriela son las 8 de la tarde…
-Demonios… He dormido todo el día… Rayos, voy para allá

Arranco a toda velocidad, debía estar en la empresa, para entregar unos informes, justo a tiempo, con carpeta en mano, fue donde el jefe, fue sumamente corto el tramite, hablo sobre tramites de la obra con el jefe, hasta se rieron con algunas cosas y las 8:45 ya estaba lista, pero ahora venía otro percance, su cita con Joan, no tenía tiempo de pasar a su casa a cambiarse, pero necesitaba un baño.

 __________________________________
CONTINUARA

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Dialogo de dos componentes


-¿Qué es lo que deseas? pregunto el corazón al alma y el alma solo se quedo en silencio...

-Sé lo que quieres- respondió el corazón herido

Lleno de vendas, de moretones, incluso le faltaban partes, ya no tenia esa apariencia fuerte de antes, ahora mas bien se veía sumamente débil, el alma lo miro y igual que el corazón, el alma estaba hecha trizas, era como un cristal roto, pocas partes de ella estaban en pie, y las otras partes estaban regadas por todo el lugar, incapaz de volver a ponerla en su lugar, el alma las dejo ahí, esperando que el tiempo regenerara cada parte de ella, pero estaba llena de vendas y heridas que una vez mas había sido abiertas.

-Debemos dejar de buscar esa parte que nos falta- hablo por fin el alma

-Lo sé... Sé que el tiempo sera nuestro aliado en todo esto... Pero necesitamos que alguien nos componga, que nos vuelva a armar o que simplemente nos deje descansar.

-No podemos irnos aun que quisieramos, porque a pesar de todo, amamos nuestra vida- dijo el alma

-También lo sé, pero dime, ¿por qué?, ¿por qué seguimos luchando de manera tan desesperada?, es que acaso no hemos aprendido de que es una batalla perdida, que por más que nos arreglen, siempre terminamos destrozados- dijo con pesadez y derramo algunas lágrimas.

-Que podemos hacer? Sabes que esperaría el tiempo que fuera necesario, para que nos arreglen y podamos estar en paz otra vez... Pero caemos en la desesperación, porque sabemos que nuestra otra parte, esta vagando sola por ahí y que tal vez tenga el mismo miedo que tenemos nosotros-

-Pero nosotros nos hemos acercado lo suficiente para hacerla entender o no- hablo el corazón mas enfadado que otra cosa, era sumamente injusto... Desde hace ya un tiempo, tanto el alma como el corazón tenían esta converzaciones para saber que hacer.

-Esta claro que hemos hecho lo posible, pero tal vez nos ha faltado enteresa, mas comprensión, a veces nosotros también hemos sido egoístas con esa princesa.- reflexiono el alma

-Pero ambos intuimos de que esa princesa no nos quiere- reprocho

-Aun así, nosotros si la queremos a ella, no importa como nos trate o si juega con nosotros- suspiro el alma

-Porque ambos sabemos que esa princesa esta igual de dañada que nosotros, tal vez deberíamos dejarla sola y terminar de molestarla, quizás deberíamos dejar de pensar en ser un caballero de la justicia- rió un poco el corazón.

-Pero jamás podríamos hacerlo, porque necesitamos alguien que nos ame o que nos quiera aun que sea un poco, pero a que precio... También es injusto para nosotros, nadie es capaz de entendernos.-

-Sé que ambos estamos aburridos, de que siempre nos tiren al tacho de la basura, se que ambos estamos sumamente cansados de seguir viviendo así, pero sabes que es lo que más temo.- dijo el corazón.

-Sí lo sé... convertirnos en hielo, levantar unos gigantescos muros, construir un cuarto en donde nos encierren con llave desde fuera, para que no podamos hacer nada más.

-Tal vez solo debamos esperar...- Hablo por ultima vez el alma, para desmayarse

-Sí tal vez debamos esperar un poco más... Ojala nuestra princesa se de cuenta de todo- respondió y de la misma manera se desmayo.

_________________________________________________________________________
Jun Mutsu

martes, 15 de noviembre de 2011

Two girls, Two Life

Dos chicas, dos historias...


Despertaba somnolienta, cansada en ocasiones, pero amaba su trabajo, todas la mañanas se arreglaba especialmente para verse guapa, sus manos estaban hechas para la peluquería, para peinar, el manejo de la apariencia era lo suyo, era capaz de convertir en un cisne a cualquiera si ella se lo proponía, era bastante talentosa en su especialidad... Nene era bastante guapa, llevaba su cabello corto y la verdad tenia una obseción con este, de sonrisa coqueta, que cualquiera caería en sus redes si la joven así lo deseaba puesto que sabia cuales eran sus fortalezas, pero así mismo también sus debilidades y esta era el amor y la soledad, a sabiendas de que ama esta última condición, la soledad en si misma la complica, como el amor, puesto que para ella este ha traído en su mayoría infortunios... Pero a pesar de todo esto Nene se ha convertido en una mujer estupenda, pero su sonrisa por mas hermosa que fuera, siempre tenía ese dejo de dolor, de un vació, que por mucho que ha querido llenarlo no se atreve, ni ahora mismo es capaz de hacerlo, la cobardía se convirtió en su escudo, puesto que era una opción sumamente cómoda.

Sin querer se ha vuelto una mujer fría, tal vez el mundo en el cual se mueve la ha llevado a esta frivolidad, que no coincide con ella, pero que de cierta manera ha tenido que acostumbrarse y con ello a darse cuenta que la vida no es tan hermosa como se ve en ocasiones.

Es usual verla sonriendo, puesto que la seriedad no va mucho con ella, cuando esta despistada se puede ver en sus ojos que esta soñando con un futuro mejor, uno en donde no existan miedo ni nada, uno en donde la persona que la acompañe, la ame por sobre todo y de esta manera ser el centro de la atención de su amante, en donde todos los días se sienta seducida por la mujer que la acompañe. Nene es una soñadora empedernida.

