miércoles, 30 de mayo de 2012

Un pincel & Un micrófono 7


Capítulo 7



-Será mejor que me valla- dije tomando mis cosas.

-¿Madre estás ocupada?- Una voz detrás de la puerta y seguida de unos leves golpecitos -Vi salir a André de la editorial, déjame pasar necesito hablar contigo-
Acto seguido ambas hablaban dentro de la oficina, mientras que yo estaba en el baño escondiéndome y ahí vi mi rostro en el espejo desfigurado totalmente, no me reconocía para nada, el labio rajado, un corte en el tabique y el ojo hinchado.

-Isabella- dije en voz baja y comencé a escuchar atentamente.

-Dime ¿Sofía vino a trabajar? Vi sus cosas en la sala de redacción- Escuchaba perfectamente desde el baño- Mamá estoy demasiado preocupada por su salud y por lo que pueda hacer André contra ella- Hablo desesperada. -Ayer cometí un error atroz, la eche de mi casa, sabiendo que tenía que guardar reposo y que estaba cansada, mamá quiero demasiado a Sofía como para dejarla, sé que todo esto es difícil, pero estoy tan decidida a dar este paso por ella y ella… Ella no me deja – sollozó
-Hija debes tratar de entender a Sofía- respondió su madre y el silencio reino en la oficina para luego escuchar la puerta cerrando y supuse que ya se había ido, salí del baño con el hielo envuelto en una pequeña toalla y lo puse sobre mi cara.

-Alice, me iré sola a casa, estoy me- levante la mirada y solo me encontré con Isabella cruzada de brazos con el ceño fruncido y con una mirada de reproche, le di la espalda

-¿Qué te paso?- toco mi hombro y su tono de voz era tan sereno, quizás solo estaba manteniendo la compostura.

-Nada-

-¿Por qué está tu ropa manchada con sangre?- mire de reojo y sostenía las prendas entre sus dedos… Su voz aun era tranquila, quizás supone que escuche todo lo que le había contado a su madre.

-Por nada- En ningún momento la mire, mantuve mi cabeza gacha.

-No puede ser por nada… ¿Fue André cierto?

-No…- Mi voz fue tajante y con ella le quite de las manos mi ropa.

-Pero si hasta tu polera esta manchada en el pecho- Dicho esto se acerco a mí, y tomo mi rostro por la barbilla al ver mi rostro desfigurado se alarmo…- Dios mío Sofía... ¿Qué te hizo ese estúpido?

- nada- insistí en el hecho, aun que es bastante obvio

-Sofía sé que tú no eres violenta, creo que eres la mujer más pacifica del mundo… ¿Fue André cierto?... ¿Cómo deje que esto sucediera?- decía con los ojos cristalizados y a punto del llanto.

Mire hacia otro lado, como tratando de negar el hecho, pero Isabella tenía razón.

-Lo siento- Se escudo en mi hombro y lloro amargamente, no tuve más opción que abrazarla… - Perdóname… Todo esto ha salido mal, termine con André, discutimos, me pregunto porque lo dejaba y me desespere y le conté lo de nosotras- decía mientras lloraba ocultándose en mi hombro.

-Ya no importa Isabella- Trate de sonreír pero el dolor no me dejaba.

-Vamos a la clínica, por favor- me suplico y acaricio mi mejilla.

-No quiero, me curare en casa- hable despreocupadamente.
-No, debemos ir- hablo Alice.

- ¿Qué? Ud. También, si no es para tanto- atribuí.
-¿Cómo que no es para tanto?- respondió Isabella y apretó mi labio, di un grito leve, con eso ella tenía de sobra una prueba de lo delicada que estaba mi rostro.
Así, a regaña dientes partimos las tres a la Clínica Lozano, obviamente fui atendida enseguida, el doctor Lozano miro mi labio, limpio y suturo, hizo lo mismo con mi nariz, la reviso el corte no era tan profundo, era más bien leve, aun así también suturo, el dolor era insoportable, pero me puso un ungüento el cual me anestesio un poco, para luego poner una especie de parche en la nariz y me dio antiinflamatorios para cada ocho horas; luego mi mano, toco los nudillos, examino a simple vista y con ello dio un pequeño diagnostico el cual era un esguince en la mano, pero primero dijo que para asegurarse era mejor una radiografía, así luego de unos veinte minutos estaba fuera de rayos X, pasaron una hora aproximadamente, la radiografía estaba lista y con ello vino el acertado diagnostico del doctor, un esguince en la mano, así que estaría con yeso durante unas semanas para sanar la luxación… Como era de esperarse, Lozano junto con Alice e Isabella me dieron una especie de charla acerca de lo irresponsable que soy con mi salud, que me cuido poco y cosas por el estilo, en el fondo lo agradecí porque vi en ellos preocupación por mi y sobre todo cariño… Isabella se sentó junto a mí, apoyo su cabeza en mi hombro, me dio un pequeño y delicado beso en el mientras que entrelazaba sus manos a las mías.

-Debo decir que hacen una… Como decirlo, una pareja bastante especial- Dijo Lozano- Nunca pensé que vería a una mujer tan feliz como tu hija Alice.
-Sí, debo admitirlo que lo son- Las palabras de la mujer fueron dulces.
Después de estas palabras, salíamos de la clínica, de mi mano iba Isabella y esta a su vez del brazo de su madre.
-Madre puedes irte sola, yo iré con Sofía a caminar.
-Están seguras-
-Si, no te preocupes.
Me pareció extraña la petición, aun así, nos despedimos de Alice y esta me hizo prometer que me tomaría una semana de vacaciones a lo que yo asentí… Cerca de la clínica había un parque, en cual se encontraba una gran y bella pileta de mármol donde se veían a los niños jugar, las abuelitas sentadas en las bancas dando de comer a las palomas y novios caminando amorosamente de la mano, Isabella se sentó en el pasto e hizo un ademán para que me sentara junto a ella, me estire en la hierba, era bastante molesto el yeso, pero no podía hacer nada, solo suspire.
-Quiero disculparme por lo de ayer… Creo que no fui prudente.
-Realmente yo tampoco lo fui y también me equivoque… Isabella fui muy estúpida y sé que-
-Ya no importa- sonrió, la mire y busque su mano
-Si… Ya no importa… Creo que sí, me iré a vivir contigo.
-¿Si?- Sus ojos brillaron, se veía maravillosamente hermosa, una vez más me sentí embobada por su belleza.
Estuvimos estiradas en la hierba, a ratos algunos perros y cachorros se nos acercaban y tomaban el sol con nosotras, los niños jugueteaban alrededor, más de alguno pregunto que me había pasado, otros me miraban impresionados, uno de ellos, una pequeña de unos 6 años se sentó junto a mí y con su manito toco mi labio y luego dijo:

-“No te duele”- a lo que yo reí y respondí.- “No estoy bien, ¿Por qué?

-“Porque una vez me caí y me rompí la rodilla mira”- me mostró su rodilla y tenía una pequeña herida. 

-¡OH! ¿Y ahora te duele?-. Me miro, rió y luego orgullosamente dijo –“NO”-Se quedo con nosotras unos minutos y luego su madre la llamo, la pequeñas era adorable, con el cabello rubio y las mejillas rosadas, era una muchachita risueña y me recordó a Camille, aun que luego aquel recuerdo se esfumo.

-Camille- susurre, casi de manera inaudible.

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CONTINUARA...

domingo, 27 de mayo de 2012

Recuerdo 3 “Messenger”


“Messenger”

Después de una semana ardua de trabajo, entre juicios, trabajos administrativos, pero la vida es hermosa y existe el bendito fin de semana, así era sábado, pero no me encontraba en la casa, si no en la casa de un amigo, en la casa de Christián, quien es diseñador, estuve en su casa desde temprano y ya eran las 2pm, así que mientras el diseñador cocinaba, yo estaba en el pc de escritorio, puse algo de música, comencé a revisar algunos casos, busque libros que quería hace un tiempo, también abrí msn y había un contacto que no reconocí de inmediato, pero después me percate quien era, así que le di doble “click” y se abrió una pequeña ventana.

V: Hola! ¿Cómo estás?

Magdalena: Disculpa… ¿Quién eres?

V: ¿No me recuerdas? Soy Vera.

Magdalena: Lo siento… Hola ¿cómo estás?

V: Bien y tu guapa?

magdalena: Bien, con algo de sueño… Vera tengo tu chaqueta

V: ¿Qué chaqueta?

Magdalena: La que me pasaste el otro día, te fuiste sin ella, quería devolvértela pero te fuiste tan rápido que no te alcance u,u

V: No te preocupes, prefería dejártela a ti a que te resfriaras… Además no te veía muy bien ese día… Es decir no tenías muy buen ánimo

Magdalena: No te preocupes, estoy mejor

V: No sé si creerte… Pero necesito decirte algo más

Magdalena: ¿Qué será?

V: mmm como te lo digo… Pues que me gustas!!

Magdalena: …

V: ¿Qué pasa?

Magdalena: No juegues con eso por favor.

V: Es que no lo hago… Me gustas de verdad.

Magdalena: No te creo.

V: Déjame llamarte

Así Magdalena me dio su número de teléfono de casa y la llame obviamente.

-Hola…- hablo de manera dulce.

- Magdalena me gustas y mucho… Necesito que me creas.

-No puedo hacerlo…

-Déjame demostrártelo… ¿Es que acaso yo no te gusto?

-No es eso?... Yo… Si me gustas Vera… Es solo que, ahora no puedo- Así me colgó el teléfono y yo quede con la bala pasada, es que no podía creer que yo le gustaba, que se había fijado en mí, pero más aun que no pudiera quizás quien sabe porque cosas, pero ya había una posibilidad, una que debía tomar rápidamente. Por otro lado aun pensaba en Constanza que por cierto me había mandado uno que otro mensaje para decirme que nos viéramos y saliéramos a comer, cosa que respondí de manera inmediata, el domingo a las 12pm nos veríamos e iríamos a su casa, pero sería el domingo y aun era sábado. Christián, ya había terminado de cocinar y comimos juntos como solíamos hacerlo siempre, pero hoy más tarde saldríamos de fiesta o más que eso era ir de copas a algún bar, donde tal vez nos encontraríamos con alguien, ya habían pasado las horas y descansábamos con Christián tirados en la cama, hasta que mi móvil sonó, conteste y era Joan una amiga de hace años, que también conocía a Magdalena.

-Hey Vera!... Donde está desaparecida de la vida.

-Pues en casa de Christián, ¿paso algo?

-No… Bueno más o menos, Magdalena está aquí conmigo y pregunta si quieres venir a tomar algo.

-No… No me apetece salir, me quedare en casa- Mentía olímpicamente.

-Pero dice que le urge verte.

-No… Dile que estoy enferma o algo.

-Bueno… Nos vemos!

Ahora ni yo sabía porque no salía con ella, tal vez era más fácil llegar a ella de esa manera, pero hoy no me sentía preparada para ligar con ella, me gustaba pero en mi cabeza habían más cosas y tampoco moría por la bella Magdalena, me gustaba pero yo amaba a Constanza por sobre todo, sin importar que, la mujer de cabello negro me traía de cabeza, me hacía suspirar, amaba sus besos, su mirada, su sonrisa… Pero Magdalena, tenía algo que no sabía describirlo, pero tampoco había pasado un día completo con ella como para saber porque me gustaba tanto.