___________________________________________________________________________

Siempre con un block de dibujo en sus manos, y estas mismas siempre manchadas con tinta o con el polvillo del lápiz grafito que usaba hace ya varios años, su cabello de un corto hasta los hombros, era normal en ella, muy pocas veces lo llevaba atado, la verdad era una joven bastante practica, en cuanto a algunas cosas, así mismo su manera de vestir seguía el mismo patrón, jeans azul o pantalón negro, zapatillas de esas que la mayoría usan, poleras o camisas de tonalidades oscuras, sus ojos siempre estaban cubiertos por el delgado cristal de sus anteojos y solo en situaciones de demasiada luz, usaba las gafas de sol, esas de aviador que tanto amaba, acostumbraba a caminar bastante, a disfrutar de la simplicidad de la vida, del paisaje que en ocasiones le parecía asombroso y otra veces simplemente deplorables, a pesar de su ojos critico sobre la arquitectura y las pinturas de paisajes, no dibujaba nada de ellos, ni paisajes ni edificios, ni animales, la verdad era bastante autoreferente y como no serlo si simplemente el mejor modelo que uno puede tener es uno mismo y así lo hacia ella, así lo hacia Jun, tenia años siguiendo el mismo patrón, pocas veces dejaba de ser autoreferente, tal vez porque simplemente había descubierto que la inspiración era simplemente momentánea, como los estados anímicos, como el supuesto amor que alguna vez ha sentido... Pero esos momentos, más que ablandar su corazón, solo crearon en este un escudo, en donde nadie tiene derecho a entrar.
_________________________________________________________________________

Caminaba por el centro de la cuidad, por esas calles que siempre están atiborradas de gente, donde el smog hace dificultosa cualquier tipo de deporte, pero por ahí andaba caminando rápido, necesitaba algunas cosas, hace ya tiempo se había cambiado de casa, pero aún le faltaban cosas para estar más a gusto, necesitaba un cuadro para adornar una de sus paredes, Nene al ser tan soñadora, siempre buscaba algo perfecto, algo que evocara en ella cosas lindas, a pesar de todo era una joven bastante positiva, ya llevaba horas buscando su cuadro "especial" como ello lo había denominado, pero la tarea se había vuelto tediosa, así que aprovecho y fue a sentarse a unas bancas donde hay algo de naturaleza, había poca gente, era una especie de parque, pero todas las bancas estaban ocupadas con esas parejas que sólo saben besarse de manera descarada en publico, a lo lejos pudo divisar una banca donde solo había una persona, así que se acerco, pidió permiso a la persona, mas bien a la chica que estaba ahí, pero esta ni la miro, así que se sentó de todas formas, la joven que estaba a su lado le llamo la atención, no por su actitud, si no por lo que sostenía entre sus manos y miraba con ojo critico, un block de dibujo y sus bocetos, la joven saco unas gafas, para al parecer ver mejor, y así siguió examinando, Nene por su parte sentía curiosidad, así que se fue acercando, mas y mas a la joven.

-¿Quieres ver?- hablo suavemente la joven
-¿Puedo?
-Claro- la joven le paso el block de dibujo y Nene pudo observar que decía "Jun" en la parte baja de la hoja y supuso que ese era el nombre de la joven
-¿Jun?-
-Si, soy yo- rió la joven...
Por su parte Jun, sonrió ampliamente y le pareció divertido que la joven que estaba a su lado fuera tan curiosa.
-Disculpa, cual es tu nombre- pregunto Jun
-Nene- respondió para luego dar una risilla un tanto nerviosa
-Mucho gusto...- hablo, mientras se escuchaba el sonido de un bajo proveniente de su bolso, urgeteo y ahí estaba, su celular sonaba, una llamada entrante -Ah? Si... Bueno, nos vemos allá.- miro a Nene y volvió a hablar- Me tengo que ir- dijo al tiempo que se sacaba sus gafas para ponerse los lentes de sol- Ha sido un gusto... y practicamente corrió.

Sumida en sus pensamiento, Jun camino rápido, pero con una inusual sonrisa en sus labios...
-Linda chica- hablo en voz alta- El día no ha sido tan malo.
La tarde se había ido, para dar paso a la noche, en la tarde después de pasar al parque, fue a un bar, a pasar el rato con algunos amigos, pero al llegar a casa se percato de un pequeño detalle, su block no estaba, trato de hacer memoria- Nene- dios había olvidado uno de sus objetos mas preciados en las manos de una desconocida.
-Dios... Debo recuperar mi block... Pero ¿Cómo la encontrare?- suspiro fastidiada.

Nene marchaba a su casa con un especie de cuaderno... La joven que conoció en la tarde, había olvidado su block, así que decidió llevarlo con ella, no podía dejar un objeto tan preciado en la basura, sobre todo, porque de curiosa miro las otras hojas del cuaderno y encontró hermosas ilustraciones, de cierta manera se sintió maravillada, pero varias de éstas estaban con anotaciones, tachadas, porque al parecer para la dibujante había cosas mal hechas, pero Nene no podía entenderlo muy bien.

__________________________________________________________________________


martes, 25 de octubre de 2011

Entender que?

Me pides que entienda...


Comprendo el miedo a la soledad, comprendo que ames este mismo hecho
Pero esta en tus manos, ahí frente a tus ojos es tu solución.

Como puedo saber algo si tu simplemente no me dejas
Me tienes a medias, solo te soy útil cuando tienes problemas
tal vez soy una válvula de escape...
Sabes como me agradaría poder entenderte en su totalidad, pero es que nuevamente no me dejas
Y tu aún no me comprendes, aún no dilucidas lo que yo llevo dentro, pero que mas da si esto trata de ti y no de mi.
No se trata de tiempo, no se trata de darme un trabajo ni tampoco por necesidad, me mantengo ahí porque lo quiero así.
No puedo olvidarme de nada, al igual que tu, yo también vivo con el corazón destrozado
También soy una sobreviviente y tengo los mismo miedos que tu, pero sé que eres mas sensible de lo que recuerdo, y si lo sé, eres una niña, sé que también eres una mujer fuerte, ya que por algo eres capaz de exteriorizar lo que sientes.

Entiende que se trata de que me gusta estar contigo y es que acaso no te das cuenta
¿De verdad me prefieres lejos?

Y no tengas miedo, que la vida es así, que siempre hay fantasmas y a veces hay que huir y otras enfrentarlo
la solución a tus problemas esta en tus manos, los errores son perfección, yo dentro de mi utopía que trate de construir para ti hace tiempo también me equivoque, pero aquí estoy siendo agradecida con la vida, puesto que nos volvimos a ver.

Vivir con miedo no vale la pena, el miedo es una cadena que jamás te dejara salir de tu jaula pequeño pajarillo, tal vez yo no poseo la llave de tu jaula, puesto que esta en tus propias manos, yo solo soy una espectadora que espera a verte libre, feliz... Por favor no me mal entiendas, quizás mis palabras te suenan a compromiso, quizás piensas que solo voy detrás de como un cachorro esperando a que me acojas y me dejes entrar en tu corazón pero entiende que no es así, me mantengo a tu lado porque no me gusta saber que tienes tu bella sonrisa rota, me mantengo ahí con palabras lindas como tu las denominas, con seriedad y cariño, porque la vida es injusta extremo y solo da tristezas a quien simplemente no lo merece.

¿Piensas que sigo contigo por qué quiero algo más?
Entiende tal como tú me lo pides a mi, mis intenciones nunca van mas allá, ya que te respeto y jamás pasaría el limite que tu me has impuesto.


Pero aun tengo una pregunta mas que levantar y esa es
¿Que buscas tu en mi?
¿Porque te gusta tenerme a tu lado?
¿Porque te dio miedo cuando desaparecí?

lunes, 24 de octubre de 2011

¿Príncipe?

Estos últimos días han sido en extremo extraños...
Abro los ojos para enfrentarme a la realidad, a una que no me agrada, que odio que desprecio por sobre todo.
¿Por qué debo pasar por esto nuevamente?
Tal vez hay lecciones que aún no termino de aprender y esa es que tal vez deba dejar de llorar por algo que jamás fue mío y jamás lo será.
Así me enfrento a la realidad, así salen de mis labios desde el fondo de mi corazón la frase
"Ya no creo en los milagros".

Pero mi rol de príncipe al parecer aún no termina, al parecer hay algo que sigue tirando de mi, de la invisible capa que llevo, al parecer soy sigo siendo un príncipe para ti, como lo escribiste una vez o tal vez no te referías a mi.

Pero ahí estas, siendo la princesa que jamás olvide, siendo la mujer a la cual siempre quise salvar, nunca hable de manera directa, pero siempre estuviste presente.

Pero eres una princesa que simplemente me traiciono y me dejo. Y ahí estás, impávida frente al dolor que te provoca otra princesa y yo estoy a tu lado, siendo algo que sé, que no tiene ni pies ni cabeza, estoy ahí sin siquiera saber que sientes por mi, tal vez las capas de tu corazón no te dejan reaccionar, tal vez estas ciega y te gusta vivir esa realidad, se que te gusta soñar, se que te gusta amar...Por eso me agradas tanto.

Pero dime Oh! joven princesa ¿A que costo amaras a una princesa que no tiene corazón?...
Sé que jamás seras mía y sé también que tu corazón esta encerrado en una jaula y que no quieres salir de ahí, porque de cierta manera te sientes reconfortada.



Oh dulce princesa abre tus alas y vuela, vuela alto, ríe, sueña, sé feliz.
Que yo me quedare aquí viendo como surcas el cielo, viendo como eres feliz y que siempre te protegeré.
Oh hermosa joven, no dejes que te roben la sonrisa.
Oh mi querida princesa si te sientes triste piensa en mi, que yo jamás romperé tu corazón.

Pero mi bella princesa, ¿Alguna vez me has visto como yo te veo a ti?
¿Alguna vez has pensado en llegar a mis brazos?
¿Alguna vez me has extrañado?
¿O simplemente pronunciando mi nombre
te has visto sorprendida con una sonrisa en tus labios?

Sé que nunca podre ser en realidad tu príncipe porque no lo quieres.

Tal vez deba irme y no volver.

Oh mi querida princesa de sonrisa rota, se sincera conmigo,
y dime si quieres que este a tu lado y que simplemente cuide de ti sin ningún compromiso.

Oh!, dime si quieres que me marche, o si es que tu te quieres marchar y alejarme de ti
Oh, dime que es lo que te da miedo de mi.

Oh mi dulce princesa mi labor es inútil
Oh mi dulce princesa...
Sé que no me quieres junto a ti.


_______________________________________________________________________________

domingo, 23 de octubre de 2011

Crees en los milagros?? parte3


Shiori paseaba por el campus de la universidad y divagaba o mejor dicho recordaba una vez mas los últimos momentos con su príncipe (Juri), la última vez que la vio en Ohtori...

Hace 3 años atrás...

Estaba prohibido salir de los dormitorios después de las 9pm, pero Shiori siempre lo hacía, se escabullía o le ponía sonrisas bonitas a quien correspondía para que la dejara pasar, le encantaba pasear de noche por Ohtori, solo silencio, no habían rumores, no habían ojos vigilándola, no habían chicos tratando de seducirla y ella por fin podía ser quien realmente era y podía ir tras Juri sin que nadie le dijera nada.
Camino cerca del gimnasio y escucho un ruido bastante conocido desde dentro del establecimiento, la puerta estaba entreabierta, así que se coló por la oscuridad del lugar, ahí se encontraba la esgrimista, vestida con su atuendo de entrenamiento, practicando una nueva técnica al parecer, la luz de la luna que pasaba por los grandes ventanales hacia brillar a su príncipe, se quedo ahí, mirándola, embelesada por la belleza de la escena y se preguntaba como esa mujer la había cautivado tanto, Shiori tenía un montón de pretendientes desde que había vuelto a Ohtori, pero eso no era nada, había regresado al instituto para hablarle a la joven pelinaranja, pero se enfrento con una realidad tan diferente, su querida amiga había cambiado tal como ahora, su frialdad era tan imponente, una indiferencia que la hacia ver altiva, noble, casi de porte aristócrata, pero quizás eso la atrajo mas aún, ya no había dulzura, ahora su amiga vestía un uniforme que la distinguía, el uniforme que la dictaba como un miembro de élite, es decir del consejo estudiantil y además de eso también era la capitana del club de esgrima, que mas que un club era ya un equipo a nivel regional muy conocido, todo esas cosas la habían hecho querer estar cerca de la esgrimista, pero de otra manera, no como amigas si no como amantes... Ahora mientras la observaba, mientras veía como resplandecía, se retiro y espero afuera pasaron las horas y salió, vistiendo el atuendo del consejo de estudiantes.

-Arisugawa... Juri- susurro y la esgrimista se dio vuelta para mirarla fijamente a los ojos.
-Shiori... ¿Qué haces afuera a estas horas?
-Quería verte
-¿Por qué?- suspiro la pelinaranja
- Quiero estar contigo
-No... Shiori entiende ya no quiero mas juegos, si te gusto, si me amas o que se yo, dímelo, pero basta de juegos, estoy cansada
-Yo...
-Tu nada, te fuiste de Ohtori, supuestamente me quitaste al chico que quería... Vuelves tratas de acercarte, pero me quitaste algo que jamás me importo, Shiori... tu eras la que me importaba, nadie más que tu
-¿Te importaba?... ¿Es que acaso ya no es así?
-No, ya no... Me iré
-¿Donde?... ¿Por qué ahora?- hablo desesperadamente..
-Eso no importa... Pero me alejaste de ti Shiori, con tus desprecios; con tus palabras, con tu mirada, con esa maldita actitud.

Los ojos de la amatista se nublaban, su príncipe la estaba rechazando, por primera vez la dejaba a un lado, con el corazón hecho trizas, abrazo a la esgrimista, siendo correspondida y en un último intento Shiori la beso de manera intensa a pesar de que sus lágrimas ya se desbordaban, Juri se dejo hacer, se separaron por unos segundos, tomo de la mano a su príncipe guiándola a su morada, a los dormitorios comunes. Shiori estaba siendo presa de su desesperación de querer llevarse aun que sea un trozo de la esgrimista, por fin entendía que no todo era para siempre y que su milagro estaba siendo derrumbado porque ella misma lo quiso así, una vez tuvo a Juri en sus manos, pero esto jamás se repetiría.