Salimos de copas con Christian a un bar donde nos encontramos con varias personas conocidas y entre copas y copas, nos fuimos a casa como a las 3am y traíamos gente con nosotros, unas 4 persona, claro todos conocidos, había licor y cigarrillos de sobra, eran 3 chicos y una chica, la cual por cierto era muy guapa y no dejaba de mirarme y yo por supuesto le sonreí, mientras todos se reían y bebían a destajo, yo estaba  fumando en el balcón del departamento, el cielo estaba completamente estrellado, no sé cuanto tiempo me quede ahí, hasta que sentí unos finos brazos rodeándome la cintura.

-Hola… ¿Por qué tan sólita?- hablo una sensual voz.

-Nada, solo miraba el cielo- respondí

-Que observadora…-rio por lo bajo la chica en cuestión

-Y tú?

-Quería estar contigo, ya que no me tomaste en cuenta dentro del bar.

-Claro, claro, como si no hubiese visto como coqueteabas con otro tipos, hasta con Christián.

-Celosa?

-No Lizz, no me pondría celosa por eso, además nosotras no somos nada- respondí volteándome, y ella me tomo de la chaqueta acercándome a ella, para luego besarme, así también pude colar mis manos entre sus ropas y la escuche gemir, nos separamos, la tome de la mano y la lleve a una de las habitaciones del departamento a vista y paciencia de los demás que al vernos se rieron.

Lizz se recostó en la cama y yo sobre ella, poco a poco la despoje de sus ropas y ella de las mías, los besos cada vez eran más apasionados, mis manos recorrían su cuerpo, mientras bajaba a su cavidad y lamia sus jugos, para luego entrar y salir con mis dedos, ella gemía una y otra vez, excitándome más aun, no se cuantos orgasmos tuvo o cuantos tuve yo, pero mi cuerpo estaba extasiado… Hasta que amaneció fuimos una y cuando los rayos del sol aparecieron dieron en mi cara y observe a Lizz quien dormía abrazada a mi cintura. 

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CONTINUARA

miércoles, 23 de mayo de 2012

Un pincel & Un Microfono 6


Capítulo 6

Me senté en el living, cogí mi notebook y algunos escritos a medias y comencé a transcribirlos, el silencio de la sala, era algo desconcertante, solo se escuchaba el tic tac del reloj, sobre todo porque estaba acostumbrada a escuchar los pasos o la voz de Camille por la casa, pero aun así seguí escribiendo, poco a poco ya no quedaba luz natural en la casa, me vi obligada a prender las luces y me vi tan sola, tan triste y suspire mil veces, pero seguí toda la noche trabajando hasta el amanecer, ignore por completo las indicaciones del doctor Lozano, no quería descansar solo trabajar y ocuparme de las cosas inconclusas, de entregar algunas reseñas de libros, de editar entrevistas y luego entregárselas a Alice… Ya cuando los rayos del sol hicieron acto de presencia en la casa, me levante de mi extenuante trabajo y me metí a la ducha la cual fue considerablemente placentera.

 Era Lunes las 7:30 de la mañana, tome una taza de café y salí a la editorial, no quise sacar el auto, ya me sentía mucho mejor, ya no había dolores de cabeza ni nada parecido, camine con ligereza entre las sombras de los verdes árboles, adore la brisa de la mañana, a ratos mientras caminaba me estiraba, mi vida en ese minuto me pareció tan normal, era como si Camille nunca hubiese estado conmigo y como si Isabella jamás me hubiese amado y yo solo fuera una mujer que trabaja en una editorial y no tuviera vida fuera de ella, suena aburrido pero en ese instante me pareció maravilloso, pero también en extremo solitario, siguiendo con mi camino prendí un cigarrillo faltan algo de 20 min. Para que dieran la hora de entrada a la editorial, me apresure un poco y a unas cuadras de mi trabajo deje el cigarrillo a medio fumar… Al entrar muchos de mis compañeros de trabajo preguntaron por mi estado, preguntaron si ya estaba bien, a decir verdad no tenía que estar ahí, sino que en cama, pero me parecía aburrido hacerlo, me senté en mi lugar de trabajo, realmente no tenía mucho que hacer más que entregar las entrevistas y las reseña de los libros.

-¿Sofía estás mejor?- esa voz me erizo la piel, era Alice… La mire y me recordó a Isabella y me quise morir.- ¿Puedes venir a mi oficina por favor?- me alarme con su petición.

-Sí- respondí y la seguí hasta la oficina.

-Creo que no deberías estar aquí… Hable con Lozano y me dijo todo, como tu jefa te ordeno que vayas a casa, que descanses y en una semana más puedes volver a trabajar, tomate unas vacaciones…-titubeó- Puedes ir con Isabella, ella estará encantada. 

-Ah con respecto a su hija.- Me apoye en la puerta.

-No te preocupes… Yo respeto su relación- Se precipito casi nerviosa.

-Pero, es que, no…Lo mío con su hija- Medite...- No hay nada entre nosotras- saque un cigarrillo.

-¿Cómo así?- se sentó en la gran silla la cual indicada su puesto de jefa.

-No puedo decir mucho- respondí con pesar- Solo que lo que había se termino.
Alice permaneció muda por un minuto, solo me miraba ¿expectante? quizás... Tal vez quería saber que había visto en mí su hija, que cosas le maravillaban tanto a ella, el porqué de su amor.
-¿Sabes? Cuando mi hija te conoció, me hablo de ti de una manera tan especial, en ese minuto supuse que le habías gustado, pero no de una manera amorosa, si no como persona, porque las personas como tú le agradan de sobre manera… En sus propias palabras dijo “Ella es una persona demasiado especial” y luego comento que trabajaría en el Clover Leaf, ya en ese entonces estaba muy animada y cuando me contó lo de ustedes fue la primera vez que la veía tan feliz y ahora no me calza lo que me dices… 
-Siempre son así las cosas, todo empieza y se acaba.