-No puedo... No quiero que esto acabe así, Shiori ya no creo en ti- dicho esto, Juri le beso la frente y se marcho del lugar, dejándola sola.
-¡Pero yo te amo!- le grito
-No te creo- respondió sin voltear



 Presente...

Y ahora...ahora que había pasado tres años desde ese ultimo encuentro, se veía solitaria nuevamente y peor aun, su adorada esgrimista tenía novia, además había notado el cambio de actitud, el semblante de Juri no era uno sometido, todo lo contrario, tal vez eso era porque encontró alguien que la hacia reflexionar, alguien que tal vez la amaba de verdad y que no jugaría con ella... Pero intuía que la seguía queriendo, lo vio en sus ojos cuando se volvieron a ver en rectoría... Luego de tanto divagar volvió a la realidad, ahora solo podía estudiar y acercarse a Juri por medio de la esgrima, por ese arte que hace relucir de manera extraordinaria su esbelto cuerpo...
Siguió su paso por el extenso campus y vio un gran y frondoso árbol, se sintió atraída, camino hacia a el, lo que vio le pareció maravilloso, la joven esgrimista estaba descansando ahí, bajo la sombra que le brindaba este, se veía tan tranquila, con el cabello alborotado, dormía boca arriba, con las manos en su vientre y la camisa un poco abierta, pero algo le llamo profundamente la atención, algo brillaba en una de sus manos, se acerco despacio y lo vio, ahí estaba el bendito pendiente, tal y como lo recordaba, de un dorado y un brillo exquisito, ahora estaba más que segura, la esgrimista aún la amaba. Se sentó a su lado y le acaricio la frente de manera delicada.
-mmm Shiori- suspiro Juri
Era posible que la esgrimista la hubiera descubierto o ¿solo hablaba dormida?, rió por lo bajo y deposito un casto beso en los labios de su amado príncipe




______________________________________________________________
CONTINUARA...

sábado, 22 de octubre de 2011

Crees en los milagros?? Parte2

La noche se había repletado de suspiros, de abrazos, de besos apasionados y sorpresivos... La esgrimista yacía en desnudez abrazada a la cintura de su joven y hermosa amante, despertó súbitamente y se encontró con los ojos de Charlotte observándola tiernamente.

-Buenas noches mi príncipe-
-Buenas noches mi princesa- Sonrió la esgrimista y la pelinegra le beso la frente.

Todo estaba bien, ambas jóvenes tenían el mundo en sus manos, Juri jamás había experimentado una sensación igual, la cual era la tan llamada "tranquilidad"; su cuerpo, su mente, todo estaba liberado, ya no había caos, Charlotte había disipado todo, el tormento de la vida de Juri, ese caos que tenía nombre de mujer "Shiori", ¿por qué seguía sujeta a un recuerdo?, uno doloroso, un tortuoso amor... Pero estaba consiente de que aun amaba a la joven de cabellos amatistas, pero sabia que ya no era necesario tenerla cerca, no sentía la necesidad de verla, no en esos momentos por lo menos
 Charlotte le acariciaba el cabello, pasaba sus manos por el esbelto cuerpo de la esgrimista y sonreía satisfecha, Juri le hacia sentir tan bien, por fin habían hecho el amor, Giordano no aguantaba mas, su amor por ella era tan sincero y pasional, pero también sabia que la joven de cabellos naranjas ocultaba algo, intuía que su corazón estaba lleno de heridas, que ese orgullo no era mas que un escudo, su fortaleza, su castillo, sabia también que Arisugawa era una excelente esgrimista lo había presenciado, la primera vez que la vio por el campus supo que era una mujer fuerte, brillante y extremadamente solitaria, y ¿por qué no?, una mujer triste, pero se sintió atraída por esa postura altiva, de cierta manera era una admiradora de la joven, pero mas allá de eso, quería estar cerca de ella, quería saber de sus problemas, de su vida, quería y necesitaba tocar su corazón, y cuando la vio mover su espada en una competencia, no lo dudo mas, se acerco a la joven, sin tapujos y sin miedos e hizo lo posible por estar cerca de ella y de cierta manera Juri la aceptaba, cuando los rumores comenzaron, Charlotte se sintió triste y avergonzada, no asediaba a la joven, solo quería estar cerca de ella, pero al parecer Juri se dio cuenta de esto, y paro en seco los rumores, esto lo hizo en una practica de esgrima, en el gimnasio en donde no solo se reúnen los esgrimistas si no todos los atletas de la universidad, en ese momento vio como Juri se quitaba la careta propia del vestuario de esgrima, alzaba la voz y su espada a todos los estudiantes presentes y decía, cito textualmente -" Charlotte Giordano me agrada... Les guste o no" luego de esas palabras todos entendieron que Charlotte era intocable, a nadie le agradaría tener como enemiga a Arisugawa, así muchos pretendientes de la joven se dieron por vencidos y comprendieron que de cierta manera estaban destinadas a estar juntas.

Estuvieron horas recostadas en la cama, solo con una sabana que disimulaba la desnudez de ambas, hasta que el móvil de Juri sonó, contesto aun que Charlotte se opuso poniendo cara de pocos amigos, pero lo hizo igual, la llamada era para decirle que necesitaban de ella temprano en la mañana de manera urgente, debería presentarse en la oficina del rector y claro la esgrimista pregunto el porque de la razón pero no adujeron nada, solo se solicitaba su presencia, cosa que de cierta manera la desconcertó y analizo, tal vez sus calificaciones no eran las esperadas, tal vez había algo malo en su técnica, o incluso podría ser que no tenía lo necesario para seguir en el equipo, pero todo esas divagaciones eran de uno u otro modo absurdas o tal vez en última instancia era sobre la relación que tenía con la joven Giordano, pero eso era su problema no de la universidad y si llegaba a ser así, no dejaría que pasaran a llevar a la prodigio que ahora era su amante.
-¿Asunto universitario?- pregunto Charlotte levantando una ceja
-Si, me están llamando a rectoría, quien sabe para que cosa-
-No te aflijas, no creo que sea algo serio, todos saben que eres intocable mi príncipe, sin ti el prestigio de la Universidad quedaría reducido a nada.
-Charlotte no creo que sea tanto a si, pero veremos como se desarrolla todo esto, aun así hay algo que me preocupa pero no se realmente que es
-Ven... Nada va a pasar- seguida de estas palabras hizo que se apoyara en su pecho y Juri sintió una inmensa tranquilidad, sentía como la sinfonía del palpitar del corazón de su amante la guiaba a los brazos de caprichoso Morfeo, que en esta ocasión le regalo un calmado y relajante sueño, pudo percibir como Charlotte la acomodaba en la cama y ahora ella se apoyaba en el pecho de la esgrimista mientras la abrazaba.