-Hablas con tanta ligereza acerca de esto que es tan delicado.
-Es que, ¿qué puedo hacer?, yo… yo amo a Isabella, amo a su hija Alice, pero dígame ¿Qué hará ella?… ¿Sabe de qué tengo miedo?- Suspire profundamente –Miedo a que me rehuya, de que el hecho de ser novias la tenga más presionada que antes, que sus miedos se incrementen y que su tranquilidad sea perturbada por un beso o una simple caricia en la vía publica.
-Quizás tienes algo de razón Sofía, pero dime ¿le hablaste de la misma manera con la cual me hablas a mi?
-A decir verdad no… Todo lo contrario, fui brusca, estúpida y bruta… Es que realmente discutimos solo por el miedo… Porque hasta para mi es difícil.

Alice caminaba de un lado hacia otro meditabunda y yo seguía fumando había prendido otro cigarro, la habitación se lleno del insipiente humo del cigarrillo puesto que Alice me acompaño en mi labor. Creo que tocaron la puerta y Alice respondió diciendo que estaba en una reunión y que no la molestaran, pero insistieron hasta que abrió la puerta y para la sorpresa de ambas era André, que traía una expresión extraña y sus ojos se clavaron en mí con ímpetu.

-OH! André ¿que haces aquí?- Habló Alice.

-Tú- se dirigía a mi… -Por tu maldita culpa, por tu comportamiento Isabella me ha dejado, porque dice que te ama- sus últimas palabras sonaban a burla, a una burla comprensiva…- ¿En qué maldito momento ella se fijo en ti?… Se reían en mi cara y yo… yo siendo amable contigo- Se acerco a mí, con los ojos enrojecidos y mirada amenazante - No dirás nada!- Grito, lo mire molesta pero no con ira como él lo hacía, entendía su rabia hacia mi, y en un momento me tenía tomada por las ropas y me zamarreaba, Alice trato de apartarlo de mi, pero no lo conseguía…- Habla por una puñetera vez-

-Que sé yo- Hable alto casi en un grito mientras forcejeaba para que me soltara y lo hizo, apreté la mandíbula y arregle mis ropas…- No es mi culpa que dejara de amarte- lance.
-¿Dejar de amarme?- Chisto con los labios, hablo altaneramente y me miro con soberbia, vi como su muecas se endurecían –Sé que ella volverá a mí, tú no puedes darle todo lo que yo le he dado.
-Qué le has dado tú, si eres un pobre tipo- Le eche en cara.- Que ni siquiera se ha dado cuenta cuando le han dejado de amar- dicho esto último reí burlona e hirientemente y esta vez yo era la soberbia, puesto que sabía que tenía razón y de sobra.
 -Que hija de puta- y precipito su puño contra mi rostro, dándome en el labio, me tambalee, me agarro por el cuello de la camisa dando otro puño dio contra mi nariz y caí al suelo, sentí como mi nariz sangraba estrepitosamente, sentí el sabor de la sangre en mi boca, me toque el labio con el pulgar y a la vez sentí una leve cortada en mi nariz, me limpie con la manga de la camisa y escupí la sangre, sentí instantáneamente la hinchazón, me vi reflejada en los cristales y ver mi rostro desfigurado por un golpe hizo que la sangre de todo mi cuerpo hirviera, sintiendo demasiada ira, la cual me encegueció y me abalance sobre André, lo empuje, haciéndolo caer duramente al suelo, me posicione sobre él, lo tome por el cuello de la camisa, mientras el trataba de zafarse de mi agarre y lo golpee con tanta fuerza que sentí que mis nudillos se despedazaban, lo golpee una dos o hasta tres veces y quise golpearlo una vez más hasta dejarlo inconsciente pero Alice lo evito tomándome del brazo sosteniéndolo con firmeza y entendí que tenía que cesar mi acto de rabia o venganza, lo que fuera en ese minuto... 

Mi puño había dado justo en su nariz, ésta sangraba incesantemente, también le di en el ojo y en el labio, ahora estábamos en igualdad de condiciones, al ver los resultado de todo esto me sentí satisfecha, aun que mis ropas quedaron hechas un desastre, llenas de rojo carmesí, manchadas de sangre, André me miraba aturdido, no lograba ponerse de pie de manera adecuada, además escupía sangre, así Alice le dio un pañuelo y este se cubrió la nariz, saliendo de la oficina y la editorial, ahí mi jefa me miro apesadumbrada y fue por hielo mientras yo me sacaba las prendas manchadas con sangre y me limpie con ellas, pasaron unos minutos y volvió con el hielo, puso un poco en mi labio y en la mano derecha la cual quedo algo morada por los golpes ejecutados y levemente hinchada así mismo como consecuencia de lo sucedido había perdido un poco de movilidad en esta, también me dio un antiinflamatorio, en cuanto a mi nariz la sentía destrozada, el solo tocarla provocaba dolor y nuevamente llamaron a la puerta.

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Continuará

lunes, 21 de mayo de 2012

Un pincel & Un Microfono 5


Capítulo 5

Abrí los ojos, paredes blancas, suero a mi costado, todo en completo silencio, me sentí desesperada, no me gustan los hospitales, ni el olor de la anestesia… Solo me senté en la camilla, me sentía un poco mejor, respire profundo, el dolor de cabeza y las nauseas había desaparecido, me pare y mire por la ventana que da a la calle y de lejos divise a Isabella, ella miro hacia mí, alzo la mano para saludarme y apresuro el paso para entrar al hospital, poco minutos después entraba a mi habitación…
-Por favor dime que te cuidaras- dijo mientras su cuerpo se pegaba al mío en un cálido y amoroso abrazo, la abrace, necesitaba sentirla, saber que estaba preocupada por mí y por todo lo que tiene que ver conmigo… Sus labios rozaron los míos y no lo resistí me fundí con ella en un profundo beso, sus dedos acariciaron mis cabellos mientras yo la sujetaba por la cintura -Por favor ven a vivir conmigo- Habló mientras pequeñas gotitas mojaban sus mejillas.

-Pero... No quiero que estés atada mi, menos ahora, Isabella no quiero ser tu carga.

-¿Por qué?...¿Por qué eres tan terca?, te amo Sofía te amo más que nada en este mundo y por eso quiero que estés conmigo, porque quiero cuidarte- prosiguió, mientras miraba mis manos y luego me miraba a los ojos -Desde que te desmayaste, solo he pensado en que hacer, y solo llegue a la conclusión de que el mundo se podría ir abajo y solo pensaría en ti, quizás estoy siendo demasiado romántica, pero he tomado la decisión de dejar todo atrás, de quedarme contigo…

-Isabella a decir verdad, no sé que decirte… Porque no sé si todo lo que me dices lo cumplirás… Tu familia, tu novio, tu mundo… ¿Sabes lo que conlleva eso?

-Eso ya no importa- Atribuyo

-Como quieras- Sonreí y ella también lo hizo, entrelazo sus manos a la mías, me miraba feliz, en ese momento cada uno de sus gestos estaban dedicados a mí, a pesar de estar en un lugar publico se comportaba muy amorosa…

-Hable con el doctor y estas baja de vitamina B12, o sea no estás comiendo bien, y sé que duermes muy poco… Por eso de ahora en adelante yo te cuidare y no seas terca- rió al decir esto ultimo

-Que si… te haré caso-
-Suenas como si estuvieras fastidiada- sonrió
-No… Realmente estoy feliz… Por cierto ¿Cómo estuvo lo de tu madre?
-Ah eso… No fui, estaba demasiado preocupada por ti como para ir.
-Supongo que tu mamá se molesto
-No… De hecho le dije lo que había pasado, y me entendió… También está preocupada… Y además- detuvo sus palabras súbitamente

-Dime ¿y además qué?- Me alarme un poco
-Mi madre sabía lo nuestro
-¿Eh? ¿Cómo? ¿Cuándo?- fue como un balde de agua fría
-Mmm... A ver, ella lo intuía, además el hecho de vernos tan seguido, o que yo durmiera en tu casa casi todas las semanas, le preocupaba y me pregunto para asegurarse si realmente era cierto lo que ella pensaba, y no me quedo de otra que decirlo, al final de cuentas quedo preocupada igual, pero me dijo que estaba bien si realmente era lo que quería…

-Al final de cuentas Alice es una buena madre
-Ella dijo que tu amor por mi era muy notorio
-¿Y eso es malo?
-No… Me gusta que seas así, por eso nunca dudo de tu amor por mí
-Eres tan linda Isabella, por eso te amo
-¿Por qué?
-Porque si y punto- y la bese.

Pasaron unos minutos y apareció el doctor, para mi sorpresa era el Doctor Isaac Lozano el cual era médico de cabecera de Isabella o más bien de la familia Giordano, este hombre de aspecto amable, es muy respetado en el área además de provenir de una familia de médicos.

-Sofía hace tiempo que no te veía… es un agrado aun que el momento no es el más adecuado…
-Lo sé lo sé
-El exceso de trabajo, las preocupaciones, el mal dormir, todos eso son factores de debilitamiento, debes comer bien Sofía, al parecer nunca lo haces- Dijo levantando la ceja.
-¿Entonces me puedo ir?
-Sí, debes guardar reposo por una semana, nada de trasnochar, nada de beber, solo descanso y comer bien.
-Lo entiendo.
-Entonces estás de alta
Salimos del hospital y en una hora estábamos en casa, mejor dicho en casa de Isabella y extrañamente estaban todas mis cosas ahí.
-¿Eh Isabella… Qué hacen mis cosas aquí?- la llame desde la sala
-Como di por hecho que vendrías conmigo me traje todo
-¿Y Camille? ¿No te dijo nada?
-Ella misma accedió a que lo hiciera, porque se iba de la cuidad por unos días
-¿No te dijo a qué?
-Eh? no tendría por qué haberme dicho…- hablo ofendida.-Creo que ya hemos tenido suficiente de Camille.

Tenía razón quizás era hora de que tuviera mi idilio con Isabella, de por un momento ser capaz de decidirme por ella, porque Isabella era la mujer que amaba, porque Camille era solo un filtro para huir de mis problemas… Pero aun así, sentía que me faltaba una parte de mi, al no estar con Camille una pequeña parte de mi se había ido con ella… Ahora empezaba una nueva etapa.

-Hoy no tienes nada que hacer
-No… Me quedare todo el día contigo… Por cierto avise a tu madre acerca de lo que paso
-¿Qué?- me sentí alarmada.- ¿Por qué lo hiciste?
-Porque debían saberlo…Al final es tu familia
-Sí, pero sabes que estoy desligados de ellos
-Por teléfono sonaban muy preocupados y vienen para acá
-¡Qué!... Pero Isabella- Creo que estaba en un problema
-¿Por qué estas tan preocupada?… A decir verdad nunca me has hablado de ellos
-No puedo decir nada… Solo que yo me fui de la casa cuando conocí a Camille, así que como supondrás mi condición no es de su agrado
-Pero no creo que sean tan malos, y yo sé que les agradare
-Bueno ahí veras
-Pero no estés nerviosa
-Es que primero fue mi salud, Camille y ahora mi familia
-Pero ¿Por qué tanta preocupación?
-Como te lo explico… Yo me fui de casa, y mi padre se estaba retirando de la empresa, no sé si alguna vez te dije, pero soy la heredera de la Empresa de Exportaciones Almeida
-No… Nunca me lo has dicho… Durante todo este tiempo los comentarios acerca de tu familia lo has omitido… Siento que no te importo, yo siempre te he contado todo y tú aun así te has callado, es como si me hubiese mantenido fuera de tu vida.