Los tenues rayos del sol se filtraban por las cortinas, las jóvenes seguían durmiendo abrazadas y poco a poco la pelinegra despertó y obsequio un beso en los labios a la bella durmiente.

-Despierta- susurro
-Lo sé, estoy despierta hace unas horas
-Entonces porque no te levantaste...
-Estaba cómoda junto a ti
-Tonta... Vamos que debes estar en la rectoría en unas horas
-Lo sé...

Dicho esto, las jóvenes se levantaron y al paso de unos minutos  Charlotte también recibía una llamada de rectoría, aludiendo a que la necesitaban, ahora si todo era extraño, temió de cierta manera que su relación con la esgrimista traería problemas, pero sabia de ante mano que nadie podía entrometerse mas aun si Charlotte era una estudiante prodigio, con excelentes notas, e incluso investigaciones de gran prestigio a pesar de su juventud aun que era mayor que la esgrimista, mientras Juri contaba con 19 años, Giordano tenia 21 y cursaba 3er año de ciencias políticas, mientras que la pelinaranja cursaba 2do año de derecho, pero Giordano se veía mas joven que la esgrimista y quizás por esa razón se entendía que esta ultima la protegía, pasada unas horas se fueron a la universidad. Algo nerviosas por un llamado un tanto extraño, caminaban muy pegadas, hasta que la pelinegra tomo de la mano a la esgrimista a lo que esta se sorprendió, miro a su acompañante y entendió que esta era la muestra de amor necesaria para que la joven se sintiera en paz con ella, y aquí otro punto en contra de la joven de mirada amatista, Shiori jamás hubiese dejado que el instituto se enterara que tenían algo mas allá de la amistad y por ello Juri se sentía pasada a llevar, su orgullo era pisoteado simplemente por una absurda condición, pero aun así la seguía. Ahora no habían tapujos, ni reacciones extrañas, ahora era libre y Charlotte lo había logrado.

Ya en rectoría, pasaron unos minutos y apareció el rector con una sonrisa bastante afable.

-Las he traído aquí porque sé que ambas tienen una muy buena relación, además tienen unas calificaciones excelente, señorita Arisugawa su desempeño en la esgrima es fabuloso y que decir de sus ponencias, todo la institución se ha maravillado con ello... Y Ud. señorita Giordano siempre hace aportes con sus investigaciones, se que gracias a ello nuestra universidad goza de un prestigio enorme... Bueno dejare los halagos a un lado y les contare el motivo de mi llamado, primero que nada, tendremos un nuevo estudiante, además proviene del mismo instituto del cual salió la Señorita Arisugawa y también es esgrimista-
Juri sonrió para si, puesto que tal vez se trataba de su amigo y discípulo Miki Kaoru, seria estupendo tener al chico de cabello celeste con ella, el rector siguió hablando- Además viene a estudiar Ciencias políticas por ello la llame a Ud. señorita Giordano, por lo cual le pido a ambas que guíen a este estudiante, la traeré.- Dicho esto el rector se retiro, las chicas se miraron y sonrieron cómplices.

-Ahora seremos niñeras- dijo Charlotte
-Tal vez... Pero me extraña que alguien de Ohtori llegue acá, según tenía entendido nadie del instituto estaba interesado en esta universidad o en la esgrima como yo.
-Tal vez tu talento te preceda Juri... quizás es un admirador- y sonrió burlonamente.

Desde dentro de la rectoría se podían escuchar las risas provenientes de afuera, era la del rector y alguien mas que al parecer era una chica, así que ambas jóvenes se pusieron de pie, entro el rector y justo detrás de el una chica de largos cabellos amatista oscuro, con un sombrero y gafas de sol, Juri la miro un poco desconcertada, la joven sonrió para luego sacarse las gafas y el sombrero, lo que vio la esgrimista era la peor pesadilla del mundo, pestañeo varias veces e incluso se restregó los ojos a lo que Charlotte la miro preocupada, pero la pelinaranja se calmo.

-Les presento a la señorita Shiori Takatsuki- Hablo el rector con una particular sonrisa
-Mucho gusto, soy Charlotte Giordano- hablo la joven y le tendió la mano a Shiori
-El gusto es mío- Sonrió la joven amatista.- Mucho gusto señorita Arisugawa- y se inclino un poco como muestra de respeto, Juri sonrió firmemente y opto por esa posición altiva que siempre le destacaba e incluso la miro con sorna, esta vez no caería en sus juegos.
-Bueno señorita Takatsuki, la joven Giordano y la joven Arisugawa serán sus guías por algunas semanas... Dicho así las dejo para que Ud. conozca nuestro campus... Pueden retirarse- así las tres salieron.


(Takatsuki Shiori & Arisugawa Juri)

Charlotte tomo de la mano a Juri, le sonrió amablemente y el semblante de ésta ultima cambio visiblemente, pero su tranquilidad se estaba esfumando, Shiori por su parte, miraba a las chicas seriamente.
-Son novias?- pregunto la cínica chica con un tono inocentón
-Eh...- Balbuceo Charlotte
-Si, desde ayer- Reafirmo la esgrimista y paso su brazo por la cintura de su recién reconocida novia
-Juri...Gracias-
-No hay nada que agradecer.- sonrió sinceramente... Como no hacerlo si adoraba a la pelinegra y no quería defraudarla ni tampoco abandonarla, esta era su oportunidad de hacer una vida como ella quería, solo había un inconveniente ya no luchaba con el recuerdo de Shiori, si no que ahora estaba ahí de cuerpo presente.
-Quieres desayunar- hablo la amable Charlotte
-Claro- respondió Shiori
 Fueron a la cafetería de la universidad, Shiori se las ingenio para quedarse a solas con Juri con la excusa de que quería conocer las instalaciones del gimnasio antes de desayunar, así Charlotte dejo que fueran solas, puesto que la esgrimista conocía cada rincón del gran lugar.
-Que quieres Shiori?- hablo de manera inquisitiva
-Nada, quería conocer el gimnasio donde tantas veces has practicado...- Dicho esto, arrincono a la chica, las ágiles manos de la joven amatista buscaron el pendiente con su fotografía...- No lo traes- hablo decepcionada
-Shiori quien te crees que eres?- La aparto bruscamente
-La mujer que tu amas?- respondió seductoramente
-Olvídate de eso... Ya no estamos en Ohtori... Tu quedaste en mi pasado, así que por favor si vienes a fastidiarme la vida, olvídalo.