-Ha sido sin querer, entiende que yo hice mi vida aparte no tome en cuenta nadie más que no fuera yo, quizás cuando conocí a Camille cambie un poco y deje de ser tan egoísta, pero mi familia es un caso aparte, siempre fui un poco solitaria, nunca estuve ni en funerales ni fiestas, porque siempre salía o tenía otras que hacer que para mi eran de mayor importancia… Llámame frívola pero así era y siento que si ahora vienen me reprocharan la vida que tengo y más aun cuando sepan que vivo con una chica.

-No lo creo, la voz de tu madre no sonaba severa ni molesta cuando le dije con quien hablaba.

-¿Ah?... ¿Qué le dijiste?
-Mmm... Que soy la persona que te cuida en estos momentos y que soy tu novia
-¿Eh?... ¿Pero por qué?
-Porque me pregunto y yo solo le respondí… Solo me dio las gracias y dijo que vendría.

Me paseaba por la habitación de un lado para el otro, no podía quedarme quieta, busque entre mis cosas una cajetillas de cigarros, para pasar el nerviosismo del momento, estaban muy escondidos, pero fue un alivio encontrarlos.

-Sofía te dije que no me gusta que fumes
-¿Ah?... No, no apagare mi cigarro por ti, no ahora- dicho esto fui al balcón y respire tranquila, no sabía que hora era, el cielo estaba algo grisáceo pero no hacía frío, el día estaba como para salir a caminar, ya me sentía un poco ahogada en el depto. de Isabella, estoy acostumbrada a salir a vagar, a sentarme en el pasto y dormir siesta ahí, pero ahora estaba enjaulada, pero no puedo hacer nada Isabella me cuidara y no puedo reprocharle nada.

-Sabes, creo que podría estar contigo toda la vida
-Isabella, no te adelantes a las cosas… Mira, yo no sé que pasara después, ya que te puedes aburrir de mi, aburrirte de mi estilo de vida, quizás llegara un momento en el que extrañes estar con André, quizás extrañaras el hecho de que nadie les reproche la relación que tienen.
-¿No será que tu eres la que se está arrepintiendo?… ¿Y tú eres la que quiere dejar esto?
-Yo no he dicho eso… Es que entiéndeme, tantos años ocultándonos, tantos años sin tenerte porque tenías que salir con tu noviecillo o por x razón y no podíamos estar juntas… Es que solo piensas en ti.

-Yo… ¡Ja! Tú eres la que se ha estado escondiendo, porque siempre has preferido quedarte con Camille, siempre he sabido que además de acostarte conmigo también lo hacías con ella, Sofía no soy tonta, pero lo toleraba por el simple hecho de que yo estaba con André.
-Obvio, sería muy descarado de tu parte si me reclamaras, ¿Además quien me otorga más seguridad? ¿ella o tú?, porque yo sé que Camille daría todo por mí ¿y tú?... La única mujer que se ha mantenido a mi lado ha sido ella, la única que ha secado mis lagrimas provocadas por tu culpa ha sido ella ¿y tú?, claro viviendo en tu nidito de amor con André.
-Si hablas tanto de ella, vete con ella, la puerta es suficientemente grande- Me grito

-OH! Quieres que me vaya- Reí de manera altanera.- Bueno entonces así será, me traes a tu casa y ahora me echas… Esto no tiene ni pies ni cabeza, así que me voy, gracias por todo, por llevarme al médico y esas cosas… Mañana vendré por las cosas que me faltan, y luego te pago lo de la clínica, mándame la factura a casa.

-Lo siento no quise decir eso- se sentó en el suelo con la cabeza entre las piernas, estaba notoriamente arrepentida, pero mi orgullo no me dejo perdonarla.

-Ya lo dijiste, así que da igual.- Sonreí despreocupadamente.- Me voy… Odio esto, pero en fin, has de cuenta de que nunca estuve aquí-
 

Los ojos de Isabella estaban enrojecidos a punto de llorar pero la mire se manera severa y tome mis cosas o lo poco que podía llevarme a casa, baje y como lo supuse mi auto estaba en casa aun, así que no tuve otra opción que tomar un taxi, el camino a casa fue como decirlo, algo extenuante, un atochamiento enorme, el sonido de las bocinas, los insultos de la gente, y un dolor de cabeza insoportable el cual fue provocado por la contaminación acústica, no sé cuanto tiempo estuve ahí, pero al llegar a casa sentí como si no hubiese estado ahí hace meses, me sentí lejana, pero sabía que también era mi hogar y por un momento quise que Camille estuviera dentro esperando mi llegar como en otras ocasiones, pero… Pero no fue así, la casa había perdido su calidez, estaba apagada, todo estaba en penumbras, recorrí la casa, como si esta fuera un lugar extraño, entre a la habitación de Camille, la cual se encontraba desordenada, la cama alborotada, los trípodes tirados en el suelo, algunos lienzos rotos sobre la cama, sentí pena, demasiada tristeza… Pero nuevamente estaba en una disyuntiva, ¿Camille o Isabella?… Ahora tenía de sobra para pensar en ellas, y también para retornar a mi vida normal, al trabajo, a seguir con los proyectos…


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Continuará

domingo, 13 de mayo de 2012

Fragmentos de un amor olvidado




Mujer de ojos  hermosos, de manos cálidas y besos trémulos, de sonrisa encantadora y palabras dulzonas, tú, vida mía, que me haces recordar lo maravilloso del vivir, del sonreír y del respirar.

Aprendí una vez y vuelvo aprender el arte de amarte, porque este es un arte en ti y en mí, un arte de caricias extendidas en los años, de palabras escritas en el corazón, de gestos inolvidables y sueños constantes…
Porque pasar días contigo son regalos que solo el ser humano es capaz de apreciar, el escuchar el sonido constante de tus gemidos en mis brazos, ese es un regalo que hasta los mismos dioses quisieran para ellos Tus manos surcan mi espalda y me acercas a ti, me enamoro más aun con el embriagador aroma que dejas en mis sabanas…

Las canciones que hablan de amor no se comparan a este sentimiento que muchas veces parece extraño y torpe en otros ojos. 

¡El amor, el sublime amor que solo en tus labios, que en ti vida mía me parece maravilloso y dulce!
Pienso en noches completas junto a ti, en días soleados paseando por las calles de esta ciudad que me enseño a extrañarte cuando no te tenía, días fríos en los cuales pasaríamos abrigadas la una con la otra bajo un manto de calidez.

Segundos, minutos, horas, días, meses, años, estaciones vida mía, una vida completa junto a ti!
Pasos que junto a ti son firmes, sueños que toman forma, esperanzas que se vuelven realidad.
Tengo todo lo que quiero y más junto a ti, ahora más que nunca quiero vivir con intensidad, disfrutar, reír y llorar, gritar y sentirme exhausta de tanto amor.

Mujer de ojos hermosos, que a veces no puedo llegar a entender, que a veces molesta me echa de su lado y yo como un cachorro vuelvo a sus brazos, sin importar la razón vuelvo una y otra vez, ya que sé que aun que estés molesta mi amor por ti jamás morirá.

Vida mía, te entrego mi corazón, mis orgullos y mis perjuicios, mis besos y caricias, mis enojos y mis  alegrías, mi llanto lleno de pena y mis lágrimas repletas de dicha.

Buscando mi lugar en donde descansar, en donde crecer tal como una semilla que por coincidencia crece al alero de un clima extraño, así es como crecí, en un mundo extraño, complejo tal vez, pero este mundo es el que aprendí a amar, el que aprendí a apreciar tan solo por el hecho que tu habitas en el.

Eres mi trébol de cuatro hojas, mi flor de pétalos delicados, y yo, yo seré tu sombra cuando el extenuante sol te haga desfallecer.

Quiero ser el apoyo constante a la pena que a veces te aprisione, quiero ser los brazos en los cuales descansaras toda la vida…
 Simplemente quiero ser por quien desbordas amor, quiero ser la mujer por quien sonríes, por quien suspiras y duermes en paz.

Recuerdos 2


Capítulo 2
“Encuentro”

Lunes, como todos los días de invierno el día estaba grisáceo y me prepare para salir, gorro de lana rojo, sweater del mismo color, pantalones negros y bototos, también mi infaltable bufanda y claro una chaqueta negra de cuero, eran las 3:15pm y a las 16:00Pm debía estar en el centro comercial para verme con una chica, aun que estaba estúpidamente enamorada de Constanza eso no quería decir que fuese devota de ella ya que ella no lo era de mi, además la hermosa Constanza tenía un novio, el cual no la trataba muy bien y que quizás por eso se la pasaba conmigo cuando los estudios se lo permitían.
Salí rauda de la casa, no me gustaba llegar tarde y menos para ver a una chica, el trayecto al centro fue corto, llegue antes de lo esperado, mire mi móvil y eran las 3:33pm, así que me fui a dar una vuelta, había comenzado a lloviznar y aun que había gente que ya corría desesperada por la leves gotitas, a mi me parecía estupendo, hasta bonito, el invierno no tenía ese efecto que produce usualmente en la gente, si no que me alegraba, me sentía relajada, la lluvia disipaba en mi pensamientos tormentosos, pero en cambio el verano, solo me traía pereza, mal humor y dolores de cabeza al por mayor. Camine a un centro de vídeo juegos y películas y desde lejos divise a Magdalena y sin querer mis pasos me guiaron a ella.

-Hola!... Me recuerdas?- Pregunte de manera un tanto nerviosa.
-Claro… Vera-Sonrió.
-¿Qué haces aquí?- me puse a su lado, mientras ella me miraba fijamente
-Espero a un amigo… A Damián.
-Espera ¿Un chico alto, moreno y de lentes?
-Sí, el mismo, ¿De dónde se conocen?
-El nunca llega a tiempo, incluso puede que no venga, no conocemos hace unos 2 años, pero viendo como está el tiempo no creo que venga, que tal si me acompañas a caminar, debo hacer hora.

-No… Esperare- Al escuchar su respuesta me sentí algo molesta, además ella no se veía muy feliz, más bien lucia deprimida y el hecho no me gusto para nada, y sin más comenzó a llover, Magdalena se quedo ahí, la lluvia intempestiva la mojaba y la imagen no me parecía agradable, así que me saque mi chaqueta y se la puse, solo me miro de reojo e hizo un gesto de desaprobación, pero la tome de la mano y nos pusimos debajo de un techo para no seguir mojándonos.

-No quiero que te enfermes- Dije mientras me ponía las manos cerca de la boca para calentarla
-Creo que tú te enfermaras… Mira como has quedado por pasarme tu chaqueta- la verdad tenía todo el cabello mojada y de el caían gotitas de agua.
-No te preocupes- sonreí y mire mi reloj…- Magdalena debo irme, pero anótame tu e-mail para que hablemos un día de estos o me das el numero de tu móvil.
-No tengo… Pero te anoto mi msn- y la vi sonreír de una manera tan sincera que ese gesto provoco unas ganas terribles de quedarme con ella y olvidarme de todo, así me lo dejo en un papelito el cual guarde en mis bolsillos- Bueno, no vemos entonces- hablo despertándome  de mis ensoñaciones y luego me dio un beso en la mejilla, se lo respondí y me fui al lugar donde me juntaría con la otra chica… Estaba a escasos metros del lugar, la lluvia aun seguía, ya eran las 4pm me puse en la entrada del centro comercial hasta que por fin apareció la chica en cuestión, Mirna tenía algo que me gustaba y eso era su suave voz, además de su buen humor, ella poseía un cuerpo estilizado y una sonrisa fina, al verme se acerco y me tomo del brazo.