Esas palabras le destrozaron la sonrisa a Shiori, ¿cómo la esgrimista había cambiado tanto?, no lo entendía, años atrás la joven esgrimista era su marioneta, en donde todo lo que decía ella era una ley y en donde disfrutaba ver humillada a Arisugawa... Pero en el fondo sabía que siempre estuvo mal su actuar, que Juri nunca se lo merecía, pero a pesar de amarla tanto, odiaba que detrás de esa fortaleza llamada orgullo escondiera un pasional amor... Había llegado a la universidad donde se encontraba Juri, para disculparse, para decirle que sí, que la amaba y que jamás fue un juego, que adoraba como la trataba, la esgrimista era el príncipe del campus, pero también era el suyo... A la mente de Shiori vinieron esos hermosos recuerdos cuando eran pequeñas, cuando jugaban juntas, Juri siempre la protegía de todo y ahora ¿qué había?, nada absolutamente nada, simplemente porque la envidia y la vanidad eran más grandes que ella.

-Shiori, solo te pido que te alejes lo más posible de Charlotte y de mi, porque envenenas todo- Dicho esto salió del gimnasio y trato de recuperar la compostura, volvió con la pelinegra que al verla la miro extrañada.
-Juri tienes un rasguño en el cuello... Que paso con Takatsuki?
-Nada, me pase a llevar con una rama y deje a Takatsuki en el gimnasio, dijo que quería estar sola- mentía, le mentía a su adorada Charlotte
-¿Ustedes se conocen?- pregunto algo desconfiada
-No
-Me parece una joven agradable, además de guapa- cambio su semblante al escuchar la respuesta de su amada
Juri guardo silencio y la miro frunciendo el ceño haciendo un sonido de disgusto


-Si tu lo dice- Pero era verdad, Shiori se había vuelto una mujer guapa, dejando crecer su cabello que ahora caía en suaves ondas por sus hombros, su figura estaba igual, fina delicada, sin embargo ésta vez no parecía una chica feliz, si no que opacada, triste y de cierta manera Juri sintió lastima, a pesar de su belleza algo había cambiado y aun que quisiera averiguarlo no era su trabajo, ya no era su príncipe, ahora era el de Charlotte, por lo tanto ya no había pendiente ni nada, solo un rasguño en su cuello, que se lo hizo cuando Shiori trato de encontrar el pendiente en su cuerpo.


_______________________________________________________________________
CONTINUARA...

viernes, 21 de octubre de 2011

Crees en los milagros?? parte1

(Arisugawa Juri)

Extendía su brazo mientras sostenía el florete en su ávida mano, movía el arma con tal sutileza y gracilidad que cualquier ángel se quedaría prendado de aquella esbelta figura que sostenía la espada, los pasos firme eran señal de la avanzada batalla y de una victoria inminente, la grácil figura había triunfado sobre su torpe enemigo que había caído pesadamente... Solo era un practica, solo era una simulación de una batalla que jamás sería verdadera, a no ser por un motivo como la venganza o el honor... Pero ella, Juri Arisugawa era demasiado orgullosa como para tales hechos, tal vez apelaría por su honor, no solo tal vez, si no que lo haría, lo que más poseía Arisugawa era orgullo, estaba claro, su habilidad con la espada, su fuerte carácter eran una muestra de lo que era la joven, de ese orgullo intrínseco en ella... Así la practica de esgrima había llegado a su fin, al de siempre, en donde ella era la reina y señora de aquel lugar y ¿por qué no?, también del campus de la universidad. Así tenía la admiración de los estudiantes, el profesorado e incluso el rector de la universidad. Los gloriosos años en Ohtori habían quedado atrás, nada mas de utopías, nada más de princesas y príncipes, ahora con 19 años lo único que tenia en sus manos era su amor por la esgrima, esta misma disciplina y sus notables calificaciones le dieron la oportunidad de entrar a una excelente universidad.

Ahí estaba recostada a los pies de un frondoso árbol, durmiendo plácidamente, la brisa acompañaba su respiración pausada, aun que ya no usaba el uniforme que la hacía pertenecer a un grupo de élite, su figura estilizada y hermosa seguía resaltado de igual manera y mientras dormía soñaba siempre con lo mismo, esos sueños que solo ella conocía, en donde aún se encontraba la chica de cabello amatista, la joven que le hacia perder la cabeza de una manera única, su amada Shiori Takatsuki, esa chica de apática mirada, una mujer extremadamente bipolar, pero aun así Juri la amaba, la seguía amando después de 3 años, se había marchado de Ohtori, porque de cierta manera no quería seguir encerrada en un lugar donde el exterior no existía, por lo tanto no era válido para ella, ya que Juri perseguía también el éxito, el prestigio, por esa simple razón se largo de ahí y con ello sacar de su cabeza a Shiori.

No paso mucho tiempo para que despertara, otra clase se aproximaba, así que decidió ir por algo de comer y dirigirse al salón que le correspondía... Llego al gran salón y no había nadie, supuso que solo a ella le gusta llegar temprano, comenzó a revisar sus apuntes, se sintió en paz, no había ninguna mirada que la estuviera vigilando, ahora si podía ser ella misma, se abrió un poco la camisa y ahí estaba el relicario cerca de su pecho y este era el símbolo de amor mas conciso del mundo, ese dorado colgante donde se guarda la fotografía de la mujer que le roba los sueños, lo abrió y lo admiro nuevamente, la extrañaba, extrañaba la sonrisa de la chica, su voz, verla solo unos segundos.
 -Shiori- susurro y luego dio un largo suspiro, en ese instante deseo estar en Ohtori, para ir corriendo tras la chica, abrazarla y decirle que nadie la amaría como ella, que no importaba el daño que le había hecho, ni nada del pasado... Pero estaba muy lejos de ello, tal vez podría volver a Ohtori, pero ¿para qué? Sabía que en el instituto la recibirían con honores, pero volvería a una miseria, a la miseria de no tener a la única persona que ha amado, además que más daba, ya todo estaba hecho, se había ido del instituto y haciendo abandono de todo su dolor, dejo a sus amigos, dejo su infancia en ese lugar tan adorado pero tan claustrofobico.

Sintió unas manos que le taparon los ojos sacándola así de sus cavilaciones y Arisugawa sonrió.