-¿Dónde me llevaras?
-¿Al cine? ¿A comer? Donde tú quieras guapa- y toque su mejilla.
-¿Por qué me haces eso?
-¿Qué cosa?- me reí.
-Eso, de ser tan galán, tan dulce y tan buena conmigo.
-Anda que no lo soy… Solo es que me gustas- respondí sincera.
Ella se apego más a mí, salimos del centro, caminamos a un restorán que tenía música jazz y blues, pedimos vino y una tabla de quesos para picar, ahí conversamos amenamente sobre las cosas que habíamos hecho durante la semana, Mirna es publicista, mientras que yo Abogada, aun que solo me había titulado hace 1 año, ella se comportaba muy melosa conmigo, me tomaba de la mano y me sonreía coqueta, mientras la música ponía un son romántico a nuestra cita, brindamos un par de veces, ya eran las 8pm y ella debía marcharse y yo también, ya que al otro día debía madrugar para estar en el juzgado y ella en la agencia. La lluvia era peor que hace unas horas, así que corrimos a refugiarnos a la parada de taxis, justo había uno en espera, abrí la puerta para ella y justo antes de entrar a este ella me dio un beso en los labios, para luego cuando ya se había ido yo seguía ahí aturdida por lo sucedido.
Comencé a sentir frio de la nada, comencé a correr para encontrar otro taxi, ya que los que pasaban estaban llenos, hasta que encontré uno vacío parado en un semáforo y me fui a casa, llegue a las 8:55pm, estaba hecha un desastre, me saque la ropa y revise mis bolsillo para luego lavar mi ropa y ahí encontré un papelito donde estaba escrito el e-mail de Magdalena, prendí la laptop y la agregue a mis contactos de msn, ahora más tranquila, deje la ropa en la lavadora y yo me fui a la ducha.

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CONTINUARA...

viernes, 11 de mayo de 2012

Recuerdos 1


Capitulo 1 
“Evento”.

Ya eran las 12pm, dentro de poco abrirían las puertas del teatro y de esa manera iniciaría el evento de música jazz, estaba claro que iría a dicho evento, ya que tenía un conocido en una de las bandas y el chico en cuestión cantaba muy bien.
Me había juntado con dos amigos antes del evento para beber algo, ya que adentro no podíamos consumir nada, solo podíamos entrar comida, luego de haber tomado una que otra cerveza, nos encaminamos a la entrada del teatro y ya había bastante gente aglutinada, ahí me encontró bastantes conocidos y amigos, así salude a mucha gente, también converse con varios que no veía hace tiempo. Luego de 20 minutos, la puerta se abrió y todos entramos al lugar, así la primera banda hizo su aparición, la verdad ni siquiera estaba pendiente, ya que ese día me preocupaba una persona en especial, una chica de la cual llevaba meses enamorada, es que era demasiado guapa, la verdad Constanza tenía un encanto especial, siempre que la veía su sonrisa me encandilaba y esperaba verla el día del evento, el teatro estaba a oscuras ya que todos los focos daban a las bandas que tocan, no sé cuanto tiempo paso, hasta que Constanza apareció, se acerco a mí, me sonrió mientras me abrazaba y depositaba un beso en mi mejilla para decirme al oído “Te ves hermosa mi querida Vera” y yo siento mi cara arder, sonriendo para mi misma…. Mis brazos se mueven por inercia y la estrecho contra mí, ella suspira, nos quedamos así unos segundos más, al soltarnos, lo primero que hago es enlazar mi mano a la de ella, siento el suave tacto de su mano, se veía tan hermosa, con su cabello negro azabache suelto, con un vestido algo corto y ajustado, lleva unas botas cortitas con taco lo cual la hace más alta que yo, aun que siempre lo ha sido, por lo tanto siempre la abrazaba por la cintura. Yo llevaba unos pantalones ajustado y bototos, una camiseta de mangas largas color negro al igual que el resto de mi ropa, a pesar del frio que hacia afuera, ya que estábamos en invierno, lo único que llevaba conmigo era una bufanda, estuve alrededor de 2 horas con Constanza hasta que ella se fue con unas amigas a otro lado del teatro, así me quede con las personas con las que había llegado, también se nos unieron otras chicas un grupo de 4, aun que solo conocía a dos de ellas, así que las otras me las presentaron, así conversamos animadamente los 7 que estábamos ahí, mientras abucheábamos a un grupo que tenía un pésimo vocalista, ahí me fije que una de las chicas que nos acompañaba era bastante guapa, tenía los ojos café claro, de piel blanca y amplia sonrisa, su cabello de un rojo cereza y sus labios sexymente gruesos, así por varios minutos fije mi atención en ella, es que tenía algo especial, algo que me llamaba tanto la atención pero me era imposible descifrar.

 Al termino del evento, me despedí de las chicas, sobre todo de la joven de cabello rojo que se llamaba Magdalena, después de eso me fui junto con mis amigos de fiesta, a pesar del frio el ambiente estaba preciso para salir a bailar y tomarse unas copas, esa noche bebí hasta aburrirme, no me di ni cuenta y estaba amaneciendo y aun mantenía un botellín de cerveza en las manos, todas las personas en la casa en donde me encontraba dormían y otros vomitaban en el patio, el frio se intensifico y me percate como la respiración exhalada se convertía en vapor, me puse mi bufanda, me termine la cerveza, desperté a mis amigos y salimos del lugar, tomamos el metro y me dormí en el transcurso del camino, al despertar ya estaba cerca de casa, así deje a mis amigos, camine a paso lento y pesado, la resaca ya estaba apareciendo , necesitaba un baño y la comodidad de mi cama; apure el paso y por fin llegue, entre y comencé a despojarme de mis ropas las cuales quedaron regadas en hilera, me bañe y luego de eso llene la tina con agua semi-caliente, me metí quedándome ahí por horas, incluso dormí unos minutos, ahí me sentí mucho más relajada, me envolví en una gruesa toalla y fui por un té y algo de comer, ahora mi estómago también estaba en paz; me puse el pijama, eran las 10am, es decir una hora estupenda para dormir, así termino mi día.

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CONTINUARA...