-¿Quien soy?- una dulce voz se extendió.
-¿Si adivino?...-titubeo un poco -¿Qué obtendré?-
-No lo sé- dijo una risueña voz.
-Charlotte, sé que eres tú- dijo amablemente.
-ahahaha...- rió la joven y abrazo a la esgrimista por la espalda -Tenía ganas de verte, fui al salón de esgrima pero me dijeron que te habías ido, así que supuse que estabas aquí, mi adorado príncipe- luego de eso, se puso frente a Juri, la beso suavemente y esta la abrazo... Si, tal vez amaba a Shiori, aún la amaba, pero la joven Charlotte Giordano era tan dulce, tan amable que ni siquiera la fuerte esgrimista podía resistirlo. Charlotte Giordano, era de cabello negro azulado, largo, hasta las caderas, mas baja que la esgrimista, pero igual de esbelta, poseía un lindo perfil, de labios finos, de ojos azules y largas pestañas, de piel blanquecina y una sonrisa encantadora, la joven tenía un porte delicado, cualquiera diria que pertenecia a una familia noble, en general Charlotte era bastante guapa y por ello tenía bastantes pretendientes, pero estaba claro que solo tenía ojos para la imponente esgrimista, para su príncipe.

-¿No deberías estar en clases?- preguntó Juri mientras se apoyaba en el vientre de la joven, que se encontraba de pie
-Las suspendieron, así que quería verte y tenerte para mi- sonrió pícaramente
-No juegues conmigo Charlotte- suspiro
-No lo hago, simplemente quiero que salgamos, últimamente no te veo- La esgrimista la abrazo nuevamente la tenia tomada por la cintura.
-Lo sé, a veces no tengo tiempo.
-Entonces hoy si- tomo a Juri de la mano y la llevo fuera del aula.
-Pero...
-Sin peros mi querido príncipe, hoy eres mía- sonrió nuevamente con picardía, se puso de puntillas y beso a la ingenua esgrimista...-Te amo Juri-...

Esas palabras -"Te amo juri"- resonaron en su mente, en todo su cuerpo pero no las quería escuchar de Charlotte, esta era una jovencita adorable, Juri se había prendado de cierta manera de ella, como no quererla, la acompañaba cuando estaba enferma, en innumerables ocasiones se quedo en casa de la esgrimista cuidándola cuando sufría alguna fractura, asistía a los torneos, estudiaban juntas etc...
Cuando Arisugawa llego a la universidad, el semblante de esta era frío, uno demasiado engreído, jamás se la veía sonreír, tampoco entablar amistad con nadie, pero la joven Giordano se acerco a ella, sin tapujos, sin miedo, solo comenzó a entablar conversaciones fugaces con ella, la acompañaba en los almuerzos, estaba presente en las practicas de la joven e incluso le preparaba bocadillos y muchos pensaron que Charlotte asediaba a la esbelta esgrimista y que a esta ultima le fastidiaba la presencia de la joven pero eso termino por enervar a Juri, llevándola a aclarar este hecho frente a los demás y de su propia boca salio que le agradaba aquella joven y en ese momento Charlotte se sintió maravillada con la postura de ésta, se sintió protegida y atraída por la mirada llena de fuerza, determinación y sobre todo por esa sonrisa tan sincera que le dio luego de ese incidente. Los meses pasaron y ya era común verlas juntas, verlas incluso abrazadas, se podía ver a una Juri tranquila, sobre todo cuando Charlotte la tomaba de la mano.

-Sé que estas sorprendida Juri... Pero no me digas nada, sólo déjame estar cerca de tu corazón- dicho esto la esgrimista la abrazo de manera desesperada como si Charlotte se fuera a marchar, pero mas que abrazar su cuerpo quería abrazarse a su corazón, a la calidez de la joven, a ese brillo tan hermoso... Así caminaron fuera del campus tomadas de la mano, caminaron hasta que descendió el sol y los tintes anaranjados cubrían el hermoso cielo y ahí estaban, afuera de la casa de la Charlotte sus pies involuntariamente las habían guiado hasta ese lugar... Las chicas no estaban saliendo, no eran novias, solo se acompañaban y esta era una dulce y amable compañía, la joven de cabello negro entro a la casa y la esgrimista se quedo inmóvil.

-Es que acaso no pasaras.
-Yo...
-Tu, nada- y la obligo a entrar, se sentó en el amplio sofá y los nervios hicieron presa de ella ¿y el por qué de esto? ¿de los nervios?, era fácil, jamás había estado en la casa de la joven, siempre la dejaba en la entrada, era demasiado reservada para entrar, no paso mucho, Charlotte volvió con bocadillos y bebidas para ambas, Juri bebió rápidamente, tenía la garganta seca, pasaron unos minutos y el ambiente se volvió raro, demasiado caluroso, la esgrimista suspiro sacándose la chaqueta.

-Ven- Charlotte, hablo de manera seductora caminando hacia el baño, Juri la siguió, la pelinegra cerro la puerta y desabrocho su blusa frente a los tímidos ojos de la esgrimista dejando ver así sus pechos cubiertos por una tela de encaje , Juri estaba inmóvil, nerviosa, Charlotte tomo una de las manos de la esgrimista, la posiciono sobre uno de sus pechos y Juri sintió como el pezón de su acompañante se levanto, la pelinegra lanzo un gemido y el calor subió visiblemente, a Arisugawa se le erizo la piel cuando la escucho, se mordió el labio inferior, la abrazo, y con su otra mano desabrocho el sostén de la joven, al ver los tersos pechos de su amante no aguanto mas y en unos segundos la ojiazul ya no tenía ninguna prenda que la cubriera

-Tócame- gimió Charlotte, la pelinaranja sonrió satisfecha, ya no existía timidez, estaba hecha una pantera al acecho, se acerco de apoco, abrazándola se llevo a la boca uno de los pechos de pelinegra y los saboreo, jamás habían estado juntas, solo se besaban y ese era el limite impuesto por ambas hasta ese momento, pero ahí estaba, disfrutando de una mujer perfecta, dulce, excitante y que tal vez, solo tal vez podría ser la mujer de su vida, se separaron un poco y fueron directamente a la tina, mientras se besaban de manera un tanto tímida, la tina se lleno, se metieron en ella pero el calor persistía, claro, el ambiente estaba extasiado, Juri se sentó detrás Charlotte acomodándola entre sus piernas así pudo besar el cuello y espalda de esta ultima y así también podía tocar los pechos de su pelinegra, siendo apretados estos deliciosa y lentamente para el gusto de Charlotte, el camino estaba trazado, la abrazo por la cintura, apretándola contra ella, sus ávidas manos bajaron por el vientre de la joven y encontrando el manantial del placer al tiempo que besaba su espalda, hombros y mordía su oreja, se sintió maravillada, estaba cálido extremadamente cálido, se detuvo y la respiración agitada de Charlotte fue un indicador para seguir, palpo unos segundo y comenzó a acariciar el sexo de su amante.-Sigue Juri... No me dejes- suspiraba y gemía.

Gemido a gemido, beso a beso, caricia a caricia, el orgasmo de Charlotte estaba cerca y a pesar de que el agua fría las cubría hasta el pecho, el calor no cesaba, Juri estaba tentada y no resistió, introdujo un dedo dentro de Charlotte y lo movía de manera rítmica, apretando a su amaba contra ella y la pelinegra insistió a introducir otro y así fue, y el vaivén de caderas se intensifico, prolongando el éxtasis la euforia del momento hasta llegar a un delicioso clímax, en donde la esgrimista se sentía inmensamente satisfecha y Charlotte totalmente extasiada.

____________________________________________________________
CONTINUARA...

martes, 27 de septiembre de 2011

Sensaciones II

Hoy dos climas fueron mis compañeros, el de la mañana, ese exquisitamente frió, el cual se hace parte de mi todos los días, el que me hace reflexionar acerca de las cosas que podría llegar a completar o simplemente de las que jamas obtendré porque no quiero, mis mejillas se han helado, el único calor que siento es las de mis manos en los bolsillos de mis jeans, el clima acompaña mis razones, el frió me incita a la tranquilidad, a la frialdad y la objetividad de los sentimientos, abandonando mi corazón y todo lo que me hace ser una persona pasional, dejando todo lo que me hace ser un humano, veo que no quiero tener la compañía de nadie, me canse de caminar siempre con una carga sobre mis hombros, sobre este cuerpo cansada, sobre la armadura de príncipe de brillante armadura, cansada de tener que llevar a cuestas miles de heridas provocadas por princesas sin corazón, por princesas que contaminadas olvidaron lo que era el amor y yo, solo quise hacerlas volver, no dejarlas morder la manzana envenenada...






Estoy envenenada y simplemente me
convierto en un princesa sin corazón, a caso no
es mas fácil galopar así, dejar de construir castillos
y solo cabalgar, ser solo yo...
Dejar atrás los latidos de un corazón que
solo esta lleno de anhelos y absurdos recuerdos.
Esta mañana lo he determinado así,
dejare de construir castillos en el cielo.





 Mientras el día avanza las decisiones son diluidas en otras...

La tediosa tarde es fundida en el calor, ese que solo me hace perder la cabeza, trato de recobrar la compostura, sentada a la sombra de un árbol, nuevamente observo mis sentimientos como si se trataran de películas en cintas de 8milimetros, la postura de príncipe solitario es la que quiero llevar...

Pero llevo un dilema sobre esta frialdad y esa eres tú, amparada bajo mi visión, jamas te volvería a salvar, jamas blandiría mi espada por ti nuevamente, pero el "yo" no racional el "Ello" que señala el psicoanalista Freud, ese "Ello" que se traduce al instinto, a la pasión, a la más pura de todas, al amor... Por ello seria capaz de abandonar la postura solitaria, ser nuevamente por ti, para que así con tu tacto y delicadeza seas capaz de sanar las heridas llevadas a cuesta, seas capaz de hacerme derramar lagrimas abriendo las corazas de mi pecho, provocando que rompas todos los cánones establecidos por la frialdad que me envuelve y me aleja de las pasiones que me hacen vibrar de emoción, esas pasiones que me hacen elevar la voz hasta lo mas alto posible para así poder alcanzarte, las pasiones que me hacen pensar en la esperanza, esa que es la peor de los males, esa que se quedo encerrada sin que nadie lo supiera en la caja de Pandora, esa esperanza a la cual le teme el filosofo Nietzsche, de la cual niega y yo, yo también niego de esta misma, porque esta solo nos trae tormentos, pero que seriamos sin nuestras pasiones, sin nuestras esperanzas, que seria yo sin este extraño cariño profesado hacia a ti, seria tener alas  y no poder volar, seria estar y no poder tocarte.


jueves, 22 de septiembre de 2011

Sensaciones

La brisa de la mañana me acompaña, tal como la canción que suena en mis audífonos.
"Si mi deseo se fuera a cumplir, desearía alas" dice en una parte la canción, cada vez que escucho esa frase mi corazón se llena de un flujo de alegría constante, ese sentimiento que me hace sonreír una y otra vez, que me levanta y me hace volar, tal como si tuviera alas.
Sensaciones que había olvidado, son traídas por ti a mi corazón, sintiendo nuevamente la emoción de un encuentro furtivo, había olvidado las ganas de besarte, había olvidado como eran tus manos, como eran tus sonrisas llenas de coquetería de esa que me hace sentir extrañamente seducida por tu empalagosa voz.
                      *****
Han pasado alrededor de 2 años desde la ultima vez que te vi, o mejor dicho de la ultima vez que escuche tu voz y en ese momento te odie, odie amarte tanto y tu, simplemente desechaste este amor por quizás que cosas, jamas supe y la verdad no quiero saberlo, no quiero pensar que tal vez había algo malo en mi, pero estoy segura que hice todo lo posible, te di amor, fui gentil, bondadosa, pero llegue al final de un pequeño idilio con una simple llamada de teléfono, una que me saco de mis cabales y me hizo renunciar a mis sentimientos y que en un momento me hizo dudar de todo... Tus besos, tu sonrisa, tu exquisita voz se quedo grabada en mi cabeza, como un disco de vinillo que se escucha una y otra vez, los sueños se volvían imágenes tortuosas, tortuosas porque en el fondo de mi corazón deseaba con fervor escucharte, sentirte nuevamente.

Tu, me regalaste cosas que jamas ni una otra mujer fue capaz de darme, me diste noches interminables, gemidos que dejaron marca en mi mente, noches que fueron diluidas en las sabanas impregnadas de tu aroma, me regalaste un idilio, con ese que sueñan todas las persona, con un amor apasionado, ese amor que por muy corto que sea es capaz de dejar una herida que tal vez jamas sane, no se cuantas semanas fueron, no se cuantas noches dormí junto a ti, pero solo tu fuiste capaz de entregarte así, tal vez jamas pensé en ti de la manera que debía, no me detuve a pensar en lo que querías, simplemente me ceñí a lo que yo deseaba, y eso era simplemente amar a una mujer sin limites, amar y convertir esa sensación en una fuente inagotable, en un manantial que jamas se secaría, en una pequeña utopía, en mi castillo en el cielo en donde solo tu fueras la princesa ahí, en donde yo seria tu caballero de brillante armadura y fuera capaz de salvarte de dragones, ser las alas que te alejaran de lo ruin, convertirme en lo primero y en lo ultimo que pensaras cuando te fueras a la cama.
Mientras mas desees algo mas dolerá al no cumplirse este
Pero el destino es algo extraño, te alejo de mi, pero te ha traído de vuelta, no de la misma manera que antes, pero sigo viéndote como el mejor de los recuerdos, porque tu compañía jamas estuvo llena de sin sabores... Siempre me diste sonrisas, jamas complicaciones.

Sigue trayéndome esas sensaciones aun que jamas volvamos a estar juntas.